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El Foro de la Profesión Médica pide soluciones que eviten convertir a España en un país exportador de médicos

El Foro de la Profesión Médica, constituido por OMC, FACME, CESM, CEEM, CNECS, y CNDFM, celebró el pasado miércoles, en la sede de la OMC, la primera de las cinco jornadas mensuales que ha programado, dedicadas a aspectos relevantes para los profesionales en estos momentos. En esta ocasión, se ha dedicado a la “Demografía Médica. Planificación de la Profesión”, tema del que se ha hecho un profundo análisis a partir de la situación actual. Los integrantes del Foro aprovecharon para hacer una llamada de atención ante su preocupación por la creciente fuga de médicos jóvenes a otros países y pidió soluciones para frenar esta situación e impedir que España sea etiquetada como «exportadora de médicos»

Madrid, 2 de noviembre 2012 (medicosypacientes.com)

El Foro de la Profesión Médica, constituido por OMC, FACME, CESM, CEEM, CNECS, y CNDFM, celebró el pasado miércoles, en la sede de la OMC, la primera de las cinco jornadas mensuales que ha programado, dedicadas a aspectos relevantes para los profesionales en estos momentos. En esta ocasión, se ha dedicado a la “Demografía Médica. Planificación de la Profesión”, tema del que se ha hecho un profundo análisis a partir de la situación actual. Los integrantes del Foro aprovecharon para hacer una llamada de atención ante su preocupación por la creciente fuga de médicos jóvenes a otros países y pidió soluciones para frenar esta situación e impedir que España sea etiquetada como «exportadora de médicos».

En la inauguración de la Jornada, el presidente de la OMC, el doctor Rodríguez Sendín, tras dar la bienvenida a los asistentes, representantes de todos los colectivos sanitarios, así como a los Colegios de Médicos que decidieron seguir la Jornada por videoconferencia: Burgos, Cantabria, Castellón, Orense, Las Palmas y Lanzarote y Fuerteventura, además de Granada y Toledo y su delegación de Talavera de la Reina, incidió sobre el problema que supone “el no poder disponer de información sobre los profesionales que tienen que responder ante el sistema”. Lamentó, en este sentido, que no se conozca, hasta la fecha, “ni el número de médicos exacto que tenemos en España; ni su distribución por especialidades, alrededor de 50,  “que ni son intercambiables ni sustituibles en muchos casos, pero que, en muchos casos, se necesitan unas a otras”, como señaló.

El doctor Rodríguez Sendín considera una necesidad de primer orden resolver el problema de la planificación, ya que de lo contrario, en su opinión, “será difícil dar respuesta a una gran cantidad de necesidades en nuestro SNS”. “Lo que más encarece al sistema sanitario –añadió- es el gasto en medicamentos, y el capítulo 1, dedicado al personal, cuya planificación es la primera necesidad a resolver, con estadísticas fiables.

A consecuencia de ello, lamentó que “se esté actuando a oído”. “Somos campeones tanto en número de Facultades de Medicina como en proporción de estudiantes para la población que tenemos, sin tener en cuenta que no van a poder ejercer en España en los próximos años”. Así, concluyó con la advertencia de que  estamos gastando el dinero de los españoles para formar médicos que, probablemente, no van a poder trabajar en nuestro país”.

Sobre esta misma cuestión incidió el secretario general de la CESM, el doctor Francisco Miralles, recordando que formar a un médico supone un desembolso que oscila entre los 150.000  y 200.000 euros, sin que después encuentren salida excepto la de emigrar a otros países. De ahí, su insistencia en que se planifique por el bien de la sostenibilidad del sistema. Planificación que, a su juicio, comienza por dar respuesta clara a una serie de interrogantes todavía sin resolver por parte de las Administraciones sanitarias “: ¿cuántos somos? ¿qué especialidad ejercemos? ¿dónde trabajamos? ¿qué edad tenemos?

Y es que al parecer, como lamentó, por su parte, el presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina, el doctor Joaquín García Estañ, “debe ser que este tema, desafortunadamente, no le interesa a nadie excepto a nosotros los profesionales, del que llevamos hablando desde hace más de cuatro años con el objeto de que se planifique en este país de forma adecuada los recursos humanos del sistema sanitario”.

Recordó que de 2006 a esta parte se ha pasado de 28 Facultades de Medicina a 40 en la actualidad, que, a su juicio, no son necesarias, y que ha venido provocado, como critica, a consecuencia de que cada Comunidad Autónoma autorice sus propias Facultades, atendiendo más a criterios economicistas a necesidades de RR.HH. en Medicina, cuando antes esta planificación era el Ministerio de Educación el que planificaba y aprobaba las Facultades de todo el país, mostrándose convencido que el futuro dará la razón a esta crítica sobre el exceso de plazas de estudiantes. Esta demanda de la sociedad, legítima, por una parte, se da de bruces con el futuro que pasa por la carencia de plazas de especialistas para todos esos estudiantes que van saliendo de la Universidad, con la consiguiente bolsa de parados y repitiéndose la historia de los Mestos de los años 80.

Todas estas situaciones, a su juicio, son fruto de la falta de una adecuada planificación. “Los gobiernos tienen que garantizar la planificación de acuerdo con las necesidades de todas las CC.AA. porque lo peor que se puede hacer es seguir como hasta la fecha, actuando a título individual y sin tener en cuenta las necesidades de la población”.

El problema, como añadió, por su parte, el presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), Federico Pérez, no es ya que la planificación parece sólo interesarnos a los profesionales sino que habría que fijarse en la repercusión social tan enorme que representa, y que tiene su origen, sin duda, en la planificación. Una planificación que, a su juicio, tiene que comenzar en las Facultades, y que no sucede así “en parte por la falta de coordinación entre los Ministerios de Sanidad y de Educación”.

Pérez vislumbra una situación muy distinta a la habitual de hace años, y le parece penoso que “teniendo uno de los mejores sistemas formativos y un referente para otros países, se esté vendiendo un futuro en el que el horizonte es irse del país”.

Al presidente de la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (FACME) le preocupan, fundamentalmente, dos aspectos, tanto la cada vez mayor cantidad de licenciados que salen de las Facultades como el incremento del número de homologaciones que se siguen haciendo de títulos tanto de médicos generales como de especialidad. El resultado de todo ello es “una generación de médicos emigrantes en busca de un mercado emergente en el que puedan trabajar”.

Tras las palabras de los máximos representantes del Foro de la Profesión Médica, se inició la primera mesa redonda de la Jornada, dedicada “Necesidades de nuevos médicos y Facultades de Medicina”

En ella intervino José Luis Lancho, economista y coordinador de Estudios de Demografía quien lamentó, como el resto de los participantes, que “a estas alturas del siglo XXI,  se carezca de un registro oficial de médicos con capacidad para ejercer en este país, desconociéndose, por el momento, el número de médicos en ejercicio, ni por especialidad, ni los que trabajan en el sector privado”.

Esta falta de información, en opinión del profesor Lancho, da lugar al “despilfarro”. Recordó un caso clásico de despilfarro  consecuente, a su juicio, de esta situación constante de desinformación y despreocupación por la información como fue el problema de los Mestos, de los años 80, “que ha tardado en metabolizarse más de 20 años, con la paradoja de que se vuelven a poner ahora “las mimbres para el resurgir de este colectivo de médicos especialistas sin título oficial”, según indicó.

 A su juicio, y apoyándose en datos  de la OCDE, “está claro que en estos momentos volvemos a tenemos un exceso de médicos en términos generales, con 348 por 100.000 habitantes, frente a, por ejemplo, los 257 por 100.000 habitantes en EE.UU.”.  A partir de ello, tacha de ilógico que se estén de nuevo cimentando las bases para un incremento del número de licenciados. “Además, de constituir un claro despilfarro, y se empuja a profesionales a tener que emigrar”, consideró.

En base a otros aportados por Lancho, en los últimos seis años, en los que la población española ha crecido en torno a un 10 por ciento, los pacientes hospitalarios experimentan un crecimiento de un 15 por ciento, y los médicos hospitalarios un 28 por ciento, lo que es interpretado por Lancho como “una caída de la productividad”.

En otro momento de su intervención, abogó por una mejor gestión del gasto sanitario, para lo cual considera fundamental contar con la colaboración de los profesionales de la Medicina. Y es que, desde el punto de vista de este economista, el usuario de la Sanidad no dispone en términos generales de información acerca de la asistencia que se le presta y es por ello, como remarcó, “debe ser una institución independiente quien controle esa demanda de asistencia”. Esa ignorancia del consumidor le impide, por un lado, decidir cuál es su necesidad, siendo marcada, en muchas ocasiones, por el propio médico,  y, por otro, es incapaz de transformar necesidad en demanda. Esa transformación fundamental desde el punto de vista de los resultados y desde el punto de vista del coste está protagonizada por el médico, de ahí que el médico se convierta en pieza fundamental en el gasto. En este sentido, lamentó que las autoridades sanitarias de las 17 CC.AA. junto con el Ministerio de Sanidad, se hayan desentendido de una variable tan importante.

A continuación, otro de los intervinientes en la mesa, el coordinador de estudios de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), el doctor Miguel Ángel García, hizo un recorrido histórico y mostró como se ha sido capaz de adaptarnos a la realidad que se iba vislumbrando. Si bien alertaron a mediados de la década anterior, “faltarán médicos si no comienza a enmendarse la situación”, coincidiendo con otros estudios de finales de los 90. La situación comienza a transformarse a partir de 2007-2008, tanto por los cambios poblacionales, las dinámicas migratorias, el inicio de la crisis y el incremento del número de Facultades de Medicina, y a partir de ahí alzamos la voz para la reconsideración del númerus clausus, puesto que se temía por un exceso de 13.000 licenciados a consecuencia de ello.

El doctor García remarcó en otro momento de su intervención que no se puede mantener el actual númerus clausus  de 7.000 médicos al año, y defender lo contrario lo considera un gesto de irresponsabilidad. Es razonable, en estos momentos, corregir las expectativas y fijarnos un objetivo de 5.500 plazas de estudiantes en los próximos años, con una revisión anual de la cifra.

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