El pasado miércoles, 26 de abril, se celebró el tercer seminario y la clausura de la octava edición del curso ‘Formación docente para tutores MIR’, que ha contado en esta ocasión con casi 900 alumnos y alumnas
El encuentro contó con la participación de los Dres. Jesús Morán Barrios; María Nolla Domenjó; Marcelo Calabozo Raluy; Álvaro Castellanos Ortega; Fernando Ros Rodrigo; Alejandro Andreu; así como de Elena Fernández.
Elena Fernández, coordinadora técnica de la Fundación para la Formación para la OMC (FFOMC), dio la bienvenida a los asistentes al encuentro y explicó que los 868 matriculados demuestran que se trata de un curso “muy demandado, relevante y que cuenta con un importante carácter de sensibilización”.
El Dr. Alejandro Andreu, presidente de la Fundación Mutual Médica, destacó que se trata de “una formación que, sin duda, es muy necesaria para formar a aquellos que formarán a los profesionales del futuro”. “Es un generador de profesionalismo y el pilar esencial para impulsar y promover a todos los profesionales hacia su futuro”, afirmó.
El Dr. Jesús Morán Barrios, presidente de honor de la Sociedad Española de Formación Sanitaria Especializada (SEFSE-AREDA) y exjefe de Estudios del Hospital U. de Cruces (Vizcaya), ejerció como moderador del seminario.
Acerca de la evaluación de los MIR, expuso tres ideas; la primera, “que la evaluación es un proceso que empieza antes de empezar la formación, se desarrolla durante la misma y se hace un balance final”. Asimismo, destacó que “el foco de esta evaluación es el paciente”. En tercer lugar, “es un principio ético derivado del anterior; es un acto moral”, afirmó.
La Dra. María Nolla Domenjó, responsable del área de Formación Continuada del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña. Fundación Educación Médica fue la encargada de realizar la introducción de la mesa de debate.
Para la experta, es necesario tener en cuenta que “la investigación en evaluación de la práctica profesional muestra que es imprescindible evaluar teniendo en cuenta el contexto real del profesional y utilizar más de un instrumento”. Además, añadió que “todo debe contar y que toda evaluación debe comportar feedback para quien aprende. La idea es evaluar para el aprendizaje”.
Dr. Marcelo Calabozo Raluy, jefe de Estudios de Formación Sanitaria Especializada, Osakidetza-Servicio Vasco de Salud, realizó su ponencia sobre la ‘Evaluación formativa desarrollo modelo Cruces’.
El Dr. Calabozo explicó que, de acuerdo con la normativa vigente, se deben utilizar tres instrumentos para la evaluación formativa: “entrevistas periódicas de tutor y residente, de carácter estructurado y pactado; el libro del residente, en el que se registran las actividades realizadas, diseñado por las comisiones nacionales de las especialidades; y, los informes normalizados del tutor (de acuerdo con la Resolución de 21 de marzo de 2018, de la Dirección General de Ordenación Profesional)”.
El Dr. Álvaro Castellanos Ortega, jefe de Medicina Intensiva del Hospital La Fe y presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), habló sobre ‘¿Cómo aplicar los métodos de evaluación basados en el puesto de trabajo: MiniCEX-DOPS, 360º… y su portafolio? Proyecto Intensivos Europeo COBATRICE’.
Este proyecto nació “con el objetivo de armonizar los programas de esta especialidad en toda Europa, asegurar su calidad y traspasar fronteras”, señaló. Las evaluaciones formativas de más de un centenar de competencias se hacen de tres formas: “a pie de cama, en simulaciones y con la discusión de los casos”, y para este proyecto, se ha dividido la residencia en tres etapas (R1-R2; R3-R4; y R5), explicó.
Dr. Fernando Ros Rodrigo, coordinador de Formación Sanitaria Especializada de la dirección general de Acreditación, Docencia y Búsqueda en Salud de la consejería de Salud y Consumo de las Islas Baleares, realizó su exposición acerca de las ‘Evaluaciones negativas: ¿cómo gestionarlas?’.
El experto expuso que en este proceso el primer paso es “detectar que hay un problema”. A continuación, es necesario “comunicarlo al resto del equipo docente y al servicio al que pertenece dicho residente”, destacó. Después, se debe hacer “un plan de mejora y un seguimiento”, y todo debe quedar reflejado por escrito, señaló. Asimismo, explicó que es importante utilizar diferentes herramientas y “contar con el máximo número de colaboradores/ observadores”, para que la evaluación sea lo más completa y objetiva posible.
