Psiquiatras advierten, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental que se celebra este miércoles, que en la actualidad las enfermedades y los trastornos mentales afectan al 25% de la sociedad española y estiman que hasta uno de cada cuatro individuos en edad adulta puede llegar a sufrir una de estas patologías a lo largo de su vida. Los trastornos más habituales son: depresión, ansiedad, trastorno bipolar o esquizofrenia, afectando esta última a medio millón de personas en nuestro país
Madrid, 8 de octubre de 2012 (medicosypacientes.com)
Psiquiatras advierten, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental que se celebra este miércoles, que en la actualidad las enfermedades y los trastornos mentales afectan al 25% de la sociedad española y estiman que hasta uno de cada cuatro individuos en edad adulta puede llegar a sufrir una de estas patologías a lo largo de su vida. Los trastornos más habituales son: depresión, ansiedad, trastorno bipolar o esquizofrenia, afectando esta última a medio millón de personas en nuestro país.
“La Mejor Inversión, Tu Salud Mental” es el lema con el que se celebra este año el Día Mundial de la Salud Mental. En este marco hoy tiene lugar una jornada de concienciación, organizada por la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES) cuyo fin es la promoción de la salud mental entre la población.
Tal y como explica el Dr. Bobes, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biologica “nos encontramos ante una situación en la que abundan los procesos cronificados, con abordajes tardíos, estadios incapacitantes, gasto en pensiones y mayor necesidad de apoyo sociosanitario”.
A pesar de ello, advierte el especialista, sólo se destina un 5% del gasto sanitario público a su tratamiento, muy lejos todavía del porcentaje que sería necesario, y muy por debajo de lo que se asignan en los países más desarrollados económicamente de la Unión Europea. Las enfermedades mentales tienen un elevado coste directo e indirecto y suponen una gran carga de enfermedad.
Las consecuencias de esta situación ya se constatan en diversos aspectos. Uno de ellos es que gran parte de los recursos existentes para la salud mental se están destinando a cubrir una gran cantidad de costes indirectos (como rehabilitación, dependencias, minusvalías), en detrimento de los costes directos en actividades como prevención y tratamiento.
Esquizofrenia, área sanitaria prioritaria
Medio millón de personas padecen esquizofrenia en nuestro país, según especialistas. Dada su alta prevalencia, la esquizofrenia es una de las áreas de la psiquiatría en la que más investigación se está realizando y, de hecho, está siendo considerada como un área prioritaria por parte de las autoridades.
Las razones de esta prioridad, según los especialistas, son varias. Así, explican que la esquizofrenia es la tercera causa de discapacidad entre la gente joven, en el ámbito mundial. Además, es una enfermedad tan prevalente como pueden ser el alzhéimer o la diabetes. La mortalidad, muy alta y temprana, es característica de la enfermedad, donde los pacientes presentan una esperanza de vida un 20% menor que la de la población general. E incluso sufren una mayor incidencia, por su mayor vulnerabilidad, ante otras patologías.
En cuanto a los costes, la esquizofrenia es la patología cerebral que más costes lleva asociados, por detrás de las demencias. Hasta ahora, los costes estaban infraestimados, pero gracias a los últimos estudios ha quedado de manifiesto que es necesario y rentable invertir y dotar de más recursos a la lucha contra esta patología, manifiestan los psiquiatras.
Durante años, los pacientes que sufren esta enfermedad han padecido además de la propia patología, la incomprensión de muchas personas y han sido víctimas de un estigma injusto y de un deseo de invisibilidad por parte de la sociedad. Hoy, esto es inadmisible y ya se trabaja desde hace tiempo con los pacientes, sus familiares y otros actores sociales. Está universalmente aceptado que para el tratamiento de estos pacientes no sólo es necesario contar con medicación, sino con un ambiente adecuado, la psicoeducación del paciente y la familia, psicoterapia, rehabilitación, etcétera. Todo ello influye favorablemente en el control de la enfermedad, algo esencial para el paciente, explican los especialistas.
Pese a todo, aproximadamente el 66% de las personas con diagnóstico de esquizofrenia logran obtener un nivel aceptable de adaptación a la vida familiar, ocupándose de su autocuidado, participando en las labores del hogar y conviviendo con otras personas. De este grupo, cerca de la mitad de los afectados consiguen, además, mantener ciertas actividades (educativas, ocupacionales o laborales) fuera de la familia.
Lo que demuestra que es falso que la esquizofrenia sea para siempre. Dependiendo de los casos, se consigue en muchas ocasiones un grado aceptable de normalización en la vida del paciente. Así, a partir de las primeras crisis, pasando por la consulta de un especialista, contando con la medicación adecuada, trabajando en la protección de su ambiente familiar y social, y desarrollando paulatinamente actividades educativas, lúdicas y laborales, se puede llegar en algunos casos a la normalización.
