La tuberculosis en la infancia representa a nivel mundial el 11% del total de casos, cerca de 1 millón de casos nuevos anuales, con una mortalidad global del 30%. Los niños procedentes o hijos de inmigrantes de países con alta prevalencia de tuberculosis son más vulnerables, por lo que las posibilidades de infección son mayores
Oviedo, 14 de octubre 2009 (medicoypacientes.com)
En la actualidad, se estima que un tercio de la población mundial está infectada por el M. Tuberculosis, con aproximadamente 9 millones de casos nuevos anuales y entre 1?5 y 2 millones de muertes. En España, la población pediátrica menor de 14 años infectada representa el 6% del total de casos nuevos, siendo el grupo menor de 4 años el más afectado y el que más formas graves presenta.
En el marco del XXIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), especialistas en la materia han abordado la manera de detectar y tratar la tuberculosis en una mesa redonda simultánea sobre Actualización de la infección tuberculosa en la infancia.
“La formación de los pediatras de AP españoles en tuberculosis es en general excelente, por lo que podemos afirmar que tenemos los profesionales adecuados para su diagnóstico y tratamiento?, señala el Dr. Santiago Alfayate Miguélez, adjunto de la Sección de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia), profesor asociado de Pediatría de la Universidad de Murcia y moderador de la mesa.
Algunos datos sobre la tuberculosis
La tuberculosis en la infancia representa a nivel mundial el 11% del total de casos, cerca de 1 millón de casos nuevos anuales, con una mortalidad global del 30%.
En España, la incidencia y mortalidad ha disminuido en los últimos 50 años de forma notable. Actualmente, la tasa de prevalencia es de 18 casos por 100 mil habitantes (según datos del Centro Nacional de Epidemiología-CNE), una de las cifras más altas de Europa. A pesar de esto, la OMS considera estos datos como poco fiables y eleva las tasas a cifras que oscilan entre 25-30 casos/100.000 habitantes.
La población inmigrante en España procede en su mayoría de países en los que la prevalencia de la infección tuberculosa es muy elevada. En muchos casos, además, esta población vive en condiciones sociosanitarias deficientes, lo que favorece el desarrollo de la enfermedad. ?En este sentido, los niños son más vulnerables, por lo que las posibilidades de infección son mayores?, señala el Dr. Alfayate.
Complejo diagnóstico de la enfermedad
El diagnóstico de la enfermedad tuberculosa es muy difícil, dada la variabilidad de los síntomas, que, además, en su inicio suelen ser larvados y comunes a patologías muy frecuentes, y dependientes, entre otras cosas, de las localizaciones que presente y de la edad, ?por lo que la mayor responsabilidad del diagnóstico le corresponde al pediatra. En las formas pulmonares, que son las más frecuentes, lo habitual es que el paciente presente con febrícula, tos, dificultad respiratoria, etc.?, apunta el pediatra.
La reacción de la prueba de la tuberculina (Mantoux) es la técnica habitual para el diagnóstico de la infección tuberculosa, si bien existen otras exploraciones complementarias como radiografías, cultivos, etc. que pueden ayudar al pediatra de Atención Primaria en el diagnóstico.
Existen otras pruebas, que normalmente son de ámbito hospitalario, que también pueden ayudarnos, como son la detección de la producción de interferón gamma, técnicas de biología molecular (reacción en cadena de polimerasa / PCR) y técnicas de imagen (TAC, RNM).
Efectividad del tratamiento
Actualmente, ?disponemos de un arsenal terapéutico efectivo que ha permitido obtener la curación de un porcentaje muy elevado de pacientes con enfermedad tuberculosa?, comenta el Dr. Alfayate.
En los últimos años, se ha producido un aumento de resistencias del bacilo tuberculoso a los fármacos antituberculosos, por lo que en este momento, en España se preconiza el inicio del tratamiento con cuatro fármacos durante el periodo de inducción (los primeros 2 meses) o hasta conocer la sensibilidad de la cepa infectante. Por otra parte, asegurar la cumplimentación del tratamiento mediante observación directa (DOTS), en los casos en los que sea preciso, es otro de los objetivos de la OMS para la erradicación de la tuberculosis.
Con respecto a las posibles consecuencias de la enfermedad, ?en las formas pulmonares no suelen quedar secuelas. Estas pueden aparecer en otras presentaciones como en las formas óseas y sobre todo en las formas meníngeas, en las que son frecuentes y extremadamente graves?, explica el pediatra.
Futuro de la tuberculosis en España
Según el Dr. Alfayate, ?es de esperar que continúe el descenso de la tasa de la enfermedad en nuestro país, hasta quedar relegada, como en otros países desarrollados, a poblaciones marginales?.
“Quizás el futuro para la erradicación de la tuberculosis en nuestro país y en el mundo en general, sea la aparición en los próximos años de vacunas seguras y eficaces?. En la actualidad, y desde la publicación del genoma del bacilo, la caracterización de los factores virulentos del M. Tuberculosis y el mayor conocimiento del tipo de respuesta inmune requerida, existe un numeroso grupo de proyectos de desarrollo de nuevas vacunas. ?Este proceso es lento y no parece posible que para el 2015 dispongamos de una vacuna segura y eficaz como figura en los objetivos de la OMS?, finaliza el pediatra.