Más de 3 millones de personas en el mundo fallecen anualmente a causa de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), una cifra que según la Organización Mundial de la Salud puede incrementarse hasta un 30 por ciento en los 10 próximos años. Casi el 90% de las muertes por EPOC se producen en países de bajos y medianos ingresos. Son datos que la OMS ha recordado con motivo del Día Mundial de la EPOC, celebrada ayer miércoles
Madrid, 17 de noviembre 2011 (medicosypacientes.com)
Es por ello que desde el máximo órgano responsable de la salud de la población mundial se ha instado a aumentar la concienciación sobre la epidemia mundial de enfermedades crónicas;
crear ambientes más saludables, especialmente para las poblaciones pobres y desfavorecidas;
disminución de los factores comunes de riesgo de enfermedades crónicas, tales como el tabaco, las dietas malsanas y la inactividad física; y prevenir las muertes prematuras y las discapacidades evitables de las principales enfermedades crónicas.
La EPOC es una enfermedad pulmonar que se caracteriza por un bloqueo persistente del flujo de aire de los pulmones. Se trata de una enfermedad potencialmente mortal que interfiere con la respiración normal y no es totalmente reversible. Términos más familiares como la bronquitis crónica y el enfisema están obsoletos, quedando englobados en el diagnóstico de EPOC.
Los síntomas más comunes de EPOC son la disnea (o una “necesidad de aire”), esputo anormal (una mezcla de saliva y moco en las vías respiratorias) y tos crónica. La enfermedad se confirma con una prueba diagnóstica conocida como “espirometría”, que mide la cantidad de aire que una persona puede inhalar y exhalar. Al ser de evolución lenta, generalmente, se diagnostica en personas mayores de 40 años o más.
Actualmente, la enfermedad afecta a hombres y mujeres casi por igual, debido en parte al mayor consumo de tabaco entre la población femenina, sobre todo, en países desarrollados.
La EPOC está considerada como una enfermedad crónica con pocas posibilidades de curación. No obstante, diversas formas de tratamiento pueden ayudar a controlar sus síntomas y a mejorar la calidad de vida de las personas con la enfermedad.
