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Rincón del paciente: Pie de atleta

El pie de atleta es una infección de la piel causada por unos hongos denominados como dermatofitos que afectan los pliegues interdigitales, la planta y los bordes del pie

Era relativamente poco común en los seres humanos antes de que se comenzaran a usar los zapatos, aunque ahora aparece con bastante frecuencia en los adolescentes y los adultos.

Este hongo se puede contraer tras el contacto con la piel de una persona infectada y, al ser necesario un ambiente húmedo y cálido para que ?florezcan?, se ha comprobado que crecen de forma increíble en el suelo de los vestuarios y duchas públicas o en piscinas y bañeras de hidromasaje.

Tampoco podemos olvidar que estos hongos también pueden transmitirse por el contacto con animales de compañía que los lleven en su piel.

Los síntomas suelen aparecer de forma rápida, aunque en condiciones normales y cuando se toman las medidas precisas desaparecen en unas dos semanas.

Lo más común es la aparición de grietas y comezón, humedad, lesiones blancas, escamas o llagas entre los dedos, que con frecuencia se extienden a la planta del pie. Otro tipo de pie de atleta es una forma seca, con escamas que produce un color rojizo “en mocasín” en las plantas de los pies, este tipo suele afectar a ambos pies.

Aunque con poca frecuencia, esta simple infección ante casos de la existencia de patologías de base, por ejemplo la diabetes, puede implicar lesiones con ampollas dolorosas y que desprenden un ?fuerte olor?, incluso en situaciones extremas pueden aparecer heridas abiertas en la zona infectada,?, por ello, si aparece dolor, enrojecimiento, hinchazón, expulsión de pus o úlceras con una añadida fiebre hay que acudir al Servicio de Urgencias más cercano.

Sobre los medicamentos que se pueden aplicar a la zona afectada hay que contar siempre con la prescripción del médico, además, estas cremas deben utilizarse con moderación, aunque con una regularidad de por lo menos una vez al día, una aplicación del tamaño de un chip de chocolate debe ser suficiente para cubrir todo el fondo del pie.

Como prevención es muy importante mantener los pies limpios y secos, usar calcetines absorbentes de fibra natural, como el algodón, y cambiarlos durante el día si los pies se humedecen o sudan demasiado. Quitar las plantillas de zapatos y zapatillas de deporte para permitir que se sequen durante la noche, asimismo, eliminar el polvo del interior de los zapatos y los calcetines con algo tan simple como los polvos de talco ya que esto ayudará a disminuir el nivel de humedad.

Por lo tanto, es aconsejable usar diferentes pares de zapatos para permitir que se vayan secando de forma acertada.

Fuente: Dr. Juan Carlos Moreno
para medicosypacientes.com

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