El Colegio de Médicos de Guadalajara, a través de la vocalía de médicos de Administraciones Públicas, organizó este pasado jueves una jornada formativa para abordar las diferencias ente Incapacidad-Discapacidad-Dependencia así como su valoración y prestaciones asociadas a las mismas
La jornada, organizada por Nuria Esther Sanz Bonacho, vocal de Médicos de Administraciones Publicas del Colegio de Médicos de Guadalajara contó con la presencia como ponentes de: Juan Carlos Atance Martínez, jefe de servicio Pprovincial de la Gerencia de Coordinación e Inspección Sanitaria del SESCAM; Peñahora Castillo Meléndez, médico evaluador jefe de la Unidad de Valoración de Incapacidades de Guadalajara; Sonsoles Jiménez Figueroa, médico forense, Directora del Instituto de Medicina Legal de Guadalajara; José Ángel Izquierdo Alises, médico del Equipo de Valoración de la Discapacidad del Centro Base de Guadalajara y Nuria Esther Sanz Bonacho, coordinadora de Recursos de Dependencia de la Delegación de Bienestar Social.
Incapacidad temporal
La sesión comenzó abordando los aspectos conceptuales de las incapacidades temporales y sus criterios esenciales. Así, Juan Carlos Atance inició su exposición hablando sobre el concepto de baja laboral. “Una prestación que quien la dirige es el médico y que sustituye los emolumentos del trabajo porque durante ese período no puedes o no debes ir al trabajo” puntualizó Atance, para después referirse al hecho clave de que éstas deben proporcionarse con la finalidad de que la persona se incorpore al tejido productivo. “Aquellos que no cumplen el tratamiento no deben estar en situación de baja por incumplimiento de una norma” añadió.
En este sentido, el jefe de servicio provincial de la Gerencia de Coordinación e Inspección Sanitaria del SESCAM, recordó los requisitos que deben cumplirse en una IT recordando que deben darse causas que limiten o impidan las tareas del trabajo habitual. Atance ahondó en la necesidad de sean los profesionales médicos quienes valoren estas cuestiones clave en un “poliedro de la IT” basado en: no hacer daño, justicia y equidad.
Según los datos aportados por una encuesta realizada por el propio Atance, los resultados revelan como un 66% de los médicos en atención primaria encuestados reconocían no saber a qué se dedican sus pacientes en baja. Además, del 32% que sí lo sabía el 62% desconocía los requerimientos de las tareas del paciente.
De igual manera, se observó concordancia en las respuestas obtenidas acerca de la concordancia en relación a las propuestas de alta entre los médicos de las mutuas y los médicos de atención primaria. “Existe un alto índice de capa de concordancia de la propuesta de alta, casi un 91%, por lo que tenemos muchas opciones de trabajar de manera conjunta”, señala Juan Carlos Atance.
Llegados a este punto se expone la necesidad de trabajo coordinado que pasa por la elaboración de una historia clínica capaz que permita trabajar sobre el mismo modelo de informe para el paciente..
Baja laboral – incapacidad permanente
Peñahora Castillo Meléndez, médico evaluador jefe de la Unidad de Valoración de Incapacidades de Guadalajara, ahondó en el aspecto de las bajas laborales y la valoración de las incapacidades.
En este sentido aclaró que desde el INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) se valora la incapacidad para el trabajo, por lo tanto estas situaciones deben estar siempre asociadas a la actividad laboral que desempeña la persona. De no ser así, explica Peñahora Castillo, “la incapacidad no se puede valorar”.
Durante las jornadas formativas, la médico evaluador ha aclarado que las deficiencias permanentes son aquellas alteraciones orgánicas que no se pueden recuperar y no tienen posibilidad de mejoría.
Por otro lado, las incapacidades temporales son situaciones en las que, a pesar de que existe una limitación temporal en la capacidad para realizar ciertas actividades, se espera que la persona se recupere en un plazo determinado. En algunos casos, es posible que la persona logre recuperarse por completo y, por tanto, no se considere una incapacidad permanente. Sin embargo, en otros casos, pueden persistir deficiencias permanentes incluso después de una recuperación aparente, por lo que es necesario realizar una valoración adecuada para determinar la situación de cada paciente y ofrecerle la atención y las prestaciones necesarias.
Incapacidad legal
Las cuestiones relativas a incapacidad legal fueron abordadas por Sonsoles Jiménez Figueroa, médico forense, Directora del Instituto de Medicina Legal de Guadalajara. “Una medida de protección a la persona que pide la incapacidad, de hecho hay personas incapacitadas legalmente que pueden trabajar y no percibir subvención por ello”.
Los médicos forenses tienen un papel importante en la valoración de la autonomía de las personas, ya que son especialistas en la valoración médica y legal de las capacidades y limitaciones de una persona en un determinado momento.
Además, también pueden ser llamados a realizar evaluaciones en casos de incapacitación judicial, para determinar si una persona es capaz de gestionar sus asuntos y tomar decisiones de manera autónoma o si necesita un cuidador legal para actuar en su nombre.
En el ámbito de la autonomía, los médicos forenses pueden ser requeridos para valorar la capacidad de una persona para tomar decisiones en diferentes ámbitos, como el médico, el financiero o el personal.
En base a esto se establecen los cuatro grados de ayuda: supervisión, apoyo, auxilio y representación (también llamado incapacidad legal).
Por su parte, Jiménez insistió en que los médicos forenses no tienen acceso a las hisotrias clínicas SESCAM al no estar transferido a la Comunidad Autónoma y pertenecer al Ministerio de Justicia. Debido a ello insiste en la necesidad de que los informes aportados sean exhaustivos ya que ellos no exploran al sujeto.
Discapacidad
En relación a la discapacidad, José Ángel Izquierdo, médico del equipo de Valoración de la Discapacidad del Centro Base de Guadalajara, expuso que las valoraciones se hacen a través de un órgano colegiado formado por tres profesionales: médico, psicólogo y trabajador social. En este caso lo que valoran son las deficiencias permanentes, limitaciones y secuelas para las actividades de la vida diaria no así la capacidad laboral.
Izquierdo expone la necesidad de que la enfermedad esté diagnosticada con tratamiento médico y debidamente documentada ya que a la hora de establecer los grados de discapacidad se basan en un informe previo.
Como dato a destacar, el médico del equipo de Valoración de la Discapacidad del Centro Base de Guadalajara, señaló el hecho de que no es tan necesario que en el informe consten todas las enfermedades del paciente sino tan solo aquellas que producen limitaciones en la vida diaria.
Dependencia
Por último, Nuria Esther Sanz Bonacho fue la encargada de explicar lo relativo a dependencia. Sobre esta cuestión como Coordinadora de Recursos de Dependencia de la Delegación de Bienestar Social abordó el marco normativo y los conceptos básicos en la materia.
Sanz Bonacho explico que existen tres factores que determinan que una persona sea dependiente: limitación física, psíquica o intelectual; que merma las capacidades de la persona, que la persona sea incapaz de realizar por sí misma la actividades básicas de la vida diaria y necesidad de asistencia por parte de una tercera persona.
“Edad, enfermedad y discapacidad son condiciones necesarias pero no suficientes para establecer una condición de dependencia” explica la Coordinadora de Recursos de Dependencia de la Delegación de Bienestar Social.
La dependencia se valora aplicando un baremo, mediante el cual se establecen unos grados (I, II, III) en los que se diferencia la necesidad de ayuda de la persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria. En función del grado se elabora un programa individual de atención en el que se determinan los servicios y /o prestaciones más apropiados para esa persona.
Al finalizar la exposición de los ponentes, los asistentes pudieron valorar algunos casos reales relacionados con situaciones de Incapacidad-Discapacidad-Dependencia.
