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La confiabilidad de la sociedad en la profesión médica es un activo social que hay que traspasar a las nuevas generaciones

El jefe del Departamento de Desarrollo Directivo y GSS, de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS), el doctor Luis Ángel Oteo, pronunció una conferencia en el transcurso del recién celebrado IV Encuentro del Foro Iberoamericano de Entidades Médicas (FIEM) sobre “El liderazgo y la misión de la profesión médica en el nuevo milenio”, incluida en la cuarta mesa redonda dedicada a “los programas de protección social”. Por su interés y aportaciones “Medicos y Pacientes” la publica íntegramente en la edición de hoy

Madrid, 8 de junio 2011 (medicosypacientes.com)

El doctor Luis Ángel Oteo,
durante su intervención.

El doctor Oteo, jefe del Departamento de Desarrollo y GSS de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS) contextualizó su ponencia “El liderazgo y la misión de la profesión médica en el nuevo milenio” (Texto íntegro a pie de página) en una época, como la actual, “de enorme confusión, perplejidad y descreimiento. Sin duda nos sentimos preocupados por el legado sanitario que hemos heredado, por su sostenibilidad, gobernabilidad y cohesión social, y que responsablemente deberemos transmitir a las próximas generaciones”. Pese a todo, anima a “seguir confiando en el futuro de los sistemas sanitarios y de sus valores universales irrenunciables que dignifican la vida humana”, tal como indicó.

Y es que como subrayó este experto, la ?escasez de recursos es el contexto real en el cual debemos trabajar, nunca la coartada para eludir responsabilidades”. Por otra parte, “La profesión médica como agente principal de conocimiento y custodio de valores universales no puede dejarse abducir ni por el mercado, ni por la burocracia despersonalizada; nada ni nadie nos debe arrebatar el sentido ético y cívico de nuestra actividad profesional y social como misión de servicio a la sociedad”. “La profesión médica está cada vez más presente en la realidad económica, en la centralidad de la sociedad y en la vida de las personas, y por ello, hoy más que nunca, debemos interrogar nuestra misión, nuestras credenciales y nuestra cultura de servicio a la sociedad”, tal como expresó en otro momento de su intervención.

Para este miembro de la ENS, resulta preciso fortalecer el pleno reconocimiento social de la profesión médica, preservar los valores esenciales del profesionalismo identitario mediante una permanente de las prácticas y relaciones para adecuarse a las nuevas necesidades, expectativas y demandas de la sociedad porque son exigencias irrenunciables del compromiso ético de la profesión médica y de las instituciones colegiales que la representan.

Por otra parte, y a su juicio, las autoridades sanitarias deben reconocer el papel nuclear de la profesión médica como garantía incondicional de la calidad de las prestaciones y servicios sanitarios. “Porque -como señaló- sin un desarrollo efectivo de los valores esenciales que asumimos los médicos, básicamente: plena autonomía, libertad de juicio, capacidad de decisión, autoresponsabilidad, desarrollo científico y reconocimiento profesional y social, no es posible pretender consolidar sistemas sanitarios modernos, eficaces y humanistas”.

Nueva era en el profesionalismo
médico

En su intervención también se refirió al nuevo profesionalismo médico, desde su punto de vista, “un concepto sociológico que en la práctica asistencial significa el compromiso con la competencia, integridad, moralidad, altruismo y promoción de un bien social preferente como la salud. Este compromiso ético forma parte del contrato social implícito entre los médicos y la propia sociedad, y representa nuestra base de legitimación social”.

La legitimidad del nuevo profesionalismo médico se fundamenta, tal como remarcó, “en la jerarquía de valores y principios que la sociedad identifica y nos reconoce: vocación de servicio, primacía de los intereses de los pacientes, actitud competente y moral en la práctica asistencial, promoción del bien común, garantía de credencialismo profesional, humanismo científico y observancia de un código de conducta intachable”.

De ahi, tal como subrayó, “la confiabilidad universal de la sociedad en la profesión médica es un activo social superior que es necesario preservar intergeneracionalmente, porque este discernimiento y competencia en el servicio a la comunidad constituye un atributo principal de bien público preferente en el sentido económico, social y ético”.

El buen gobierno de la profesión médica, según indicó, “obliga a los profesionales un cumplimiento estricto de las normas legales, una exigente responsabilidad social, un claro escrutinio público en sus intervenciones, una ausencia de conflictos de interés y una integridad moral y comportamental intachable”. “Sin estas bases de legitimación-prosiguió- no es posible fortalecer la confianza ni dialogar con la sociedad desde las credenciales que ésta propone y demanda, tampoco promover una cultura de valores propios del humanismo científico y social”.

Oteo se mostró partidario de la redefinición de un nuevo estatuto de la profesión médica basado en determinados principios fundamentales (Asociation of American Medical Colleges): la primacía del bienestar del paciente, la autonomía del paciente como principio aplicativo de la bioética, la capacidad de autorregulación de la medicina, el conocimiento especializado orientado al bien común y la justicia social. De acuerdo con sus palabras, “desde estos principios señalados, el dilema entre ética profesional y ética social o bien común, se resuelve en la propia soberanía de la ciudadanía sanitaria y en la legitimidad reconocida del profesionalismo médico”.

Misión profesional y social
de las entidades corporativas médicas

El último apartado de su conferencia lo dedicó al papel que han de desempeñar las entidades corporativas médicas, asegurando que en todos los países desarrollados, con independencia de su regulación y arquitectura organizativa, “estas instituciones tienen una función agencial especialmente relevante en la conformación de la opinión pública y en las políticas relacionadas con su área de conocimientos idiosincrásicos, por su notable influencia en la sociedad”.

Este experto se mostró convencido de que “es importante tomar conciencia de la propia identidad y del peso social de la profesión médica y de sus organizaciones colegiales representativas para influir de forma notable en las instituciones políticas, en la economía y en la propia sociedad”. “Nuestras entidades colegiales deben contribuir a la gobernabilidad y sostenibilidad económica y social de nuestros sistemas sanitarios, promoviendo y potenciando la salud pública, el uso responsable y socialmente eficiente de los recursos sanitarios y tutelando los derechos de los pacientes en base a nuestro principialismo bioético como guía de comportamiento”.

Asimismo, instó a las propias organizaciones colegiales a impulsar “un liderazgo institucional, profesional y social, para así representar desde su legitimidad el compromiso de servicio incondicional a la comunidad, basando sus ejes de actuación en el respeto a la verdad como máxima prioridad, así como en los principios de la bioética y del humanismo científico”. “Nuestras entidades colegiales deben revitalizar su liderazgo y reputación social para hacer posible la aplicación de los valores del nuevo profesionalismo médico y fortalecer la base de confiabilidad que la sociedad nos otorga para proteger, desde la independencia y capacidad de autogobierno los intereses relacionados con la salud de los pacientes y la población, elementos básicos que constituyen las credenciales del nuevo contrato social que proponemos”.

El texto íntegro de la conferencia pronunciada por el doctor Oteo en el IV Foro FIEM se puede consultar a pie de página.

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