En el presente artículo de opinión, la presidenta del Colegio de Médicos de Navarra, Mª Teresa Fortún, defiende que ?recetar no es ningún derecho ni prebenda de los médicos, es asumir una responsabilidad ante el paciente, basada en el conocimiento científico, y así lo hacemos y seguiremos haciendo?
Madrid, 24 marzo 2010 (medicosypacientes.com)
En el presente el artículo de opinión, la presidenta del Colegio de Médicos de Navarra, Mª Teresa Fortún, nos habla sobre prescripción y responsabilidad profesional.
Mª Teresa Fortún Pérez de Ciriza,
presidenta del Colegio de Médicos
de Navarra.
YO SOLO SOY MEDICO
¿Estamos en un país de locos o a mí me lo parece? ¿Cómo es posible que todo el mundo sepa de medicina?
Conocer la ciencia médica cuesta mucho tiempo y esfuerzo, seis años de Universidad y cuatro o cinco de especialidad para estudiar el cuerpo humano, su funcionamiento normal y las distintas formas de enfermar. Hay que dominar los tratamientos que se pueden realizar y saber cuándo y por qué emplearlos. Los médicos sabemos que ?no hay enfermedades sino enfermos?, porque un mismo cuadro puede evolucionar de distinta forma en cada paciente, y hay que diferenciarlos, saber las pruebas que deben pedirse, valorar sus resultados y con todo ello realizar un diagnóstico. Solo así se puede y debe realizar una prescripción acertada.
Y esto, que los médicos hacemos con cada paciente ¿sabe hacerlo todo el mundo?. Sinceramente creo que no y por tanto no tendría que ser cualquiera el que dé remedios, opiniones o recetas. Si se admite que todo sirve se estará disminuyendo la calidad asistencial y las consecuencias pueden ser difíciles de controlar. Desde hace tiempo se intenta concienciar a la población de que la automedicación puede tener riesgos para la salud. Pues bien, ahora se nos intenta convencer de que otras personas, además de los médicos, pueden prescribir, y se dice que están adecuadamente formados porque su plan de formación incluye una asignatura de farmacología. Pues no hay más que mirar el plan de docencia para ver la diferencia: mientras en Medicina se exigen 10 créditos en las otras profesiones 3´5, lo que puede dar idea de la profundidad de los conocimientos que se adquieren en cada caso.
Pero además, la indicación de un fármaco no depende solo de conocer su composición, vía de administración y efectos. El acto de rellenar una receta es el final de una actuación completa en cada enfermo, valorando su estado general para evitar quedarnos en los síntomas sin llegar a la causa de cada caso. Y después hay que seguir la evolución, porque lo que es bueno hoy puede que mañana deje de serlo y si no se sabe reconocer es tanto como hacer una mala actuación sanitaria. Si eso es capaz de hacerlo todo el mundo, todos podemos prescribir. Yo lo que sí sé, y creo que lo demostramos día a día, es que los médicos sí lo hacemos.
Se añade, en los foros de opinión, que con la nueva ley del medicamento se está regulando una actuación que ya se realizaba previamente sin cobertura legal. Creo que se están confundiendo conceptos que es importante aclarar. Cuando un médico indica un tratamiento se hace enteramente responsable del mismo, independientemente de que sea él o el personal auxiliar de la consulta el que lo aplique. Y eso es lo que ocurría hasta ahora, la responsabilidad, para lo bueno y lo malo, era del médico. A partir de ahora la persona que indique un tratamiento, si está regulada por ley tendrá efectivamente cobertura legal, pero sobretodo lo que tendrá es una responsabilidad, y para ser responsable se debe estar formado.
Por eso las organizaciones médicas pedimos que se cree un observatorio de prescripción, en el que se recoja quién receta y qué se receta, para que si hay que pedir responsabilidades quede bien claro quién debe asumirlas. Recetar no es ningún derecho ni prebenda de los médicos, es asumir una responsabilidad ante el paciente, basada en el conocimiento científico, y así lo hacemos y seguiremos haciendo.
Un aspecto que no podemos olvidar en estos tiempos es el económico. El gasto farmacéutico es enorme ya que cada vez atendemos a más población y de edades mayores. El concepto de eficiencia en la prescripción, es decir intentar conseguir el mejor resultado con el menor gasto, está muy arraigado en los médicos. No hace falta que nos indiquen qué precio tienen los fármacos, que se hable de incentivos ni que nos recorten posibilidades de recetar, porque es un aspecto que siempre valoramos. Lo que sí debe quedar claro es que cuando un médico no receta la medicación más barata lo hace desde el convencimiento de que la que elige es la indicada para ese caso. Nuestra prescripción siempre está basada en criterios científicos y de eficiencia y lo que no podemos comprender es por qué lo que recetamos puede ser modificado por otros que no conocen todos los datos de cada paciente.
Y este aspecto de contención del gasto farmacéutico que continuamente nos recuerdan los gestores, choca con la posibilidad de que cada vez sean más los que pueden recetar. Creo que no es desacertado indicar que, a más prescriptores más gasto. Espero que a todos se nos exija el mismo control en el cumplimiento de las normas.
En resumen, lo que los médicos pedimos es que nos dejen actuar con nuestros conocimientos por el bien del enfermo, es decir, que nos dejen ser médicos.
Mª Teresa Fortún Pérez de Ciriza
Presidenta del Colegio de Médicos de Navarra