sábado, mayo 4, 2024

Portal informativo de la Organización Médica Colegial de España

InicioOpiniónDr. José Manuel Cucalón: “Reflexiones de un marinero de agua dulce…”

Dr. José Manuel Cucalón: “Reflexiones de un marinero de agua dulce…”

El Dr. José Manuel Cucalón, Vocal de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Zaragoza, analiza en este artículo de opinión, publicado en el Blog de AP25, los tres problemas a los que se enfrenta la Atención Primaria en España actualmente, “no hay médicos suficientes, no hay presupuesto justo y adecuado a las necesidades estructurales y funcionales de la AP y no hay una planificación y organización de la AP adecuada”

Dr. José Manuel Cucalón, Vocal de Atención Primaria Rural del Colegio de Médicos de Zaragoza

 
La Atención Primaria, como primer nivel asistencial de nuestro Sistema Nacional de Salud, siempre ha sido” el patito feo” de nuestra sanidad. Ya estaba en crisis en los años 90 cuando se solicitaban medidas incentivadoras, organizativas y presupuestarias que dieran un verdadero empujón a este nivel. 
 
Por entonces los decálogos de reivindicaciones eran la norma. Cuando parecía que algo podría cambiar llegó la crisis económica de los años 2008-09 que truncó nuestras esperanzas. Seguimos esperando mejores vientos en este mar espeso y manso, donde nada se mueve salvo las tertulias, discusiones y falsas promesas. Vimos como nuestras nóminas perdían poder adquisitivo a pesar del esfuerzo titánico de los profesionales, pero, mira por donde, hemos sido bastante sacrificados y mansos como para plantarnos.  Nuevamente los vientos parecían levantarse y hasta se consiguió llevar al Parlamento de España nuestra voz con las principales reivindicaciones plasmadas ya en pergaminos de los viejas que eran. Se consiguió elevar a rango de ley una normativa que podría, de ser llevada a la practica, recomponer algo la cara de nuestra AP española, bandera internacional paraduchos políticos de corto recorrido. Pero, nuevamente estábamos engañados, mucha normativa llena de ideas a corto, medio y largo plazo sin un duro presupuestado para su desarrollo. Y en estas estábamos cuando de repente y sin arriar las velas nos sacude una pandemia en toda la proa que da de lleno en nuestro viejo cascarón y amenaza con hundirse abriendo bocas de agua por doquier. Y estos agujeros son los mismos del 2009 y del 1999: Falta personal para cubrir las vacantes, falta presupuesto para gestionar la AP con una gerencia única que nos levante el poderosos pié hospitalario de encima y la adecuación de la planificación y organización sanitaria propia del siglo 21. 
 
Estos tres problemas siguen siendo la madre del cordero: No hay médicos suficientes, no hay presupuesto justo y adecuado a las necesidades estructurales y funcionales de la AP y no hay una planificación y organización de la AP adecuada, estando multifraccionada, descoordinada y anticuada, cayendo en la injusticia y en la desmotivación permanentes. Así no hay manera de salir a flote. 
 
Y esta pandemia lleva consigo un desgaste económico monumental que va a traer nuevas inequidades a nuestros médicos generalistas. Congelación salarial, desaparición de complementos, horas peor pagadas a las pauperrimas actuales (vergüenza ajena) y otras medidas que pronto se cernirán sobre nuestras cabezas. 
 
Y qué les diremos a los ciudadanos?, cómo explicarles que no hay más de donde sacar?, Cómo seguir trabajando aquí y en estas condiciones laborales tan estupendas?. Tal vez algún político sensato diga la verdad: Es todo fachada. 
 
Ponemos trabas a los estudiantes que quieren ingresar en nuestras facultades, ponemos trabas a nuestros residentes que quieren trabajar, ponemos trabas a los jóvenes mal incentivando y desmotivando en su trabajo, ofrecemos un mercadillo entre las CCAA para fichar al máximo número de médicos despoblando siempre a los mismos, desangramos a los mayores con carreras profesionales no retribuidas a pesar de doblar cupos a todas horas para tapar, una vez más, nuestra vergüenzas, y maltratamos a nuestros veteranos con incertidumbre en la jubilación. Es decir,  quemamos nuestros barcos ante la playa y a la vista de todos.  
 
Y nuestros políticos que dicen de todo esto?. Se les llena la boca  de piropos y bendiciones a este nivel, símbolo y bandera de nuestro sistema sanitario. Pero, dejad que os muestre la cruda realidad. Aún no he visto a ninguno proponer soluciones prácticas a los 3 problemas básicos, ni el de recursos humanos, ni el presupuestario ni el planificador. Ni siquiera aceptan un debate en vivo con los profesionales en donde se traten estos problemas a fondo, con sentido de Estado, como en un gran plan nacional de rescate a largo plazo. O no hay dinero, o no hay voluntad o no hay inteligencia para dar con las soluciones. 
 
Entretanto la nave de la AP seguirá surcando el proceloso mar quieto y manso, sin viento de ninguna clase que mueva sus velas y ofrezca dirección o rumbo alguno. Irán cayéndose los mástiles y perderemos las velas. Hasta que un día se nos trague la mar y solo quede el recuerdo de la grandeza de esta nave. Otra armada invencible hundida en el fondo del mar. Otra oportunidad perdida.
 
O tal vez no. Tal vez se encuentre algún espabilado que inyecte un soplo de vida y nos conduzca a buen puerto.  Sigo esperando…..
 
Relacionados

TE PUEDE INTERESAR

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más populares