Los expertos incidieron en la necesidad de dar mayor visibilidad a la enfermedad, que está directamente relacionada con situaciones de pobreza. También coincidieron a la hora de señalar que la Atención Primaria debe tener un papel preponderante en la prevención y en su diagnóstico precoz
La tuberculosis es una enfermedad ligada a situaciones sociales marcadas por la discriminación, la desigualdad, la desesperanza o la inequidad. Así lo manifestó el Dr. Ernesto Jaramillo, experto en esta patología y colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el marco de la ‘4ª Jornada de la Actualización en Tuberculosis’, que organizó la Red contra la Tuberculosis y por la Solidaridad (TBS) en la sede de la Organización Médica Colegial.
El Dr. Jaramillo hizo hincapié en que “se trata de un problema social para el que no es suficiente dar unos antibióticos”. Por esta razón, los objetivos de desarrollo sostenible “son claves para abordar esta patología”, a través de fomentar escenarios favorables para la salud, el bienestar o la educación.
En este punto, el facultativo subrayó que “la evidencia científica refleja que el contexto social del paciente no se puede ignorar, por eso la nueva estrategia exige una respuesta de los agentes sociales y políticos”. Según los datos ofrecidos por el Dr. Jaramillo, «en 2015 se dedicaron 8 billones de dólares en todo el mundo para luchar contra la tuberculosis. Sin embargo, según estimaciones de la OMS, se precisan 12 billones anuales, lo que supone un 50 por ciento más de la cantidad actual asignada».
Prevención desde Atención Primaria
A pesar de que en los últimos años el número de casos de tuberculosis ha descendido, los expertos remarcaron en la necesidad de adaptar los programas de control a la nueva situación. Las estrategias para avanzar en su prevención y control pasan por conseguir un diagnóstico precoz y un tratamiento efectivo de los enfermos y detectar y tratar a las personas con infección latente. En este punto, la Atención Primaria tiene un papel protagonista. Fernando Pérez Escanilla, responsable de Salud Pública de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) recalcó la trascendencia que tiene la lucha contra la tuberculosis, una enfermedad que afecta, aproximadamente, a unas 6.000 personas cada año. También expuso las diferencias existentes entre comunidades autónomas, donde, por ejemplo, se pasa de los 9 casos por 100.000 habitantes en Andalucía a 21 en Galicia.
Población en situación de vulnerabilidad
Por su parte, Sagrario Martín, presidenta del Médicos del Mundo, expresó que la situación actual de la tuberculosis está relacionada “con los efectos del R.D. 16/2012”. Martín recordó el ‘caso Alpha Pam’, en el que un ciudadano senegalés de 28 años, que no contaba con tarjeta sanitaria, “inició su periplo por los centros de salud 6 meses antes de su fallecimiento por esta enfermedad”. Además, comentó que “el sistema debe atender la necesidad de los colectivos vulnerables y centrándose en el trabajo de apoyo, no de sustitución, basado en la orientación de los servicios de salud”.
En la jornada también han participado José Caminero, coordinador de la Unidad Multi-Drogo-Resistencia en Tuberculosis de la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias; Darío García de Viedma, investigador científico del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón; José María García, director de la Unidad de Gestión Clínica de Neumología del Hospital San Agustín; Javier García, secretario general de la Red TBS y coordinador del Área TIR de SEPAR; Francisca Sánchez, presidenta del Grupo de Estudio de las Infecciones por Micribacterias de SEIMC; Enrique Acín, jefe de Área de Salud Pública de la Subdirección General de Sanidad Penitenciaria; Javier Tovar, director de EFE Salud; Juan Jesús Hernández, responsable del Plan de Salud de Cruz Roja Española; Joaquín Rodrigo Poch, director general de Sandoz; Lucía Barrera, directora de Gaceta Médica; y Silvia Arias, directora de la Oficina de Acción Solidaria de la Universidad Autónoma de Madrid.
