El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan Jose Rodríguez Sendín, ha expresado su preocupación por «la senda de la externalización sistemática de las prestaciones sanitarias» y «la privatización de la gestión de centros públicos para la atención de grandes grupos de población». Así lo manifestó en la conferencia que pronunció, tras recibir el galardón de Colegiado de Honor que le ha otorgado el Colegio de Médicos de Segovia
Segovia, 29 de abril 2013 (medicosypacientes.com)
El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan Jose Rodríguez Sendín, ha expresado su preocupación por «la senda de la externalización sistemática de las prestaciones sanitarias» y «la privatización de la gestión de centros públicos para la atención de grandes grupos de población».
Así lo manifestó en la conferencia que pronunció en Segovia, tras recibir el galardón de Colegiado de Honor que le ha otorgado el Colegio de Médicos de Segovia por «su labor en defensa de la profesión», su «entrega al trabajo colegial» desde hace 28 años y, en particular, su aportación al colegio de Segovia a la hora de «compartir ideas y cimentar proyectos», según puso de manifiesto en la entrega de la distinción el presidente del Colegio de Médicos de Segovia, Juan Manuel Garrote.
Juan José Rodríguez Sendín, que pronunció una conferencia titulada «La medicina: el valor de las palabras y la naturaleza de las cosas», inició su intervención refiriéndose al valor instrumental y al valor intrínseco de las palabras. Habló, en primer lugar, de cuando se hace alusión a que «el SNS es ineficiente, muy caro y no podemos pagarlo ni sostenerlo» o a que «la gestión privada es más eficiente».
Argumentó que «no es verdad que el SNS sea caro», «solo hay que compararlo ?dijo- con los costes y características de los sistemas de salud europeos». También rechazó que «el SNS sea ineficiente, cosa bien distinta es que siempre pueda ser más eficiente» porque «cuando hablamos y comparamos eficiencia lo en relación siempre con un mismo objetivo», aunque reconoció que «en todos los modelos de salud del mundo hay bolsas de ineficiencias».
Rebatió la repetida frase de que el SNS es insostenible y dijo que, aunque «es verdad que con la crisis y la disminución de ingresos hay un problema de insuficiencia financiera que complica la sostenibilidad externa» y que «las políticas de recortes y la falta de reformas y participación de los profesionales dificultan la sostenibilidad interna», eso no es razón para «cambiar el modelo del SNS».
Para Rodriguez Sendin, «se quieren confundir suficiencia con sostenibilidad» y son dos cosas distintas. «En España ?dijo- hablamos mucho de suficiencia porque desde los años 80 la sanidad pública nunca contó con presupuestos realistas y tubo que acometer todas sus transformaciones gastando lo que no tenía, contrayendo déficit». Mientras que sostenibilidad «es la capacidad de legar un sistema a la siguiente generación igual o mejor que lo recibimos. Y, en el caso del SNS, esto es una decisión de los españoles que no han dicho lo contrario ni han sido preguntados»por ello.
Para el presidente de la OMC, las medidas que se están adoptando de «modificar y recortar la asistencia de los ciudadanos exige algo más que una mera justificación económica». Exige, según defendió «planes alternativos; exige una demostración palpable de que en el caso de la privatización de la gestión resolverá imponderables, de que esa opción será más barata y de igual calidad». «De lo contrario ?precisó- estaríamos ante actuaciones arbitrarias que expresamente prohíbe la Constitución Española».
Dijo que a los médicos «se les pueden dar explicaciones, especialmente, si son clínicas basadas en necesidades y beneficios sanitarios de los pacientes», pero «no se les puede obligar que hagan y respondan a lo que no creen» y defendió que las soluciones deben ser colectivas, de modo que cada uno, «debe asumir sacrificios proporcionales a la posición de partida».
En su disertación, habló del significado de las palabras y, en concreto, de «la gestión de lo público» que, según explicó «ha erosionado a la gestión misma, ya que gastar más de lo que te han dado y sin evaluación ni justificación previa, es decir, «porque si», «porque lo mando yo», acabo siendo una estrategia de éxito y quien lo hizo «acabó consolidando instalaciones, plantillas, tecnologías y carteras de servicio más amplias y modernas».
Pero, según el presidente de la OMC, esta gestión de lo público «ha sido una mala gestión de los responsables públicos» y añadió que «no son las instituciones las que cometen errores, las que pierden credibilidad, son personas con nombres y apellidos».
Al hablar de la naturaleza de las cosas, partió de la justificación de que «sólo el ánimo de lucro y las leyes del mercado no son compatibles con los valores de la medicina y con los fines y objetivos del SNS, debido a su incompatible naturaleza».
Explicó la naturaleza que identifica a la profesión médica y dijo que el Código Deontológico «nos recuerda de nuevo no solo el concepto amplio de que con la salud no se comercia, sino que el médico, a sus deberes y obligaciones contraídas en el contrato público debe añadir las que establece la profesión médica, plasmadas en el contrato social en el que figuran la vocación de servicio y la entrega al paciente». «Son deberes de los profesionales de la medicina ?añadió- derivados de la íntima naturaleza de sus cometidos».
Se refirió al «valor instrumental y al valor intrínseco» del SNS, y dijo que «es un elemento indiscutible de cohesión social basado en las características de nuestro modelo asistencial ?universal, equitativo, de calidad y financiado mediante impuestos-«, además de ser «un mecanismo de integración social y de distribución de riqueza» así como un sector estratégico tanto desde el punto de vista económico, del conocimiento, de la innovación científica y de empleo cualificado».
Sobre la naturaleza del ánimo de lucro, explicó que «el beneficio es el criterio de eficiencia que mueve la actividad de una empresa privada» y, aunque aseguró que ese objetivo, «es muy loable, puede entrar en conflicto con la calidad de algunos servicios públicos como el sanitario sin que el paciente sea consciente o sepa la naturaleza de este conflicto».
«No podemos ?añadió- estar de acuerdo con mercantilizar la enfermedad y el sufrimiento de las personas» y explicó que decir esto «no es negar la constitucionalidad de la iniciativa privada en la sanidad, pero lo que hay que indicar bien alto es que el lucro de empresas privadas sanitarias tiene unos condicionantes que no lo tienen otros bienes o servicios» y que «el interés comercial puede condicional, dirigir y viciar la libre decisión del paciente por parte de esas instituciones», ante lo cual «es necesario reaccionar, incluso frente a iniciativas a priori inocuas e irrelevantes».
Por todo ello, aseguró que «los principios y valores de la medicina y los fines del SNS no se corresponden ni mezclan bien con el ánimo de lucro, con el comercio y con los mercados» porque «no hablamos de médicos, ni siquiera de medicina. Hablamos del riesgo que conlleva poner la salud como bien de consumo a un precio y con un costo que necesariamente y, en primer lugar, debe tener en cuenta la rentabilidad».
Insistió en que esta mezcla, altera la naturaleza de las cosas «porque los valores de la profesión médica y los fines del SNS no van a alterar la naturaleza del ánimo de lucro, ni la de los mercados financieros, ni la de los movimientos especulativos», pero «cuando de ellos dependan ?añadió- los valores de la medicina y los fines substanciales del SNS pueden ser modificados cuando no puedan aumentar los costes».
Finalizó su intervención poniendo de manifiesto el amplio consenso sobre el papel del sector privado que «debe ser complementario y así lo hemos defendido, pero no sustitutorio». Y expresó su preocupación tanto por la «privatización inducida que lleva a muchos ciudadanos a gastos sanitarios ante el deterioro del servicio público», como por «la senda de la externalización sistemática de las prestaciones y la privatización de la gestión de centros públicos para la atención a grandes grupos poblacionales».
«Conviene recordar ?concluyó- que sin los sólidos cimientos de atención sanitaria pública que hoy son la atención primaria, el hospital general y los servicios de alta especialización, es imposible construir en España un sistema de excelencia. Abandonar estos cimientos a su suerte o negarles instrumentos de buen gobierno y gestión, es una apuesta muy arriesgada para los intereses ciudadanos, para los intereses profesionales y los valores a defender en el periodo de crisis en el que nos encontramos».
El Colegio de Médicos de Segovia condecora a Rodriguez Séndin
La condecoración al presidente de la OMC estuvo enmarcado en un acto profesional y social en el que el Colegio de Médicos de Segovia honró, a título póstumo a José Ángel Gómez Caso, recientemente fallecido y que formó parte de la Junta Directiva de la corporación y distinguió al oficial mayor del colegio, Jesús Fernández.
De José Ángel Gómez, cuya distinción de Colegiado de Honor, recogió su viuda e hijo, el presidente del Colegio de Segovia, Juan Manuel Garrote, resaltó su trayectoria profesional, desde el punto de vista académico, científico y humanista, así como su compromiso social que le llevó ?dijo- a responsabilizarse de servir de nexo de unión entre el colegio y dos de sus fundaciones más solidarias: la Fundación de Protección Social y la de Red de Colegios Médicos Solidarios. Asimismo, destacó su liderazgo en «la propuesta de ideas sociales que han marcado ?dijo- 30 años de nuestra provincia y que han contribuido en gran manera a modelar su desarrollo».
Finalmente, en el mismo acto, el oficial del colegio Jesús Fernández fue reconocido con la distinción de Miembro Honorífico por los más de 50 años de servicio a la corporación, que fueron resaltados por el ex presidente de la corporación segoviana Fernando Pérez Garzón, quien destacó del homenajeado su entrega y solidaridad con la corporación y los compañeros ante las dificultades económicas.