Médicos de España, Portugal e Iberoamérica se han reunido en el IX encuentro del Foro Iberoamericano de Entidades Médicas (FIEM) con el objetivo de informar sobre el estado de la profesión médica, así como de las posibles soluciones que engloben y defiendan la salud de los pacientes y ciudadanos. La primera ponencia ha abordado la problemática del exceso de prescripción y consumo de medicamentos, incluso en pacientes sanos, así como su incidencia en los sistemas de salud debido a las políticas sanitarias tan diversas y los altos costes
El presidente de la Organización Medica Colegial, Dr. Juan José Rodríguez Sendín, quien actuó como moderador de esta mesa, puso de manifiesto la importancia de las políticas de los medicamentos y su incidencia en la salud teniendo en cuenta que acaparan el mayor porcentaje del gasto sanitario de los sistemas nacionales de salud, así como las consecuencias derivadas del mal uso de los mismos que hace que en EEUU, por ejemplo, sean la tercera causa de muerte.
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En su opinión, dedicarles tiempo es la mejor inversión que se puede hacer en el paciente, lo contrario es “la destrucción de la medicina”. Por este motivo, recalcó la necesidad de “usar bien el efecto placebo que tiene la bata blanca”, para prescribir medicamentos que ya tengan una buena aceptación por parte del paciente desde el inicio. Una buena comunicación y entendimiento provoca que el tratamiento sea bien recibido.
Respecto a la situación en España, manifestó que en 1985, del gasto total en sanidad, el de personal representaba el 57% y el de farmacia el 15%, mientras que, actualmente, se ha invertido la situación, siendo el gasto en persona del 43% y el del farmacia supera el 30% y en algunas comunidades supera el 35% y «todas las políticas caminan en el uso indebido del medicamento» que está en unos «niveles desesperantes».
En este sentido, cuestionó el hecho de que surjan nuevos prescriptores a los que se les confieren competencias no previstas en la Ley para prescribir fármacos sujetos a prescripción, así como la dispensación de medicamentos por Internet. El Dr. Rodríguez Sendín defendió como alternativa la denuncia a través de la palabra de estas situaciones, en defensa de los intereses de los pacientes y de la profesión médica.
El Dr. José Manuel Silva, ponente de la mesa ‘Medicalización de la vida y política de los medicamentos’, resaltó la incertidumbre de las nuevas tecnologías y su aplicación. A pesar de disponer de los mejores recursos para tratar todas las patologías, como nanorobots, sensores o dispositivos especiales para trasplantes, las aplicaciones que tienen todavía son inciertas debido a la tendencia a la medicalización.
El Dr. Silva, presidente del Colegio de Médicos de Portugal, hizo una comparativa entra la medicalización y la ‘mcdonalización’, un término que se refiere a la ‘fast food’ de la medicina. Asegura que hay que luchar contra esta tendencia de prescripción rápida y “preservar la humanización, la empatía y la capacidad de comunicar y escuchar a los pacientes, que es lo mejor que podemos hacer por ellos”.
En su opinión, dedicarles tiempo es la mejor inversión que se puede hacer en el paciente, lo contrario es “la destrucción de la medicina”. Por este motivo, recalcó la necesidad de “usar bien el efecto placebo que tiene la bata blanca”, para prescribir medicamentos que ya tengan una buena aceptación por parte del paciente desde el inicio. Una buena comunicación y entendimiento provoca que el tratamiento sea bien recibido. No obstante, y en consonancia con la excesiva medicalización, el Dr. Silva subrayó que la primera opción no debe ser prescribir, pues la prevención es la mejor forma de preservar adultos saludables. En sus propias palabras: “Si tuviéramos un estilo de vida saludable podríamos evitar el 90% de la diabetes tipo 2, el 70% de los accidentes cerebrovasculares y el 70% del cáncer de colon”, entre otras patologías.
La prevención también incluye la limitación del uso de ciertos compuestos, como el glifosato, un herbicida de uso extendido. Un estudio, expuesto durante su intervención, mostró que la población portuguesa es una de las que tiene los niveles más altos de esta sustancia. Este hecho resulta preocupante, pues el glifosato, además de resultar tóxico, inhibe la absorción de la vitamina D, esencial en los procesos de muchas funciones biológicas.
Así, el Dr. Silva denunció que las políticas sanitarias gubernamentales deben estar más unificadas tanto en Europa como en Sudamérica para velar por la seguridad de sus ciudadanos, poniendo limitaciones en todo lo que no sea bueno ni para ellos ni para los pacientes que se encuentren más desprotegidos. En este sentido, explicó que el disease mongering, “que crea pacientes de personas sanas” es un interés farmacéutico centrado en medicalizar a la población.
Entre los más desprotegidos de los pacientes, se encuentran los niños, que toman psicotrópicos desde edades tempranas. El presidente portugués hizo referencia al síndrome de hiperactividad infantil como el que más se prescribe erróneamente. De hecho, alertó a los pediatras de que “la mitad de los bebés ya ha tomado antibióticos”.
Portugal es el noveno país que más medicamentos consume en Europa, por este motivo, “hay más problemas de resistencia a los antibióticos”, informa el Dr. Silva. De ahí, que la prescripción se deba realizar con cautela y sentido. La publicidad, en este contexto, tiene gran importancia y no sólo para el médico: “En Portugal, el año pasado, se ha invertido millones de euros en publicidad de medicamentos que no son de prescripción médica porque la publicidad de éstos no es posible; son los otros los que nos están preocupando”.
Por ello, el ponente portugués concluyó que una de las medidas más importantes para que todos los países cuiden al paciente con los mismos métodos es “unificar las políticas”, tal y como se tiene previsto con el programa Health 2020 propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así, no existirán tantas diferencias entre unos países y otros. El Dr. Silva lo evidenció con un ejemplo: “Londres utiliza las multas de los bancos para financiar el servicio de salud. En Inglaterra, los bancos pagan por la salud de las personas. En Portugal, las personas pagan por la salud de los bancos”. Unificar políticas sanitarias que aboguen por el correcto uso de los medicamentos y eviten excesos, es uno de los grandes retos actuales que se debe afrontar para proteger al paciente.
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