«La salud es la vida en el silencio de los órganos», escribió el cirujano francés René Leriche. Sin una definición precisa, no obstante, el término salud ha tenido diversas acepciones a lo largo de la Historia, como recuerda el catedrático de Cirugía Cristóbal Pera en su último libro «El cuerpo silencioso». Distintas visiones según las épocas y las culturas, con la particularidad de que los conceptos y las sensaciones que trata de evocar tienen siempre como referente el cuerpo humano
Madrid, 8 de junio 2009 (medicosypacientes.com)
«La salud es la vida en el silencio de los órganos», escribió el cirujano francés René Leriche (1879-1955). La salud, el bienestar, el «bienser», encierran una meta con la que ya soñaban nuestros antepasados griegos que veían el vulnerable cuerpo amenazado por fuentes de dolor, placer, alegría, tristeza, felicidad, desgracia, etc.
Este tipo de reflexiones forman parte del último libro publicado por el catedrático de Cirugía de la Universidad Central de Barcelona Cristobal Pera, «El cuerpo silencioso», de la colección Humanidades Médicas (Ed. Triacastela). Se trata, como define el propio autor, de una recopilación de ensayos «mínimos» escritos durante los dos últimos años como fruto del pensamiento sobre la salud desde distintas perspectivas.
Sin una definición precisa, el término salud ha tenido diversas acepciones, como recuerda el doctor Pera, a lo largo de la Historia. Distintas visiones según las épocas y las culturas, con la particularidad de que los conceptos y las sensaciones que trata de evocar adoptan siempre como referente el cuerpo humano.
La salud hay que pensarla desde el propio cuerpo, si esto se elude «se nos aparece todavía más enigmática de lo que realmente es», según escribe este cirujano.
Corporeidad y calidad de vida
En el libro se detalla una buena parte de los condicionamientos que nuestra corporeidad requiere para sentir la expresión «calidad de vida».
No obstante, la vulnerabilidad del cuerpo humano se pone de manifiesto cotidianamente ante los innumerables agresores externos, biológicos, físicos y químicos. Problemas de alcoholismo en la juventud, cirugía cosmética, violencia, estrés , soledad, sexo, enfermedades, etc. Dicha vulnerabilidad al igual que los accidentes y peligros que amenazan al cuerpo pueden aparecer de manera imprevista en cualquier edad.
Según el autor, la esperanza de vida, y en suma, su calidad dependen de las consecuencias negativas que se vayan sumando para el bienestar del cuerpo humano, derivadas de su progresivo deterioro biológico y de su vulnerabilidad, a las que hay que añadir las influencias específicas de su sexo y de los avatares de cada historia personal.
En definitiva, la salud puede resultar una experiencia positiva para el propio cuerpo con la persona en su espacio «incorporada». No en vano, el filósofo alemán Hans-Georg Gadamer (1900-2002) escribió, a su vez, ?la salud se manifiesta cuando escapa de nuestra atención?.