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Trastornos bipolar: la utilidad de la psicoeducación

Hasta hace poco se creía que los pacientes con trastorno bipolar no eran candidatos a recibir terapias psicológicas, sin embargo las evidencias acumuladas a lo largo de estos últimos años han permitido demostrar la eficacia de diferentes terapias, entre ellas la psicoeducación.

Valencia, 6 de septiembre 2008 (Redacción)

Al menos un 5% de la población mundial padece trastorno bipolar, una enfermedad mental caracterizada por una alteración del estado de ánimo. Se presenta en forma de ataques o episodios de enfermedad que pueden ser de manía, caracterizada por una elevación patológica del humor e hiperactividad; de depresión, con tristeza o melancolía patológicas y, ocasionalmente, en forma de episodio mixto, consistentes en una mezcla de síntomas maníacos y depresivos. En muchos casos, el paciente sufre esta patología pero se le es diagnosticado de depresión.

En los períodos de manía, la persona puede que incurra en enormes gastos o que compre cosas innecesarias. También se considera dentro de esta fase el aumento de la irritabilidad y la ausencia de sueño. Generalmente en la «manía» el enfermo es incapaz de controlar su ritmo de pensamientos. Se dice que no conoce límites y desorbita su propia capacidad. La depresión es la otra cara del trastorno bipolar.

Un aspecto muy importante a tener en cuenta en este trastorno es que tanto los episodios como el propio curso de la enfermedad son farmacológicamente modificables, pudiéndose lograr en muchos casos un control completo de la enfermedad.

La Asociación Valenciana de Trastorno Bipolar (AVTB) está formada por pacientes, familiares, amigos, colaboradores, y profesionales de la salud y, entre sus principales objetivos, destacan la labor informativa y de orientación, llevando a cabo numerosos proyectos.

En el campo de la psicoeducación, un grupo de expertos de la Unidad de Trastornos Bipolares del Hospital La Fe (Valencia), ha presentado recientemente en Valencia el resultado de los conocimientos adquiridos a lo largo de numerosas sesiones de psicoeducación. Los autores del trabajo son los psiquiatras Asunción Pino, Pilar Sierra y Lorenzo Livianos, junto con la psicólogo clínico, Marta Belenchón.

Trastorno bipolar y psicoeducación

Hasta hace poco se creía que los pacientes con trastorno bipolar no eran candidatos a recibir terapias psicológicas, sin embargo las evidencias acumuladas a lo largo de estos últimos años han permitido demostrar la eficacia de diferentes terapias, entre ellas la psicoeducación.

Como indicaron en esta reunión abierta al público, no se trata sólo de ?informar? sino de conseguir que los pacientes con trastorno bipolar se conviertan en colaboradores activos en el manejo de su enfermedad. Algo que, según los autores, resulta de suma utilidad, máxime si tenemos en cuenta que más de la mitad de estos pacientes tienen recurrencias frecuentes a pesar de los tratamientos existentes.

El trastorno bipolar es una enfermedad crónica y cíclica, con elevadas repercusiones destructivas y costosas tanto a nivel personal, como familiar o social. Aunque el tratamiento farmacológico sigue siendo el puntal básico del tratamiento del paciente bipolar, se ha hecho patente la importancia de otro tipo de intervenciones.

Desde una perspectiva histórica, la psicoeducación generalmente ha sido considerada como un componente menor de la psicoterapia más que como una intervención independiente. Habitualmente se ha considerado que los pacientes con trastorno bipolar no eran candidatos a recibir terapias psicológicas por varias razones. Entre ellas figuran que los modelos etiológicos dominantes han incidido sobre los factores biológicos y genéticos, con lo que estos han prevalecido a la hora de la investigación clínica y la medicación se ha constituido así en el único tratamiento válido para los pacientes bipolares.

Por otra parte, cabe señalar la concepción histórica de que todos los pacientes bipolares experimentaban una recuperación interepisódica completa y retornaban a sus niveles de funcionamiento premórbido intactos, y la consideración de que estos pacientes eran peores candidatos para la psicoterapia que otros enfermos mentales debido a su falta de introspección y excesiva dependencia. Además, la ausencia de apoyo empírico dada la escasez de estudios aleatorizados y controlados, ha retrasado su utilización al tener pocos indicadores de cuándo o cómo incorporar tales tratamientos a la práctica diaria.

Sin embargo, a lo largo de la última década han surgido algunos aspectos claves. En primer lugar, hay una mayor aceptación del modelo de estrés-vulnerabilidad que supone una interconexión entre los factores psicológicos, sociales y biológicos en el mantenimiento o frecuencia de las recurrencias de los episodios de enfermedades mentales severas; y en segundo, las evidencias que se han ido acumulando a través de diversos estudios que reafirman los beneficios de las terapias psicológicas en pacientes con esquizofrenias resistentes y en trastornos depresivos severos y crónicos. Esto ha hecho que aparecieran grupos de investigación que han dirigido sus estudios a comprobar la eficacia de diferentes terapias en el trastorno bipolar, entre ellas la psicoeducación.

¿Qué es psicoeducar a los pacientes bipolares?

Psicoeducar no consiste únicamente en ?informar? a los pacientes bipolares acerca de la enfermedad que padecen. La psicoeducación está basada en el modelo médico biopsicosocial y proporciona al paciente un acercamiento teórico y práctico hacia la comprensión y el afrontamiento de las consecuencias de su enfermedad. Gracias a sesiones periódicas que se imparten a un grupo reducido de pacientes, se trata de fortalecer la alianza terapéutica de modo que éstos pasen a convertirse en colaboradores activos en el manejo de su enfermedad. No solamente está indicada para pacientes de mala evolución y con mala conciencia de enfermedad, sino que es una terapia útil incluso para aquellos que no tienen problemas de adherencia y, puede conformar un modelo triangular basado en estilos de vida regulares y hábitos sanos, detección de síntomas prodrómicos e intervención temprana y cumplimentación terapéutica.

Recurrencias

Según la literatura revisada, más de la mitad de todos los pacientes bipolares tienen recurrencias frecuentes a pesar del tratamiento farmacológico, es decir, pese al uso de los estabilizadores una proporción significativa sufren frecuentes recaídas, y aún siguiendo correctamente tratamiento profiláctico con litio casi un tercio de los pacientes bipolares continúan recayendo. Numerosos factores, entre ellos el número de fases, marcan un curso deteriorante, por lo que el objetivo ha pasado de buscar la recuperación únicamente sintomática a la funcional, que se ve claramente favorecida por la combinación de la terapia farmacológica y la psicológica.

Hay que tener en cuenta que el número de fases que los pacientes bipolares sufren a lo largo de su evolución clínica resulta decisivo en el pronóstico por su repercusión cognitiva. Por ello, todos los esfuerzos deben ir encaminados a prevenir nuevas fases, con lo que se asegurará una mejor evolución. Así pues, el tratamiento óptimo del paciente bipolar no consiste únicamente en tratar de forma enérgica las fases agudas, sino que una parte fundamental consistirá en prevenir nuevos episodios y ayudar al paciente en el mejor conocimiento de los síntomas prodrómicos, lo que redundará en una mejoría en los niveles de funcionamiento social y mejorará también el pronóstico.

Incumplimiento farmacológico

El hecho del incumplimiento farmacológico en el trastorno bipolar es un hecho real que hay que afrontar en la práctica diaria. Cuando se intenta tratar una enfermedad crónica como el trastorno bipolar, la adherencia al tratamiento a largo plazo es vital.

Un trabajo que revisa 25 estudios publicados acerca de la adherencia terapéutica en estos pacientes, encuentra una tasa media de no adherencia en las muestras del 42%, esto indica que casi la mitad de todos los pacientes tratados por trastorno bipolar muestran una adherencia parcial a la medicación o bien discontinúan las pautas por completo.

Los factores que han sido relacionados con un mayor riesgo de no adherencia son el estado civil soltero o vivir solo, trastornos comórbidos de la personalidad o abuso de sustancias, historia previa de numerosos ingresos psiquiátricos, antecedentes de efectos secundarios al tratamiento, que su familia o amigos no les apoyaran decididamente a la hora de cumplimentar el tratamiento y por supuesto, la falta de conciencia de enfermedad y de conocimientos adecuados sobre esta enfermedad.

Los grupos psicoeducativos constituyen una intervención clave en el refuerzo de la adherencia al incidir sobre algunos de estos factores, con lo que la cumplimentación terapéutica se verá beneficiada claramente, tal y como ya ha sido demostrado en enfermedades médicas como el asma o la diabetes.

Psicoeducar? ¿también a los familiares?

Un estudio reciente realizado en ocho países, analizaba los problemas y dificultades con los que se encontraban los pacientes bipolares, señalaba que en todos ellos el ambiente familiar aparece como el lugar donde los pacientes experimentan los mayores problemas. Se percibe especialmente la estigmatización y el rechazo, lo que resalta la importancia de mejorar la información y las intervenciones psicoeducativas a nivel familiar para evitar un clima hostil. Por todo ello, una nueva meta en la atención global al paciente bipolar, debería proporcionar también a sus familiares la posibilidad de ser incluidos en grupos psicoeducativos.

Conclusiones

Como clínicos, la obligación del médico es ofrecer a los pacientes los mejores tratamientos disponibles y esto incluye tanto terapias farmacológicas, como programas psicoeducativos bien estructurados y basados en la evidencia.

La adición de psicoeducación a un tratamiento farmacológico preexistente supone una forma más ambiciosa de tratamiento, que se focaliza en diferentes aspectos del trastorno bipolar y que ayuda a los pacientes a convivir con la enfermedad mediante la reducción de síntomas y una mejor comprensión de la misma.

Mediante la identificación del trastorno bipolar como una anormalidad biológica que requiere tratamiento farmacológico regular, la psicoeducación pone énfasis en la necesidad vital de la adherencia terapéutica y enseña a los pacientes a reconocer síntomas tempranos de recurrencia, el manejo de estos síntomas y un mantenimiento regular del funcionamiento diario.

Fuente: Trastorno bipolar y psicoeducación: Desarrollo de un programa para clínicos.

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