La Dra. M.ª Teresa Vidal, vocal de la Comisión de Ética y Deontología de la OMC, recoge en este artículo para Médicos y Pacientes las principales temáticas abordadas en la mesa del IX Congreso Nacional de Ética y Deontología Médica celebrado los pasados 17, 18 y 19 de octubre en Palma que se centró en ‘Ética, Deontología e Inteligencia Artificial en Medicina’.
La mesa abordó la gran transformación que la IA supone tanto para nuestro Sistema Nacional de Salud así como en el entorno europeo, destacando los desafíos éticos y legales a los que nos enfrentamos.
El encuentro contó con la participación de la Dra. M.ª Isabel Moya, vicepresidenta primera de la OMC; la Dra. Pilar León, vocal de la Comisión de Ética y Deontología de la OMC; y del Sr. Juan Fernando Muñoz, como secretario general de Salud Digital, Información e Innovación del Ministerio de Sanidad. La mesa estuvo moderada por el Dr. José M.ª Domínguez y la Dra. M.ª Teresa Vidal, presidente y vocal de la CEDM de la OMC, respectivamente.
Usos de los datos sanitarios
De acuerdo con la Dra. Moya, los datos de salud aportan un gran valor para la mejora del bienestar de las personas y la importancia de poder interoperar con ellos de manera segura y ética en el llamado Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS). La idea es poder acceder a los mismos para tener una prestación sanitaria directa (uso primario de datos) en todo el territorio europeo, o para mejorar la investigación, creación de fármacos, productos sanitarios, etc., (uso secundario de datos), siempre bajo un marco de gobernanza con reglas claras y normas comunes que respeten la privacidad y confidencialidad y el uso ético de estos datos especialmente sensibles como son los datos de salud.
Y es en este uso secundario donde surgen los mayores retos puesto que pueden colisionar derechos fundamentales individuales, como la privacidad y la confidencialidad, con derechos colectivos -que incluso pueden ser diferentes en los diversos países europeos- como la equidad en el acceso. Por ello, se hace necesario acudir al principio de proporcionalidad, minimizando los datos disponibles para obtener el resultado buscado, anonimizarlos y pedir consentimiento para ser utilizados.
Precisamente es el modelo de consentimiento uno de los puntos más polémicos y que ha dado lugar a enmiendas hasta conseguir la aceptación del llamado consentimiento mixto: el sistema OPT-OUT en caso de no querer compartir los datos para uso secundario, y el sistema OPT-IN que se aplicaría a los datos genéticos genómicos, proteinómicos y biobancos, siendo necesario el consentimiento implícito para ser utilizados. Todo ello basado en que en el EEDS, el consentimiento para la utilización de los datos se da desde un primer momento como tácito.
Por todo lo expuesto se hace necesaria una base jurídica compartida, conocer qué datos son necesarios para los fines establecidos, quiénes son las personas autorizadas para su uso y cuáles las garantías previstas para asegurar un entorno seguro. Con la finalidad de crear un entorno confiable para las personas y los profesionales al saber que la seguridad y el respeto de los Principios Éticos y Derechos humanos van a ser la base de este espacio común, cuyo fin último siempre será el bienestar del ser humano.
Aplicación de la inteligencia artificial y responsabilidad
Por otra parte, según lo expuesto por la Dra. Pilar León, es importante incidir en la responsabilidad de los médicos -y otros profesionales- en el desarrollo y aplicación de la IA: “Sólo a las personas se les puede exigir rendir cuentas de las decisiones y de las acciones basadas en un sistema de IA”. En esta línea debemos tener en cuenta también el uso ético de la IA generativa en investigación y en las publicaciones donde solo las personas han de figurar como autores de publicaciones puesto que son las únicas que pueden asumir la responsabilidad de lo publicado.
En cualquier proyecto de IA en el que se utilicen datos de historias clínicas hay que prever tanto el conocimiento como el consentimiento de los pacientes y de los profesionales, así como establecer un modo ético para el uso, la conservación y el destino final de las bases de datos obtenidas, incluso cuando los datos estén anonimizados.
En esta línea, la finalidad de los datos extraídos automáticamente de las Historias Clínicas (HC) puede ser primaria (asistencial) o secundaria (investigación u otros usos), pero en el caso de las empresas que intervienen en la extracción de estos, el uso es siempre secundario.
Estrategia de Salud Digital
Según lo explicado por el secretario general de Salud Digital en el marco para la coordinación y ejecución de los proyectos de modernización y transformación del SNS coordinados en la Estrategia de Salud Digital y con colaboraciones entre las diferentes Comunidades Autónomas (CC. AA.) se pretende generar recursos que puedan mejorar nuestro sistema de salud aprovechando, al mismo tiempo, la oportunidad que supone el EEDS y sus retos.
Dentro de la Estrategia Nacional de Salud Digital se están impulsando seis planes de acción:
- Plan de servicios digitales
- Espacio de datos de salud
- Sostenibilidad, Mejora de la eficiencia y acceso equitativo del SNS
- Transformación Digital de Atención Primaria y Comunitaria
- Atención Digital Personalizada
- Genómica SiGenEs
En el plan de creación de Servicios Digitales del SNS, destaca la existencia de la Receta Electrónica Interoperable SNS, que permite la dispensación en todo el territorio español independiente de la CC. AA. de prescripción, siendo el servicio mejor valorado por los ciudadanos. También se está implementando desde julio de 2023 la Historia Clínica Digital SNS que da acceso a la información clínica necesaria para el tratamientode un ciudadano en un servicio de salud distinto al suyo, y todo ello a través de datos normalizados que puedan ser interoperables y trazables. La idea es que en 2025 estén todas las comunidades autónomas integradas para poder ofrecer servicios transfronterizos dentro de la UE y compartir los datos para su uso y tratamiento, respetando siempre la calidad y la privacidad, así también de los productos y tecnologías sanitarias y de acuerdo con la normativa legal europea que ha de estar implementada para 2029.
En general, podemos resumir que la IA tiene un impacto muy significativo en cuestiones Éticas y Deontológicas que deberán estar presentes en un marco regulatorio común que nos proteja ante los dilemas y que sea capaz de adaptarse de manera rápida ante los cambios que la propia IA genera.
