José Ramón Huerta Blanco, Presidente del Colegio de Médicos de Soria, ha pedido en estos tiempos de crisis compromiso y esfuerzo al colectivo médico para proporcionar el mejor servicio al paciente en un artículo titulado “Compromiso, responsabilidad, derechos y obligaciones”
Madrid, 28 de diceimbre de 2011 (medicosypacientes.com)
José Ramón Huerta Blanco, Presidente del Colegio de Médicos de Soria, ha pedido en estos tiempos de crisis compromiso y esfuerzo al colectivo médico para proporcionar el mejor servicio al paciente en un artículo titulado “Compromiso, responsabilidad, derechos y obligaciones”
Los Colegios de Médicos, como organizaciones responsables de la regulación, ordenación y representación de la profesión médica, estamos obligados a promover la transparencia, la veracidad y la responsabilidad social de nuestras instituciones al servicio del bien común y concretamente, en nuestro caso, por nuestro compromiso con la promoción del derecho de protección de la salud de los españoles que contempla la Constitución Española.
La obligación de servicio público de los Colegios de Médicos surge en el momento de su creación, que fue por decisión y voluntad de los poderes públicos que delegan las competencias regulatorias de aspectos internos del ejercicio profesional, como la aplicación de la deontología médica, de casi imposible valoración por agentes externos, para asegurarse la buena praxis, la promoción de la excelencia profesional y la defensa de los intereses de salud de los pacientes y de la sociedad en general, con el mandato de velar para que el ejercicio profesional se adecue a los intereses de los pacientes.
Compromiso y esfuerzo es lo que pedimos a todos los médicos de nuestro Colegio y de toda España en estos momentos de crisis económica y social. Compromiso en promover la excelencia y conseguir eficiencia, uniendo los valores profesionales con la consideración de la dimensión económica de los actos médicos. No valen, ahora ni nunca, consideraciones de “medicina defensiva”, ineficientes y peligrosas para el paciente y para el sistema sanitario y que la propia ética médica rechaza. Por profesionalismo y por responsabilidad personal, profesional y social el médico debe contribuir a promover la eficacia al mejor servicio del paciente, la prioridad de su ejercicio profesional, compatibilizándola con una eficiencia responsable al servicio del que ya se ha convertido en el principal principio de la bioética moderna, la justicia social. Todo ello sin menoscabo de la dignidad del médico que también tiene derecho y obligación de defender sus intereses, al igual que los de su paciente y de oponerse a medidas que pueden llegar al escarnio en la consideración de sus derechos laborales y económicos, originando un menoscabo y una precariedad a la que el médico también tiene que oponerse son firmeza.