Este trastorno gastrointestinal es una de las causas más frecuentes de molestias digestivas en la población el problema no sólo afecta al colon sino que puede extenderse a tramos más altos del tubo digestivo, por ello es denominado en la actualidad como intestino irritable.
Hablamos de alteraciones de la sensibilidad y de problemas de coordinación ya que el colon, fundamentalmente, se contrae demasiado o se relaja de forma exagerada, todo ello originado porque el cerebro no recibe la información correcta y necesaria, situación que puede aparecer después de ingerir determinados alimentos o, algo más frecuente, tras la aparición de trastornos emocionales en personas con ciertos problemas de base.
Las mujeres suelen padecer más este mal sobre todo entre los 20 y 30 años, alteración que puede incrementarse con la regla y que provocará que ese intestino descontrolado genere la aparición de un abdomen expandido y con movimiento de gases en el interior; el dolor que generalmente desaparece al defecar aunque normalmente quedará la impresión de que no se ha eliminado todo el contenido, la visualización de la presencia de moco en las heces, la diarrea o el estreñimiento.
Mientras no aparezca sangre en las heces, pérdida de peso, mucho cansancio, fiebre o que el dolor despierte al afectado por la noche, que es cuando estamos desconectados de casi todos los problemas rutinarios, hay que tomarse el asunto con tranquilidad a pesar de que no exista un diagnóstico definitivo.
Por lo tanto la posible base del problema radica en que existe distintos tipos de respuestas ante mínimos estímulos y suele suceder que el paciente puede acabar acudiendo a distintos centros porque en definitiva no existe un deterioro de base diagnosticable. Se puede seguir pensando que realmente existe una patología grave, de hecho el síndrome está encuadrado por algunos sectores médicos dentro de las enfermedades psicosomáticas, ahora bien, existe el caso contrario, en el que hay personas que padeciendo las mismas molestias no se las exponen a su médico de cabecera porque la sintomatología no suele convertirse en incapacitante para la normalidad de su vida cotidiana.
No podemos olvidar que las molestias pueden aparecer a cualquier edad, por lo tanto existen pequeños que padecen una sintomatología concordante con lo descrito con anterioridad, además, en esta edades se puede ser más consciente de los gases, el movimiento y los ruidos intestinales, lo que puede desencadenar una sintomatología que además aporte, debido a sus cortas edades, que sientan vergüenza por ir frecuentemente al baño con la consiguiente angustia por el trastorno que están sufriendo lo que puede originar problemas para adaptarse al entorno escolar, entre otros, por lo que los padres y maestros deberán estar muy atentos para apoyarlos y conseguir aislar su mente de las circunstancias que vayan apareciendo.
Lo de comer alimentos sanos, despacio y masticando bien, olvidar los refrescos gaseosos, beber abundante agua mineral y evitar ingerir, en lo posible, medicación para la diarrea o el estreñimiento creo que son los principios básicos para olvidarse para siempre del extraño síndrome de intestino irritable y no tener que recurrir a ningún tipo de psicofármacos con posterioridad ya que no podemos descartar que a lo mejor no solo no mejoran la situación sino que la empeoran?¡por cierto, intestino grueso que junto al esófago podrán ser visualizados dentro de poco tiempo con la cápsula endoscópica que como ya expuse ha comenzado a utilizarse para ver el intestino delgado!
Finalizo exponiendo que en el ámbito sanitario son muchos los que se hacen la siguiente pregunta…¿ es el síndrome de intestino irritable una enfermedad digestiva en la que el sufrimiento acaba trastocando la estabilidad psíquica del afectado? o, acaso, ¿podría ser un trastorno que afecta a la estabilidad psicológica del paciente pudiendo desencadenar con posterioridad la sintomatología que define a la enfermedad que hoy he redactado?…
Fuente: Dr. Juan Carlos Moreno
para medicosypacientes.com
