Según el profesor Sobrino, la mortalidad es sólo la punta del iceberg pero que hay cien millones de niños que malviven sin morir por deficiencias sanitarias o desnutrición, «una perversa paradoja por la que nos asustamos de los niños que mueren pero no nos alarmamos de los que malviven a lo largo de su vida»
Carmona, 19 julio 2008 (Europa Press)
El profesor de la Universidad de Sevilla y director de la Fundación Gota de Leche, Manuel Sobrino Toro, ha señalado en Carmona (Sevilla), durante los cursos de verano de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), que hay estudios científicos que demuestran que la lactancia materna en los primeros meses de vida del niño «ahorraría más de un millón de muertes en menores de cinco años».
En el transcurso de la ponencia ‘La salud en la infancia y adolescencia: Prevenir, promocionar y priorizar’ que se enmarca en el curso de la UPO sobre cooperación internacional e infancia, Manuel Sobrino destacó la malnutrición como una de las principales causas de mortalidad infantil en los países no desarrollados. No en vano, supone entre el 45 y el 60 por ciento de la mortalidad en niños de menos de cinco años.
En este sentido, el experto indicó que es esencial dar el pecho al bebé durante al menos los primeros seis meses de vida para disminuir la mortalidad en menores de cinco años y para impedir que los que no mueren desarrollen problemas cerebrales y físicos irreversibles. Pero, para Sobrino, el problema se produce «cuando la madre padece SIDA, algo muy frecuente en países del Tercer Mundo, y se sabe que éste se contagia por la lactancia».
En palabras del experto, en este caso, «si la madre le da el pecho al hijo le puede transmitir el VIH pero si no lo hace puede morir por desnutrición, con lo que le aconsejamos que se lo dé porque la probabilidad de muerte por sida va a ser menor».
Asimismo, Sobrino destacó que es una «vergüenza» que un millón de niños fallecieran el año pasado por sarampión, cuando «existe una vacuna para ello». A esto se suma el porcentaje de muertes por tétano por usar un instrumento oxidado o contaminado a la hora de cortar el cordón umbilical. Además, el 22 por ciento de la mortalidad infantil se produce por diarreas y el 21 por ciento por neumonía, matizó el experto.
En esta línea, Manuel Sobrino aseguró que «la mortalidad es sólo la punta del iceberg pero que hay cien millones de niños que malviven sin morir por deficiencias sanitarias o desnutrición, entre otras». Ante esta situación, Sobrino indicó que se da «una perversa paradoja por la que nos asustamos de los niños que mueren pero no nos alarmamos de los que malviven a lo largo de su vida».
Por otra parte, el director de la Fundación Gota de Leche también señaló la importancia de reducir la mortalidad en las mujeres a causa de no recibir atención especializada durante el embarazo o en el momento del parto, ya que «la mortalidad maternal condiciona mucho la mortalidad neonatal». Según cifras del experto, el 34 por ciento de las muertes se producen por problemas neonatales, concluyó.
