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Tribuna del presidente del Colegio de Médicos de Burgos: “¿Qué preferimos, Estado de bienestar o bienestar del Estado? Un asombroso concurso de recortadores protagonizado por nuestra clase política”

El presidente del Colegio de Médicos de Burgos, el doctor Juan José Aliende, escribe esta Tribuna, desde al ámbito sanitario, que es el que nos ocupa, y desde el que observa “cómo los políticos se han propuesto dar como respuesta a la crisis, el recorte indiscriminado de los derechos laborales adquiridos durante los últimos veintitantos años por los trabajadores sanitarios así como el recorte a los derechos de los pacientes, lo que deteriora y pone en peligro uno de los pilares del llamado Estado del Bienestar. Genial. Una y otra vez el estómago de los políticos se cimbrea para escapar al toro de la crisis en una suerte de “recorte” que asombraría al mismísimo Manolete si viviera. Parece que todo recorte vale para nuestros mandamases salvo el aplicado a sí mismos y a la elefantiasis de las estructuras que les sostienen en la cumbre”

Burgos, 31 de julio 2012 (medicosypacientes.com)

“Qué preferimos, Estado del bienestar o el bienestar del Estado? Un asombroso concurso de recortadores protagonizado por nuestra clase política”.

(Recorte: Taurom. Regate para evitar la cogida del toro).

A tenor de todas las encuestas recientemente efectuadas a nivel nacional, la gran mayoría de españoles nos mostramos de acuerdo con la propuesta de adelgazar el Estado así como disminuir el número de cargos públicos y sus prebendas. Se lee y oye por doquier que nuestro Estado Español está claramente hipertrofiado en sus estructuras, que existen múltiples ejemplos de duplicidades en los servicios al ciudadano, y que todo ello cuesta al contribuyente mucho más de lo que nuestro país puede soportar. Oímos y leemos que las Autonomías, Diputaciones, Ayuntamientos, Estado Central, así como también Televisiones Autonómicas, Empresas Públicas, etc., están en números rojos y su déficit dispara la temible prima de riesgo. Subvenciones a partidos políticos, sindicatos y miles de asociaciones de todo pelo, (“mamandurrias” en lenguaje moderno, Esperanza Aguirre dixit) consumen lo que no tenemos y aún más. La situación ha sido calificada de “Estado de Excepción” por Julio Anguita.

Para tratar de subvenir estos factores tan peligrosos para la economía, los políticos han efectuado recortes intensos y extensos de los sueldos de los empleados públicos, incrementado su jornada laboral, despedido interinos, congelado salarios y pensiones, introducido el copago (o repago según quien), aumentado brutalmente los impuestos….. Y nada, los problemas siguen.

Si los políticos escucharan realmente la voz del pueblo, habrían empezado hace tiempo a hablar entre sí sobre cómo diseñar esta nueva estrategia de adelgazamiento de todas las estructuras del Estado. Se puede afirmar sin ningún temor a equivocarse que sobran cientos de miles de puestos discrecionales completamente irrelevantes, a lo largo y ancho de todas las instituciones y organismos. O, digámoslo suavemente, la cultura de la evaluación de la necesidad de estos puestos de trabajo, está todavía por nacer. Y su eficacia, eficiencia y valor añadido permanecen aún sin demostrar. Sí está en cambio completamente demostrado (y contado) el enorme gasto que generan a todos los contribuyentes.

Desde al ámbito sanitario, que es el que nos ocupa, observamos cómo los políticos se han propuesto dar como respuesta a la crisis, el recorte indiscriminado de los derechos laborales adquiridos durante los  últimos veintitantos años por los trabajadores sanitarios así como el recorte a los derechos de los pacientes, lo que deteriora y pone en peligro uno de los pilares del llamado Estado del Bienestar. Genial. Una y otra vez el estómago de los políticos se cimbrea para escapar al toro de la crisis en una suerte de “recorte” que asombraría al mismísimo Manolete si viviera. Parece que todo recorte vale para nuestros mandamases salvo el aplicado a sí mismos y a la elefantiasis de las estructuras que les sostienen en la cumbre.

Únicamente bajo este prisma se puede concebir que se haya hecho desaparecer el presupuesto para alimentación durante las guardias médicas. La manutención de los profesionales sanitarios en jornada de Atención Continuada, desde el punto de vista económico no supone un ahorro significativo, y sí supone en cambio un indigno ataque a la dignidad personal de los profesionales que necesariamente han de realizar las guardias. A la vista de estas y otras decisiones, que por tomarse en Valladolid soslayan que el ámbito adecuado para tomarlas es el propio hospital, no nos queda sino preguntarnos, ¿Para qué tenemos un Gerente en cada Hospital? o ¿Se está gestionando de la mejor manera? ¿Ponernos a “dieta” a los médicos es lo adecuado para ahorrar? Se diría que al igual que la palabra “recorte”, el término “dieta” tiene connotaciones muy diferentes si se trata de un político –les engorda- que si se trata de un sufrido trabajador –nos adelgaza-.

       En todas partes se valoran muy positivamente los logros de la Sanidad española, cuando se destacan por ejemplo el número de trasplantes realizados en un día en España. Nuestra Sanidad resulta económica, competitiva (barata), en gran parte porque los salarios de los sanitarios españoles no son altos, estando muy por debajo de la media de la OCDE. Y aún quieren recortarlos más.

Es hora de que hagamos ver a toda España que los médicos y demás personal sanitario, no somos responsables de la situación actual de la Sanidad de Castilla y León.  Jornadas de trabajo, horarios, plantillas, etc., ahora se interpretan como una onerosa carga que se está modificando y pretenden seguir modificando de forma unilateral por parte de la Administración. Se vilipendia a los funcionarios como que fuesen responsables destacados de la crisis, (la referencia al “cafelito y leer el periódico” del Sr. Antonio Beteta),  justificando así  ante la opinión pública la reducción de nuestros ingresos.  Tampoco somos responsables de la descoordinación existente entre Atención Primaria y Especializada a pesar del numeroso personal que se dedica a la gestión en los dos ámbitos, en la gerencia de área y en la gerencia regional. ¿Seguro que todo este personal resulta necesario?

 Los facultativos del hospital hemos recibido en junio de 2012, para revisar y firmar, los objetivos asistenciales y estratégicos de este mismo año 2012. Es opinión extendida entre todos nosotros que dichos objetivos no se ajustan a las necesidades específicas de los servicios, que son poco claros, difíciles de entender, y que la revisión y firma de dichos objetivos parece más un trámite, una formalidad burocrática estéril que un cometido vivo, útil para mejorar la labor asistencial. Parece mucho más un producto diseñado para justificar el “indispensable” trabajo de los muchísimos gestores, que para conducir a la mejora de la calidad o al ahorro de costes.

Consideramos igualmente que las infraestructuras informáticas actuales son francamente mejorables, en forma de una mejor y mayor integración entre Atención Primaria y Atención Especializada. Una Historia Clínica Electrónica única para todo el Sacyl, mayor agilidad en la aplicación de las mejoras informáticas que se solicitan, sustitución de las aplicaciones poco útiles, exigencia de responsabilidades a aquellas personas que deciden la selección e implantación de aplicaciones informáticas que pronto se ve que son inaceptables por sus muchas limitaciones. Los recientes cambios informáticos realizados en relación con el copago se han realizado de forma precipitada, lo que ha conducido a confusión, errores e ineficiencia, a pesar del esfuerzo de los implicados (personal sanitario, informáticos, dirección del hospital), y estos defectos son consecuencia de una mala gestión. La informática es un área crítica para mejorar la eficiencia y productividad del Sistema Sanitario, e interpretamos que muchas mejoras informáticas supondrían ahorros económicos muy superiores al que se pretende conseguir con el acuerdo sobre el cese de la manutención al que hacemos referencia, además de contribuir a una mayor seguridad y mejor tratamiento de los pacientes. Por tercera vez ¿Tantos gestores para llegar a esto?

Asimismo es necesario mantener en funcionamiento óptimo los recursos materiales con los que cuentan los hospitales. No se puede justificar que hospitales de nuestra comunidad tengan carencias en equipamientos básicos y baratos tipo fibrolaringoscopio por ejemplo, un instrumento imprescindible para el desarrollo de las funciones propias de nuestros facultativos especialistas de Otorrinolaringología. Es forzoso, ineludible, y obligatorio mantener los recursos necesarios para que a los pacientes se les realicen las pruebas diagnósticas y reciban los tratamientos en el mismo centro o servicio. En este sentido hay deficiencias en la instrumentación de algunos servicios que deben ser recogidas, valoradas y priorizadas con el objeto de ser atendidas. Sólo así se logrará evitar la degradación del sistema, de forma que los profesionales tengan la seguridad y confianza de que pueden realizar su práctica médica a un alto nivel. Sólo así se logrará la motivación de los profesionales y la estabilidad de las plantillas, además de, por supuesto, la mejor atención al paciente. ¿No es mejor en sanidad, por tanto, recortar en gastos de gestión que en equipamientos básicos?

Esperamos no tengamos que leer el siguiente Epitafio: Por no querer adelgazar, el toro ibérico murió. Le echan de menos sus devotos recortadores.

Dr. Juan José Aliende Miranda.
Presidente del Colegio de Médicos de Burgos

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