La sociedad española ha demostrado su madurez para afrontar la nueva Ley Antitabaco

El próximo 12 de abril se cumplen los 100 primeros días de la aplicación de la nueva Ley Antitabaco, y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) ha querido conmemorarlos organizando una mesa redonda en el marco de las II Jornadas de Prevención y Control del Tabaquismo: 2011 consolidando los retos”, que tuvieron lugar entre los pasados jueves y viernes en la Faculta de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid”.

Moderada por el vicepresidente del CNPT, el doctor Rodrigo Córdoba, fueron invitados a participar: el presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, Gaspar Llamazares; el representante de la OCU Antonino Joya; la subdirectora general de Promoción de la Salud y Epidemiología del Ministerio de Sanidad, Rosa Ramírez; y el presidente de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), Francisco Cañizares. También se incluyó al doctor Albert Jovell, presidente del Foro Español de Pacientes, quien finalmente no pudo estar presente.

Todos los asistentes coincidieron en la trayectoria favorable que ha seguido la Ley 42/2010, de 30 de diciembre de 2010, más conocida como “La nueva Ley Antitabaco”. Así lo corroboró el propio presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, Gaspar Llamazares. “La sociedad española ha demostrado su madurez para afrontar la nueva Ley del Tabaco. La situación social es la que ha empujado al surgimiento de esta ley”, aunque como señaló, sin el CNPT, la nueva ley no hubiera sido posible”.

Desde el punto de vista de Llamazares, uno de los mayores logros conseguidos por la nueva normativa “es el estímulo que ha proporcionado a los fumadores a dejar el hábito”, aunque lamentó, por otra parte, la carencia de una política activa por parte de las instituciones públicas, lo cual, desde su punto de vista es un indicador muy importante.

Como indicó, “en contra del cliché que existe sobre el funcionamiento parlamentario, en contra de las previsiones sobre las posibilidades de los lobbies de presión, finalmente, ha influido más la salud pública defendida por los Grupos Parlamentarios y por ambas Comisiones de Sanidad, que los intereses de los lobbies empresariales”.

Finalmente, avanzó algunos de los pasos que, en su opinión, todavía quedan por dar con respecto a esta Ley. Bien mediante iniciativas puntuales, y en colaboración con la sociedad civil, no sólo se trata de consolidar la ley sino que convendría ampliar su radio de acción, insistiendo en la necesidad de que se articulen campañas institucionales que contribuyan a dicha consolidación y en definitiva a abandonar el hábito tabáquico.

También se mostró partidario de llegar a unos acuerdos en el CISNS sobre la financiación de los tratamientos antitabaco así como de fomentar la formación continuada de los profesionales en torno al tabaquismo y sus maneras de abordarlo. Asimismo, propone vincular la subida de los impuestos del tabaco a la Ley Antitabaco, se trata en definitiva de utilizar un impuesto indirecto que se graba sobre determinados estilos de vida como tabaco, alcohol, etc., para sufragar el propio sistema sanitario, propuesta que, como lamenta, no ha sido tenida en cuenta por el Gobierno. Otra de sus propuestas radica en la revitalización del Observatorio para la Prevención del Tabaquismo.

La representante del Ministerio de Sanidad, Rosa Ramírez, se mostró de acuerdo con Llamazares en una serie de puntos tales como el impulso que conviene dar al Observatorio de Prevención del Tabaquismo, con la finalidad de que se pueda hacer un adecuado seguimiento del desarrollo de la ley. Asimismo, solicitó mayor regulación normativa con respecto a los clubs de fumadores, ya que la situación sobre estos espacios resulta un tanto ambigua, seguramente, como comentó, dada la poca experiencia que nuestro país tiene en relación a estos clubs.

Por su parte, el representante de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) Antonino Joya avanzó los resultados de una encuesta elaborada desde su Orgación, según la cual el 69 por ciento de no fumadores se muestra de acuerdo con la Ley Antitabaco, así como un 31 por ciento de fumadores; la población con estudios universitarios en edades comprendidas entre los 18-35 años es el segmento poblacional más de acuerdo con esta normativa, por el contrario personas en una franja de edad entre 56 y 75 años se muestran más en desacuerdo con la misma. Por CC.AA., los vascos son los que se muestran más favorables a la Ley, mientras los castellano-manchegos, los que menos. Otro dato relevante aportado por la OCU es que el 72,2 por ciento de la población asegura acudir a hora más a los espacios de ocio libres de humo que antes de promulgarse la ley, y el 52 por ciento asegura permanecer más tiempo ahora en esos lugares que con anterioridad a la actual normativa.

Por otra parte, los primeros estudios de impacto sanitario de la ley del tabaco confirman una reducción media de la contaminación por partículas finas (PM 2,5) del 86% en los establecimientos de hostelería de Zaragoza. Es importante señalar que antes de 2011 los niveles de contaminación medidos en bares, cafeterías y locales de ocio nocturno eran 8 veces más altos que los que se podían medir en la calle, mientras que en restaurantes la cifra era entre 5 y 6 veces mayor. En resumen la contaminación media en locales de hostelería era de 170 µg/m³ antes del 2 de enero y de 25,5 después de entrar en vigor la Ley. Por otra parte, en cuanto percepción subjetiva de estar expuestos al humo de tabaco (el conjunto de la población, incluidos los fumadores), antes de entrar en vigor la ley un 61.9 % de la población manifestaba estar expuesta en algún momento al humo de tabaco y después de la ley este dato ha bajado al 34,9%.

Los datos sobre porcentajes de fumadores, morbilidad y mortalidad prematura son estimativos, aunque eso no impide afirmar que en 2011 dejaran de fumar como mínimo unas 400.000 personas. Esta cifra puede mejorar si a finales de 2011 el consumo de tabaco disminuye hasta un 15-20%, tal como predicen los estanqueros. En el periodo 2010-2020 (10 años) se espera que habrá 2,5 millones de nuevos ex-fumadores. Las medidas de control del tabaco evitarán en una década 500.000 enfermedades y 10.000 muertes prematuras.

El apoyo ciudadano a la ley se sitúa entre el 65 y el 70%, lo cual se refleja también en las encuestas efectuadas por la hostelería. El cumplimiento en España oscila entre el 96 y el 99% en todas las comunidades autónomas. Las leyes se cumplen, incluso por los que no están de acuerdo, lo que demuestra la madurez y civismo de fumadores, empresarios de la hostelería y el conjunto de la sociedad española.

La ley genera derechos y libertades, no los recorta. El CNPT afirma con rotundidad que la Ley del tabaco no tiene ideología y que la salud no es negociable. Intentar politizar un asunto de salud pública como este resulta mezquino. La Constitución Española en sus artículos 39, 43 y 51 garantiza el derecho a la salud y especialmente la protección de los menores. El derecho a la salud está recogido además en el artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, el artículo 12.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el artículo 24 de la Convención de los Derechos del Niño y en la Convención sobre Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer.

La caída del consumo de tabaco ha sido en enero del 32,3%, y en febrero la recaudación interanual por impuestos del tabaco se redujo en un 9%. Sin embargo, ante la pregunta de qué pasaría en la economía si desapareciera el tabaco de la noche a la mañana la respuesta es clara y procede del Banco Mundial: Nada. La razón es muy simple: el dinero que la gente deja de gastarse en tabaco no se evapora, sino que se utiliza en otros bienes y servicios que generan más puestos de trabajo y más bienestar. Recordemos que las cinco enfermedades más frecuentemente causadas por el tabaco ocasionan el 8% del gasto sanitario a nivel nacional (unos 8.000 millones de euros).

Como broche al acto organizado por el CNPT, se procedió a la entrega de su medalla de oro a las comisiones de Sanidad del Congreso y del Senado por la inestimable labor desarrollada en el proceso de reforma de la Ley Antitabaco.

Los miembros del CNPT consideran que los diputados y senadores que representan a la soberanía popular “han interpretado correctamente los deseos del conjunto de la sociedad y han tenido en cuenta todos los puntos de vista que razonablemnte pudieran influir en esta legislación. Han valorado los equilibrios entre salud y economía y han considerado también las incomodidades y problemas de adaptación a la nueva ley”.

A sabiendas de que los diputados y senadores han recibido tremendas presiones de ciertos lobbies más preocupados por su cuenta de resultados que por la salud de la población, ha sabido, finalmente, generar una legislación que, ante todo, defiende la salud pública y protege a las nuevas generaciones de las devastadoras consecuencias del consumo del tabaco.

El CNPT considera, por tanto, que este proceso legislativo llevado a cabo con la Ley Antitabaco, constituye un ejemplo positivo para seguir confiando en la clase política.

También se reconoció el mérito de la anterior ex ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, así como de la actual, Leire Pajín, sin pasar por alto la labor técnica desarrollada por el ex director general de Salud Pública Idelfonso Hernández, y de su equipo.

Otras medallas de oro del CNPT las poseen: El subdirector del Mundo, José Luis de la Serna; el epidemiólogo británico Richard Doll; y la ex ministra de Sanidad Elena Salgado, por su labor en la promoción de la Ley del Tabaco 28/2005.