El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha celebrado la jornada “Compartiendo prácticas seguras en el Sistema Nacional de Salud”, con motivo de la conmemoración del “Día Mundial de la Seguridad del Paciente. En el encuentro la Ministra en funciones, María Luisa Carcedo, hizo hincapié en la necesidad de “potenciar iniciativas en todos los ámbitos asistenciales para mejorar la seguridad del paciente ya que esta afecta tanto a la Atención Hospitalaria como a la Atención Primaria y ambulatoria y la Atención Domiciliaria”
Sanidad se compromete a potenciar iniciativas en todos los ámbitos asistenciales para mejorar la seguridad del paciente
Carcedo añadió que “la seguridad del paciente es una dimensión de la calidad asistencial transversal a todas las políticas y programas de salud”.
En dicho acto estuvo acompañada por el secretario general de Sanidad y Consumo, Faustino Blanco y la subdirectora general de Calidad e Innovación, Yolanda Agra.
En Atención Primaria la ministra de Sanidad en funciones explicó que, dentro del Marco Estratégico, que está impulsando el Ministerio, se está trabajando para profundizar en “elementos esenciales para mejorar la seguridad del paciente como son identificar y retirar de la práctica clínica intervenciones sanitarias innecesarias, que no han demostrado eficacia, tienen efectividad escasa o dudosa, no son coste-efectivas o no son prioritarias así como en la conciliación de la mediación”.
En este nivel asistencial la OMS estima que 4 de cada 10 pacientes sufren algún daño relacionado con la asistencia sanitaria. En España, según el estudio APEAS, la frecuencia de los eventos adversos está en torno al 1,2%. “Además –ha explicado Carcedo- predominan los de carácter leve, lo que pone de relieve que la práctica sanitaria en AP es razonablemente segura en nuestro país aunque hay que seguir trabajando ya que 7 de cada 10 eventos adversos registrados en el APEAS se consideran evitables”.
Estrategia de Seguridad del Paciente, desde 2005
La ministra de Sanidad en funciones insistió en que “debemos impulsar políticas de calidad que garanticen la seguridad de la atención sanitaria porque sin seguridad no hay calidad”. En esta línea, ha recordado que desde el año 2005 el Ministerio de Sanidad desarrolla la Estrategia de Seguridad del Paciente en colaboración con las administraciones autonómicas, las sociedades científicas y las asociaciones de pacientes.
En dicho marco se han desarrollado numerosos programas y actividades para promover el uso seguro de los medicamentos en todos los niveles asistenciales, prevenir y controlar las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria y mejorar la seguridad en ámbitos específicos. Un ejemplo son los proyectos zero en las UCIs, que han conseguido reducir las tasas de neumonías asociadas a ventilación mecánica y de bacteriemias asociadas a catéter central en torno a un 50%.
Carcedo también recordó acciones preventivas como las recomendaciones de la higiene de manos que se vienen desarrollando con las comunidades autónomas desde 2008 y cuyo dato de adherencia a nivel global está alrededor del 45%.
Una prioridad mundial, según la OMS
María Luisa Carcedo indicó que en la pasada Asamblea Mundial de la OMS, 194 países, entre ellos España, reconocieron la seguridad del paciente como una prioridad en salud y que, fruto de dicho reconocimiento, se aprobó una resolución de “Acción global en la seguridad del paciente” y la celebración del Día Internacional hoy, 17 de septiembre.
En este primer año de conmemoración el principal objetivo es el trabajo conjunto de todos, pacientes, profesionales y responsables de la gestión sanitaria para que las personas sean atendidas con seguridad en todos los niveles y ámbitos asistenciales. Y es que la OMS estima que cada año en el mundo se pierden 54 millones de años de vida ajustados por discapacidad debido a la atención sanitaria y el daño a los pacientes, debido a eventos adversos, es una de las diez primeras causas de muerte y discapacidad.
Además, en los países de la OCDE se ha estimado que hasta el 15% del gasto hospitalario se puede atribuir al tratamiento derivado de daños asociados a la asistencia sanitaria.