La investigación en Atención Primaria forma parte del compromiso social con la atención médica que se les presta a los ciudadanos. En España, esta actividad está ahora despuntando no sin tener que sortear una larga lista de obstáculos. Es por ello que la colaboración entre Colegios de Médicos y Sociedades Científicas del primer nivel asistencial puede convertirse en un impulsor más de esta investigación enfocada sobre todo a la salud de la población más que a la enfermedad
Madrid, 4 de julio 2011 (medicosypacientes.com)
Momento de la Jornada.
La investigación en A.P. en España sigue siendo escasa a pesar de que se ha avanzado considerablemente en los últimos cuatro años, seguimos muy por detrás de otros países europeos como los nórdicos, con el agravante de que se publica mucho menos de lo que en realidad se investiga. La producción es muy desigual por CC.AA., la temática suele ser muy variable, y en muchas ocasiones con poca relevancia clínica y epidemiológica. Estas y otras cuestiones relacionadas fueron abordadas en una jornada a cargo de la Vocalía Nacional de Atención Primaria Urbana, celebrada en la sede de la OMC el pasado viernes 1 de julio.
Según señaló el representante nacional Juan José Díaz Franco, “la investigación en Atención Primaria es fundamental en estos momentos tanto por lo que significa para los propios profesionales como sus efectos sobre la salud de la población”. Como ponentes participaron el vicesecretario y la vicepresidenta de las Sociedades de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), los doctores Cañada y Casado, respectivamente, junto al coordinador de investigación de la Sociedad de Médicos Generales y de Familia (SEMG), el doctor Juan Antonio Trigueros.
Todos los participantes se mostraron de acuerdo en que la investigación realizada en el contexto del primer nivel asistencial debería ser “uno de los grandes valores de los profesionales de Atención Primaria”.
Dr. Cañada, de semFYC.
Como expuso el doctor Cañada, dicha investigación debe generar conocimiento sobre una serie de parcelas: problemas de salud más prevalentes; intervenciones en el terreno preventivo y comunitario; estilos de vida; diagnósticos; efectividad de los sistemas de información; métodos de gestión basados en la evidencia; medicamentos en entorno poblacional; cumplimentación terapéutica; seguridad del paciente; y uso adecuado de cuidados en la población.
Sin embargo, como se reconoció, y en función del análisis que desde la SEMG se ha realizado sobre la situación de la investigación en A.P. se detectan tres lastres fundamentales, tal como expuso el doctor Trigueros:
-La propia estructura de la A.P., una estructura cómoda para los profesionales pero no fomenta la investigación, no hay una estructuración desde el punto de vista científico, ni jerarquización científica, tal como existe a nivel hospitalario, ese incentivo, en el que tu jefe lanza un proyecto y los integrantes del servicio correspondiente pueden adherirse, mientras que en Primaria se funciona más a título individual.
-Gestión de recursos, el acceso a ayudas, becas, etc. te exigen farragosas medidas y papeleo. Cuando se accede a ayudas externas de otro tipo es si cabe más complicado ya que se tienen que reunir una serie de requisitos.
-El propio funcionamiento de la A.P., el colapso asistencial. La investigación y la formación forman parte del desarrollo profesional, pero también sabemos lo mal que funciona y lo poco avanzado que está.
Dr. Trigueros, de SEMG.
Papel de los Colegios
y Sociedades Científicas
En la actualidad, muchos Colegios de Médicos están volcados con la investigación potenciando tanto su labor como su formación a través de distintas actividades. Desde la propia OMC, a través de su Fundación para la Formación (FFOMC) hasta los propios Colegios provinciales, a través de ayudas, becas y premios. Córdoba, Almería, Castellón, Granada, Sevilla, Las Palmas, Valladolid, Toledo y Zaragoza o, incluso Tenerife, que recientemente creó un servicio de asesoría sobre metodología de la investigación, son sólo un ejemplo de ello. Como se insistió en la Jornada, se puede plantear las formas necesarias para validar acciones de este tipo.
Dra. Casado, de SEMERGEN.
El apoyo, como apuntó la doctora Casado, de SEMERGEN, conlleva una dotación de recursos tanto humanos como materiales. A su juicio, “sii se podría plantear un convenio de colaboración entre colegios y sociedades científicas para desarrollar una labor más en consonancia en este apartado”.
Por lo que respecta al papel más concreto de las Sociedades Científicas, muchas de las cuales contemplan ya desde sus propios estatutos su función en esta parcela junto al de la formación, y tal como señaló la doctora Casado, estas entidades deberían jugar un papel “de arbitraje entre la industria y las Administraciones, una mayor implicación en investigaciones de calidad, deberían ofrecer un más alto grado de asesoramiento en todas las fases de la investigación, apoyo metodológico y en el diseño del proyecto, mayor oferta formativa para investigación y docencia, así como más apoyo en las gestiones que rodean al ensayo clínico”.
Afortunadamente, se cuenta en la actualidad con los grupos de trabajo muchos de los cuales facilitan la labor de impulso a la investigación, tal como coincidieron en señalar los representantes de semFYC y SEMERGEN.
Por otra parte, como prosiguió la doctora Casado, “las sociedades científicas también han de ser responsables en la búsqueda de recursos financieros, utilizar la estructura administrativa de la Sociedad y las fundaciones en la gestión de los estudios. Además, resulta importante crear una masa crítica para que nuestros socios vayan teniendo mejores criterios para evaluar los estudios que les llegan o para participar en ellos”.
Sin embargo, y según datos apuntados por la representante de SEMERGEN, sólo un 4 por ciento de los socios pertenecen a una Sociedad Científica de Primaria por su interés por la investigación. Además, los proyectos de investigación en A.P. están financiados en un 60-65 por ciento por la industria farmacéutica, el 20 por ciento, por la Administración pública, un 30-35 por ciento se realizan sin patrocinio, y otro porcentaje procede de fundaciones, becas, etc.