En la actualidad se sabe que el cerebelo no solo es un regulador de la coordinación de la actividad muscular, el mantenimiento del tono muscular y la conservación del equilibrio, ya que estudios recientes han demostrado su participación en la esfera afectiva, emocional y de conducta
Se han realizado numerosos estudios anatómicos y fisiológicos para poder comprobar las conexiones entre el cerebelo y las áreas cerebrales relacionadas con el control emocional y la esfera afectiva.
Se crea pues la hipótesis del cerebelo límbico responsable de los primitivos mecanismos de defensa, como las manifestaciones de lucha, la emoción, el afecto, la sexualidad y, posiblemente, la memoria emocional; teniendo interacción con el sistema endocrino.
En otros estudios se confirma la presencia de alteraciones emocionales, afectivas y de conducta en pacientes con daño cerebeloso como el infarto de la arteria cerebelosa superior o concretas enfermedades degenerativas.
En definitiva, parece ya comprobado que influye de forma notoria en alteraciones como la esquizofrenia, el autismo, la depresión, el trastorno bipolar, la ansiedad o el déficit de atención/hiperactividad,?, o en procesos que en la actualidad se definen como llantos o risas patológicas.
Estamos ante lo que se podría denominar como síndrome cognitivo-afectivo cerebeloso, de hecho con la llegada de nuevas técnicas de imagen, como el tensor de difusión, parece que se puede demostrar la implicación da la sustancia blanca, la glía y las interneuronas del cerebelo.
Queda por conocer el modo por el que el cerebelo participa en la regulación afectiva y de conducta.
Fuente: Dr. Juan Carlos Moreno
para medicosypacientes.com
