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Las decisiones asistenciales de calidad se sustentan no sólo en los hechos clínicos sino también en los valores del paciente

Expertos participantes en el Seminario-Debate sobre “Planificación anticipada de la asistencia médica”, celebrado ayer martes en la sede de la Organización Médica Colegial, vislumbran la necesaria irrupción de un nuevo modelo de relación clínica ante los cambios sociales que vienen experimentándose. En dicho modelo entran en juego una serie de conceptos muy poco conocidos hasta ahora en la práctica asistencial de nuestro país. Entre ellos el de planificación anticipada de la asistencia o la historia de los valores del paciente. Es en definitiva una nueva forma de entender la “gestión prudente del cuerpo del paciente, de su vida y también de su muerte”

Madrid, 15 de junio 2011 (medicosypacientes.com)

Miembros participantes en el seminario.

El acto clínico hay que saberlo gestinonar adecuadamente para llegar a una toma de decisiones de mayor calidad. Pero esta toma de decisiones no puede estar sustentada únicamente en los hechos clínicos sino que el conjunto de valores que aporta cada paciente resulta fundamental en el proceso asistencial. Así se puso de manifiesto durante el “Seminario-Debate sobre Planificación anticipada de la asistencia médica” que se celebró ayer martes, 14 de junio, en la sede de la Organización Médica Colegial, organizado por la Fundación Ciencias de la Salud y la Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC).

La jornada se configuró en torno a dos mesas redondas y durante la misma tuvo lugar también la presentación de una nueva Guía de Ética que editan ambas organizaciones, en esta ocasión, dedicada a la “Planificación Anticipada de la Asistencia Médica” (ver “Medicos y Pacientes” en su edición de hoy). Según explicó el presidente de la OMC, el doctor Rodríguez Sendín, al inaugurar la primera mesa, “el momento de su presentación no podía ser más oportuno, al coincidir en el tiempo con la aprobación por parte del Consejo de Ministros del proyecto de Ley proyecto de ley reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida”.

De acuerdo con sus palabras, “con esta guía se trata, sobre todo, de mostrar un camino para poder deliberar con tranquilidad y dar respuestas ‘a la carta’ conforme a lo que marca la ley, si es posible, a los diferentes problemas que a título individual se nos plantean sobre nuestros pacientes”. Y es que como subrayó el doctor Rodríguez Sendín, “tenemos que seguir avanzando en implementar la protección del enfermo sobre todo en las situaciones difíciles, así como buscar nuevas formas de encuentro entre médicos y pacientes”.

Desde su punto de vista, los instrumentos que se poseen actualmente para acceder a las voluntades anticipadas de los pacientes, “aparte de ser escasos, probablemente, no sean suficientes”. De ahí que se haga imprescindible, a su juicio, un mayor compromiso por parte de los profesionales para adelantarse y tener en cuenta los valores de los pacientes”.

Un nuevo modo
de actuar con el paciente

De izda. a dcha. los doctores Ogando,
Rodríguez Sendín y Gracia.

Seguidamente intervino el presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud, el profesor Diego Gracia, quien ahondó sobre los conceptos generales incluidos en la citada Guía. Sobre el principal y más novedoso de ellos, “planificación anticipada de la asistencia médica”, se entiende, según explicó, “la acción conjunta entre el médico y el paciente de planificar la atención, previendo situaciones futuras y tomando decisiones sobre cómo proceder ante posibles sucesos”. De esta manera, se concibe la asistencia médica no como un continuo esporádico o fortuito, sino como un acto planificado.

Como señaló el también catedrático de Historia de la Medicina, dicha planificación anticipada hay que entenderla como una cuestión ética, ya que mientras el derecho fija los límites mínimos exigibles a todos bajo sanciones o penasl, la ética, en cambio, pretende ir más allá y promover un estilo de mayor calidad en el seno de la relación clínica.

Momento de la jornada.

Bajo su punto de vista, los profesionales han de ser ‘reeducados’ en un nuevo estilo de relación clínica. “Hay que cambiar los hábitos a la hora de realizar una entrevista clínica y adquirir nuevas habilidades en torno a ello, de instaurar un nuevo concepto de relación clínica en la que queden incorporados los valores del paciente, que hasta ahora bien poco se han tenido en cuenta, entre otros aspectos porque durante el período formativo del profesional no se ha contemplado este aspecto”.

“Toda relación clínica en cualquier momento de la vida tiene por objeto tomar decisiones de tres tipos: diagnóstica, pronóstica, terapéutica. El problema es cómo se toman estas decisiones y bajo qué proceso. Dicho proceso no puede constar únicamente de hechos clínicos, sino que es absolutamente necesario tener en cuenta los valores del paciente, ouesto que estamos actuando en el cuerpo de una persona y, por tanto, sus valores son fundamentales. Todo acto clínico tiene un momento de valoración necesario, y si no se sabe gestionar bien, el acto clínico no será el adecuado”, tal como dictaminó.

Historia de valores

El contacto con el sufrimiento traslada al profesional al mundo de los valores, como señaló por su parte la doctora Beatriz Ogando, experta en cuidados paliativos y miembro del Grupo de Bioética de la Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria.

La doctora Ogando fue la encargada de explicar en qué consiste una “historia de valores”, un instrumento, como argumentó, “que nos ayuda a los médicos a explorar en los valores que fundamentan y dan sentido a las decisiones en materia de salud, que exploran sobre la vida y la muerte, sobre el cuidado de la salud, sobre el dolor y sufrimiento y sobre la atención recibida.

De acuerdo con el resto de participantes, se subrayó que la gestión correcta de los valores pasa por explorarlos, saber identificarlos, respetarlos y una vez recopilados elaborar dicha “historia de valores” e incorporarla a la historia clínica del paciente, algo que en España todavía es muy novedoso.

La principal utilidad para el paciente y para su familia radica en que a través de ella puede expresar sus preferencias , sus deseos, sus temores , sus expectativas , sus objetivos, sus necesidades y sus recursos. Para el profesional: aclara, enmarca, orienta y facilita la toma de decisiones en un claro ejercicio de ética preventiva. Es, en definitiva, como resumió, “la gestión prudente del cuerpo, de la vida y también de la muerte”.

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