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Dr. Manuel Fernández Chavero: “Profesión, profesión, profesión”

El Dr. Manuel Fernández Chavero, Vocal de Medicina Privada por Cuenta Ajena del Colegio de Médicos de la provincia de Badajoz, analiza, en este artículo de opinión, la Sanidad desde el punto de vista de la Deontología Médica, a los profesionales que ejercen tanto en la pública, privada o concertada; y el papel de la corporación colegial

Dr. Manuel Fernández Chavero, Vocal de Medicina Privada por Cuenta Ajena del Colegio de Médicos de la provincia de Badajoz.

 
Reunirse es un comienzo; permanecer juntos es un progreso; trabajar juntos es un éxito. Henry Ford.
 
Cuando esta situación pase quizás nos hayamos olvidado de muchas cosas; algunos incluso se habrán olvidado de hasta como era su patio. Ese patio que la canción infantil decía que era un patio muy particular.
 
Este artículo no pretende ser un estudio sanitario, social ni sociológico porque cualquiera de esas modalidades está por encima de mi capacidad de análisis y no es mi propósito adentrarme en territorios en los que habitan sabios y expertos.
 
En esta pandemia que nos asola estamos sacando conclusiones que, por muy sabidas, las teníamos olvidadas o hibernadas. Hemos tomado conciencia de tener una Atención Primaria que es una infantería de lujo formada por auténticos soldados de élite y una Atención Hospitalaria que es artillería pesada. Pero los mejores soldados del mundo y los mejores tanques no pueden ir a la guerra sin munición. Un soldado sin rifle, sin balas y sin  mando seguirá siendo un buen soldado pero indefenso y presto a recibir la primera bala que se cruce en su camino. Lo mismo ocurre con la artillería. A nadie se le ocurre hacer los cañones sin agujero. Esa primera bala tiene un nombre: Enfermedad Profesional o Accidente laboral.
 
Creo que la Sanidad Pública española ha puesto de manifiesto lo que todos   sabíamos. Un personal humano extraordinario pero infravalorado e  infradotado y una gran vulnerabilidad derivada fundamentalmente de los recortes sanitarios y de la fragmentación del sistema.
 
Tras estas pinceladas breves, pero necesarias, quiero centrarme, por mi condición de Vocal de Medicina Privada por Cuenta Ajena del Ilustre Colegio Oficial de la Provincia de Badajoz en aquellos colectivos de compañeros que están a caballo entre la sanidad pública y privada, en la sanidad concertada, en empresas privadas colaboradoras de la Seguridad Social, Clínicas, Policlínicos, Hospitales grandes y pequeños, Servicios de Prevención, Geriátricos, Consultorios, Consultas domiciliarias individuales etc. Esa atomización laboral y esa diáspora profesional no han sido obstáculo, sino acicate, para un comportamiento ejemplar desde la ética individual, desde la Deontología y desde un concepto de la solidaridad y del altruismo que solo una Profesión como la nuestra es capaz de sacar a relucir en los peores momentos de dolor e incertidumbres. 
 
En los colectivos mencionados son muchos los compañeros, los colegas, que se han visto solos y que han estado solos. Sin ninguna estructura empresarial  detrás porque ellos son sus propias empresas. 
 
En esos momentos de soledad personal y profesional mi Colegio y muchísimos más Colegios han acudido en nuestro socorro en multitud de materias: información pormenorizada de la pandemia, protocolos actualizados a pesar de la vorágine, del caos y de la volatilidad de los mismos, asesoría jurídica, en ocasiones incluso aprovisionamiento de EPIs y un sinfín de servicios y atenciones que han servido fundamentalmente para tres cosas: Para la reivindicación de los colegios como estructuras y organismos imprescindibles para los médicos y la sociedad, para sentirnos cobijados y protegidos y como instrumentos de asesoramiento, aseguramiento y defensa.
 
Esta situación de crisis  ha venido a darnos la razón a los que trabajamos en otros modelos sanitarios cuando defendemos y razonamos la necesidad de una Sanidad Mixta, privada y pública o pública y privada, que vayan  de la mano, ambas aportando sus virtudes y defectos, defensoras de la libre elección del ciudadano, complementarias siempre y suplementarias cada vez que haga falta. 
 
Una Sanidad Pública Universal pero sin talibanismos excluyentes de una buena parte de la Profesión y de la Ciudadanía. Una Sanidad Mixta que tenga como slogan el título de este artículo que lo he copiado literalmente de lo que repite hasta la saciedad mi presidente colegial: Profesión. Profesión. Profesión. 
 
Todos somos necesarios. Todos somos médicos. Todos somos Profesión. Y todos hemos demostrado que cada cual en su ámbito de actuación y competencia somos imprescindibles. La sociedad nos necesita unidos y nosotros tenemos la obligación de estar unidos y trabajar unidos. Compartimos el mismo Código de Deontología. 
 
Ese Código de Deontología que ya en su presentación realizada por el Dr. D. Pedro Hidalgo Fernandez, Presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Badajoz, nos dice:
“Un marco de ejercicio profesional para todos los médicos españoles que debe ser conocido por los ciudadanos. Viene a ser un manifiesto del compromiso que la medicina, pero sobretodo los médicos, tiene con la sociedad. Ninguna profesión como la nuestra se compromete de una manera tan rotunda en un articulado de obligaciones. Y a ninguna se le exige tanto Pero a ninguna se le valora tanto.
 
Cuanto bien haríamos y nos haríamos si todos los estamentos (educativos, formativos, administrativos y políticos) conociesen y apoyasen este manual de comportamiento (y espero que de pensamiento) de la profesión médica española.”
 
En nuestro Código podemos leer entre otros muchos principios:
 
La profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad. Respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad son los deberes primordiales del médico.   
El médico debe atender con la misma diligencia y solicitud a todos los pacientes, sin discriminación alguna.  
La principal lealtad del médico es la que debe a su paciente y la salud de éste debe anteponerse a cualquier otra conveniencia. 
El médico jamás perjudicará intencionadamente al paciente.  
Todo médico, cualquiera que sea su especialidad o la modalidad de su ejercicio, debe prestar ayuda de urgencia al enfermo o al accidentado.  
El médico ha de ser consciente de sus deberes profesionales para con la comunidad.
Siendo el sistema sanitario el instrumento principal de la sociedad para la atención y promoción de la salud. 
La confraternidad entre los médicos es un deber primordial.
Los médicos deben tratarse entre sí con la debida deferencia, respeto, lealtad, sea cual fue la relación jerárquica que exista entre ellos.
Los médicos se abstendrán de criticar despectivamente las actuaciones de sus colegas.
Los médicos compartirán sus conocimientos científicos en beneficio de los pacientes.   
Los médicos que comparten la responsabilidad asistencial de un paciente deben proporcionarse la información necesaria de forma clara y comprensible.
Las discrepancias entre los médicos no han de propiciar su desprestigio público. 
 
El Código de Deontología nos acoge a todos por igual y a todos nos obliga por igual. Sanidad Pública. Sanidad Privada. Sanidad Concertada. Los tres lados de un triángulo por supuesto no equilátero, ni tan siquiera isósceles pero si un triángulo escaleno con sus lados desiguales pero necesarios. Y en el baricentro de este triangulo: el enfermo, el paciente, la persona que sufre y la sociedad a la que todos pertenecemos.
 
Empecé este escrito haciendo referencia a una canción infantil por todos conocidas. Esta canción viene a decir algo así: “El patio de mi casa es particular. Cuando llueve se moja como los demás”. Cuando llueve, llueve para todos. Todos nos mojamos y para todos debe valer el mismo paraguas. Una Sanidad Mixta con un mismo paraguas.
 
Por ultimo sirva este escrito para apoyar, ayudar y animar a todos los compañeros que pudieran estar agobiados por los problemas, la carga asistencial, la precariedad laboral, la crisis vocacional, la desazón profesional o el desasosiego. 
 
A todos ellos, y de manera muy especial a los queridos colegas fallecidos en esta pandemia, quiero dedicar esta frase de Mario Matricardi: “Soy un instrumento más de la orquesta denominada destino, en la cual solamente he interpretado notas medias y bajas, tranquilas y tristes, siguiendo la pista de una sinfonía llamada vida, en la cual no quisiera finalizarla sin tocar las notas más altas, que no solamente contengan alegría, sino también felicidad”.
 
 Nuestros  colegas y compañeros fallecidos han tocado las notas más altas y sublimes y nos han regalado una herencia irrepetible: Un Sinfonía llamada Vida ¡¡¡¡. Descansen en Paz.
 
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