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Dres. Nieto y Carmona, vocales nacionales Medicina Privada: «Debate sobre prescripción, ¿realidad o ficción?»

Los representantes nacionales de Medicina Privada por cuenta propia y ajena, Dres. Carmona y Nieto reflexionan en este artículo de opinión sobre el conflicto generado por el R.D. que regula el manejo de medicamentos por enfermeros. Ambos vocales inciden en que la prescripción corresponde a «quienes conociendo la patología y las indicaciones terapéuticas ante el paciente conocen las posibles complicaciones, interacciones y efectos adversos de la prescripción y tienen capacidad para tratarlas»

«Debate sobre prescripción, ¿realidad o ficción?»

Dres. Carmona y Nieto, representantes de Medicina Privada por cuenta propia y ajena de la OMC

El supuesto problema generado por el Real Decreto por el que se regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros, no lo sentimos en nuestra relación diaria. Es más, diríamos que es un problema artificial creado por la insistencia de algunos dirigentes que creen que repitiendo una idea muchas veces terminará haciéndose realidad.

Ambas profesiones sanitarias teníamos perfectamente delimitadas nuestras funciones y competencias, que desarrollamos tanto en el ejercicio público como en el privado, y que el actual decreto mantiene en lo esencial.

Desde nuestro punto de vista no existe conflicto entre los profesionales médicos y los de enfermería, que trabajamos a diario codo con codo con el mismo objetivo: mejorar la salud de nuestros pacientes.

Sobre la controversia creada por la posibilidad de prescribir, indicar, o autorizar una medicación sujeta a prescripción médica, por parte de los enfermeros, hemos de recordar que tratar una enfermedad requiere un diagnóstico previo y que el diagnóstico, definido como el acto de conocer la naturaleza de una enfermedad mediante la observación de sus síntomas y signos es una función que sólo y únicamente puede hacer el médico. Y para tratar dicha enfermedad tenemos varias armas entre ellas los medicamentos, cuyo uso y empleo requiere el conocimiento del paciente y lo que rodea, de la enfermedad, y del resto de procedimientos terapéuticos.

La administración de un medicamento no conlleva solo el problema de los posibles efectos secundarios del mismo, sino el que el diagnóstico previo para el que se prescribe sea correcto.

Honradamente, solo deben prescribir quienes conociendo la patología y las indicaciones terapéuticas ante el paciente conocen las posibles complicaciones, interacciones y efectos adversos de la prescripción y tienen capacidad para tratarlas. De hecho, dentro de la medicina hay medicamentos que solo manejan algunos especialistas, y aunque no está vetado su prescripción a médicos de otras especialidades, lo habitual es que nunca lo utilicen quienes no están familiarizados por su uso habitual.

Consideramos que el citado real decreto queda perfectamente delimitado el campo de actuación y competencias de quienes pueden prescribir respecto a las responsabilidades de médicos y otros profesionales sanitarios en relación a los medicamentos sujetos por ley a prescripción médica.

La redacción definitiva del artículo 3, que tanta polémica y quebranto ha generado en algunos dirigentes, se corresponde con el preámbulo y justificación que figura al comienzo, y es acorde a la jurisprudencia del Tribunal Supremo mencionada en el mismo en lo relativo a que la responsabilidad del diagnóstico, tratamiento y prescripción corresponde al médico.

Como quiera que se ha generado en torno a este decreto un gran revuelo mediático y político, con opiniones dispares y a veces poco razonadas, desde las Vocalias de Medicina Privada tan solo pedimos que se haga una lectura sosegada y razonada del mismo y no solo se hagan frases para titulares de prensa que, a la postre, son las que crean el ambiente de supuesto enfrentamiento entre ambos colectivos.

Médicos y enfermeros partimos de esta realidad como base de nuestra relación desde tiempo inmemorial, y que el citado decreto se limita a corroborar.

Si alguien no quiere ver la realidad y quiere enfrentar a médicos y enfermeros jugando con las palabras «prescribir», «autorizar» «indicar» será su problema…y su responsabilidad.

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