Los humanos perciben estos efectos debido a que, en términos evolutivos, la proyección de la luz sobre una retina bidimensional no puede especificar la dirección de objetos que se mueven en un espacio tridimensional
Madrid, 2 enero 2009 (Europa Press)
Mirar por una pequeña abertura cambia la dirección en la que parecen moverse los objetos que se ven a través de ella, según un estudio del Centro de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de Duke en Durham (Estados Unidos). Los resultados del estudio, que podrían explicar este fenómeno, se publican esta semana en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Los investigadores, dirigidos por Dale Purves, ponen como ejemplo que un bastón rodando que se movía horizontalmente de izquierda a derecha, cuando se observaba a través de un agujero circular parecía moverse hacia abajo en ángulo. En sus experimentos los autores planteaban que los humanos perciben tales efectos debido a que, en términos evolutivos, la proyección de la luz sobre una retina bidimensional no puede especificar la dirección de objetos que se mueven en un espacio tridimensional.
Los científicos pidieron a voluntarios que describieran cómo percibían el movimiento de líneas que se movían al ser vistas a través de diversas aberturas. Antes, los investigadores habían generado una base de datos informática que catalogaba el movimiento direccional real de objetos virtuales con forma de barras en un espacio en tres direcciones proyectados sobre dos dimensiones.
Los resultados mostraron que las percepciones de los voluntarios del movimiento de los objetos, vistos a través de varias aberturas, eran casi idénticas a lo que predecían la base de datos. Según los investigadores, las direcciones de los objetos en movimiento que percibimos deben por ello estar basadas en experiencias ya pasadas en vez de en el análisis de la imagen sobre la retina.
