Para el Dr. Ramón Vila, jefe de los servicios médicos de la plaza de toros de Sevilla, estas emociones dicen más que cualquier otra experiencia en la vida. El cirujano taurino ve cómo se produce la lesión y cuando entra en el quirófano lleva el 50% del diagnóstico hecho, y eso no lo hay en ninguna especialidad médico quirúrgica del mundo
Madrid, 22 junio 2009 (medicosypacientes.com)
El Dr. Ramón Vila Jiménez, jefe de los servicios médicos de la plaza de toros de Sevilla inició su vocación taurina asistiendo como meritorio a la enfermería de dicha plaza y desde entonces, toda su vida ha estado ligada al mundo de los toros, habiendo publicado 110 trabajos sobre cirugía taurina. En la entrevista concedida a la periodista Ana Belén Farelo, para el periódico ?Andalucía Médica? del Consejo Médico Andaluz, el Dr. Vila transmite su entusiasmo por esta especialidad.
?Estar siempre en el burladero hace que lleve siempre el 50% de lo que voy a tener que hacer en el quirófano en la cabeza. No hay ninguna especialidad médica en la que el médico vea el accidente que ha producido la lesión. Nosotros tenemos la ?suerte? de ver cómo se produce la lesión y cuando entras en el quirófano ya sabes lo que ha podido hacer el toro: si le ha dado hacia arriba o hacia abajo y cómo ha sido. Vas con el 50% del diagnóstico hecho y eso no lo hay en ninguna especialidad médico quirúrgica del mundo?, comenta el Dr. Vila.
A este respecto, recuerda las palabras de un general americano de la guerra del Vietnam quien le dijo ?si yo hubiera visto cómo herían a mis soldados, muchos no hubieran muerto y les podríamos haber salvado la vida?.
En este mundo tan especial, los pacientes también son realmente especiales. ?Para una persona que no vive el mundo de los toros es complicado tratar a un paciente que sea torero y más por una cornada, porque sus sentimientos, su forma de reaccionar, es totalmente distinta a la de un paciente normal? explica el Dr. Vila, puntualizando que ?no conozco a ningún torero que me haya preguntado si era o no grave la cornada o si se iba a morir, no preguntan por lo que preguntaría otro paciente?.
Esa valentía y fortaleza física y mental, así como el ansia de recuperación, logra unos resultados que no se dan en otro tipo de pacientes. ?Si yo tuviera todos los pacientes que he visto en mi vida con la fuerza de volver a lo que estaban haciendo cuando tuvieron el accidente, yo no tendría fallos en los tratamientos. El torero desde el primer momento se pone de tu lado, es decir, quiere rehabilitarse y curarse antes que nadie?, expone en esta entrevista.
Sin embargo, para dedicarse a la cirugía taurina, hace falta auténtica ?afición?. En opinión d este experto la afición va ligada con cualquier profesión, pero más aún con esta. Por este motivo ?no hay muchos médicos que quieran dedicarse a la cirugía taurina. Entre otras cosas porque no hay muchos médicos realmente aficionados, porque no es lo mismo ver los toros desde el tendido o una barrera, disfrutando, a verlos estando pendiente de lo que pueda pasar. Se compensa porque ves en primera fila todo lo que pasa, que es bueno. Y hay otra cuestión que es que esta profesión de médico taurino no se puede hacer nunca por dinero. No es puesto de trabajo fijo ni te da seguridad de futuro ni te da dinero. Lo único que te da son emociones como ninguna otra cosa en el mundo?.
Para finalizar la amplia entrevista que le dedica el periódico del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, el Dr. Vila envía un mensaje a los médicos jóvenes: ?aprovecho para decirles a los médicos jóvenes, tanto mujeres como hombres, que tienen un sitio muy bonito donde sentir algo que no se siente en ningún otro lado. Que es duro y sacrificado, pero que las emociones que se sienten ahí te justifican y te dicen más que cualquier otra experiencia en la vida?.