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Cerca de 2 millones de niños menores de cinco años mueren al año en el mundo a causa de una infección respiratoria aguda

Organizaciones médicas estiman que alrededor de 2 millones de niños menores de cinco años mueren al año en el mundo a causa de una infección respiratoria aguda. Esta patología constituye, además, la principal causa de hospitalización pediátrica, que se incrementa en los meses de invierno

 

Madrid, 28 de enero 2014 (medicosypacientes.com/E.P.)

Las infecciones respiratorias agudas constituyen las infecciones más frecuentes en la población infantil y la principal causa de hospitalización pediátrica, siendo en los niños menores de cinco años donde se ven los casos más grave, y el invierno, especialmente los meses de diciembre, enero y febrero, cuando se produce el mayor pico de incidencia. Las organizaciones médicas estiman que alrededor de 2 millones de niños menores de cinco años mueren al año en el mundo a causa de una infección respiratoria aguda.

Las infecciones respiratorias son todas aquellas patologías infecciosas que afectan a las vías respiratorias, según el doctor Xavier Carbonell-Estrany, presidente de la Asociación Mundial de Medicina Perinatal, quien recordó que estas infecciones están, en prácticamente la totalidad de los casos, producidas por virus, siendo el  virus sincitial respiratorio (VRS) la causa más frecuente.

«Prácticamente todos los niños se han visto afectados durante el primer año», recordó este experto que destacó que «la infección solo se complica en un 1 ó 2 por ciento de los niños» y, por tanto, el «pronóstico en niños sanos es bueno», del mismo modo «la mortalidad en países desarrollados es muy baja»; por el contrario, añade, «en países subdesarrollados puede matar a miles de niños».

Niños con alto riesgo

El problema cambia cuando se habla de los niño de alto riesgo. En ello la tasa de hospitalización en los centros españoles por infecciones respiratorias agudas (prematuros, niños con enfermedad pulmonar crónica o cardiopatía congénitas) oscila en los primeros desde el 13%, pudiendo aumentar enlosa casos de enfermedad pulmonar crónica o cardiópatas al 25%.

A medida que la edad de gestación -o sea el momento de nacimiento se acerca al término por ejemplo los prematuros tardíos de 33-35 semanas el riesgo de hospitalización disminuye pero sigue siendo alto (5%) teniendo en cuenta la gravedad de la infección que puede obligar a un ingreso en cuidados intensivos un 20% de los casos.

De éstos, el virus respiratorio sincitial (VRS) está presente en aproximadamente el 77% de los casos, seguido del virus de la gripe (15%), el adenovirus (6%) y el virus para influenza (2%). El VRS es el de más alto contagio, se estima que infecta aproximadamente al 75% de los niños durante el primer año de vida y acerca del 100% al final del segundo año.

Existen diferentes tipos de enfermedades dentro del grupo de las infecciones respiratorias agudas, como bronquiolitis, neumonía, otitis, sinusitis, resfriado común, faringitis, laringitis o epiglotitis, entre otras. «Las complicaciones en las vías respiratorias bajas representan 20.000 visitas a urgencias hospitalarias y hasta 10.000 hospitalizaciones», adviritó el experto.

Como media se necesita tres días de incubación, cuando la carga viral es más alta suele cursar con rinitis, mocos, tos, sibilancias, aumento del trabajo respiratorio, etc., aunque lo normal es que la cara viral se reduzca en siete días. En cuanto a los cuadros clínicos asociados, se encuentra típicamente la bronquiolitis.

Cada vez se acumula más evidencia del que ciertos virus respiratorios -especialmente el VRS- afectando al bronquio produce efectos indeseables a largo plazo como son los  episodios de sibilancias recurrentes que obligaran durante muchos meses o años a innumerables visitas a urgencias e incluso a algunos ingresos hospitalarios, proceso que puede durar hasta los 6-12 años en ciertos casos con todo el gasto sanitario y problemas para el niño y los padres que comporta.; le siguen las neumonías, laringitis, síndromes febriles o gripales y cuadros catarrales.

Especialmente, consideramos niños de alto riesgo por el volumen que representan «los bebés prematuros, los que padecen cardiopatías congénitas y los que tienen afecciones pulmonares», debido a que tienen un menor desarrollo de las vías respiratorias o, en algunos casos, mayores dificultades para la mecánica respiratoria como es el caso de los trastornos neuromusculares.

Además, hay que tener especial cuidado con los niños inmunodeprimidos (trasplantados de médula ósea, etc.), cuyo sistema inmune no cumple con el papel de la protección que le corresponde; niños con síndrome de Down tienen el riesgo de padecer infecciones respiratorias agudas por las alteraciones morfológicas de las vías respiratorias superiores; y niños que padecen fibrosis quística, una patología genética en la que se obstruyen las vías respiratorias.

A la hora de hablar de prevención el doctor Carbonell-Estrany recordó que «es importante empezar por lo que no cuesta dinero», y, para ello, «educación sanitaria de prevención» y «formación en los profesionales de la sanidad» son dos puntales a la hora de evitar la infecciones, aunque reitera es en los grupos de riesgo donde hay que poner más hincapié.

Es importante tener en cuenta que estas infecciones se ven agravadas por peligros ambientales, como la contaminación del aire en espacios cerrados o el contacto con el humo del tabaco, y en el exterior por el tráfico y la contaminación industrial.

Medidas preventivas

Entre las medidas higiénicas que se pueden llevar a cabo fácilmente para evitar el contagio de las infecciones respiratorias destacan: lavarse las manos más a menudo y siempre antes de tocar al bebé, evitar entornos cerrados y potencialmente contagiosos (casa, colegio, guardería), y limpiar las superficies donde haya estado una persona que padecía una enfermedad respiratoria o un simple catarro, mantener limpios los objetos que están en contacto con los bebés (juguetes, platos, cucharas, biberones).

Además, es recomendable alejar a los bebés de las personas que puedan tener algún tipo de virus o infección, utilizar pañuelos desechables para que los virus no puedan circular y tirarlos inmediatamente, utilizar material de higiene distinto del de las personas mayores y evitar el humo del tabaco cerca de los bebés. Asimismo, añade, «consideramos importante fomentar la lactancia materna factor que parece es claramente protector».

Dependiendo del perfil del paciente y del tipo de virus que provoque la infección respiratoria aguda, se aplicarán diferentes abordajes para curar al paciente o evitar el contagio. En los casos de niños de alto riesgo citadas para tener una hospitalización por VRS, existen guías y pautas publicadas por entidades científicas de peso como pueden ser las Guías de Consenso de las Sociedades Nacionales de Neonatología, Neumología Cardiología, las mismas guías de Ministerio que establecen para estos caso las pautas de la prevención con anticuerpos monoclonales, aunque pautas diferentes para enfermedad pulmonar, cardiopatías, y en gestaciones menores de 32 semanas y entre 32-35 semanas.

 

 

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