¿Cuántos pacientes quedan satisfechos con la hoja del consentimiento informado? ¿Cuántos la entienden? ¿Cuántas encuestas hay sobre la posible mejora de dicho consentimiento? Éstas y otras cuestiones de similar índole fueron planteadas por expertos, recientemente, en el marco del XIII encuentro sobre Responsabilidad Sanitaria
Madrid, 8 de junio 2009 (medicosypacientes.com)
El XIII encuentro sobre Responsabilidad Sanitaria, celebrado, recientemente, bajo la organización de la compañía sanitaria Adeslas, junto a los medios de comunicación Diario Médico y Expansión. (ver Médicos y Pacientes), acogió la mesa redonda “Perspectivas del paciente, del profesional sanitario y de la aseguradora sobre la responsabilidad sanitaria”. En su transcurso, se volvió a sacar a colación la importancia que adquiere el consentimiento informado del paciente como parte imprescindible de todo acto médico.
Sin embargo, hay cuestiones en torno a este documento a las que todavía no se le ha dado respuetas concretas, tal como se expuso en el referido acto. “¿Cuántos pacientes quedan satisfechos con una hoja de consentimiento? ¿Cuántos la entienden? ¿Cuántas encuestas hay sobre la posible mejora del consentimiento informado?”, sólo por poner un ejemplo.
El consentimiento informado está contemplado en la Ley de Autonomía del Paciente, como recordó el profesor de Derecho Constitucional Federico Montalvo, “fija claramente esa obligación de consentimiento por parte del enfermo”. Sin embargo, como comentó con preocupación, “todavía nos seguimos encontrando muchos expedientes en Cirugía cardiovascular; en Traumatología; en Neumología,… sin que figure este documento”. Esta situación, como comentó, está comenzando a ser detectada por las compañías aseguradoras.
Documento entendible
Por su parte, el presidente de la Organización Médica Colegial, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, quien también participó en esta mesa, insistió en que “el consentimiento debe ser entendible al cien por cien”, es decir, tiene que estar escrito en el lenguaje de los ciudadanos.
De acuerdo con lo expuesto por el doctor Rodríguez Sendín, el consentimiento informado en sí mismo es un instrumento “que podrá ser mejor o peor pero lo más importante es su aplicación correcta, basada no sólo por el consentimiento firmado y presentado de una manera física, sino también en la confirmación de que el paciente que recibe la información entiende correctamente lo que se le dice”.
Es por ello que el papel que el médico tiene que jugar en este sentido es el de “clarificar al máximo su contenido al enfermo y comprobar que no sale confundido de la consulta”, tal como indicó, al respecto.
