La Dra. Mª Isabel Moya, vicepresidenta primera de la Organización Médica Colegial, participó este jueves, 19 de septiembre, en la jornada “Innovación e inteligencia artificial en salud” de la Real Academia Nacional de Farmacia.
La presentación de este encuentro corrió a cargo de Antonio L. Doadrio, presidente de la Real Academia Nacional de Farmacia, y de José María Medina, vicepresidente del Comité Científico de la Fundación Ramón Areces y académico de número de la Real Academia Nacional de Farmacia. Honorio Carlos Bando, profesor honorario de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid y académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Farmacia, fue el coordinador de la jornada científica.
Junto a la Dra. Moya, participaron también Víctor Jiménez, catedrático de la Facultad de Farmacia de la UCM y académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Farmacia; y Francisco Zaragoza, catedrático de Farmacología de la Universidad de Alcalá.
Impacto de la IA en la transformación digital del sector salud
“La inteligencia artificial (IA) es, sin lugar a duda, la herramienta tecnológica que mayor impacto está teniendo en el avance de la Medicina y en la transformación digital del sector salud”, afirmó la Dra. Moya.
Esta transformación digital y de IA en salud no solo implica la adquisición y el manejo de nuevas aplicaciones tecnológicas, sino que este proceso requiere, de acuerdo con la doctora Moya, de un “gran cambio cultural y de procesos dentro de las organizaciones sanitarias”.
Así, el resultado de esta innovación con IA en Medicina será un escenario en el que el médico orqueste y lidere todas estas herramientas que tendremos a nuestra disposición”.
La crisis en la que están absortos los sistemas sanitarios requiere innovar
“Los sistemas sanitarios están en crisis y en cuestión de costes, es insostenible”, afirmó Moya. Asimismo, la doctora explicó que se estima que, mínimo el 20% de la inversión total en atención sanitaria, se desperdicia en actos que no aportan valor. Además, hay escasez de mano de obra, pues se calcula que habrá una falta de más de 10 millones de trabajadores de la salud (según la OCDE, el Banco Mundial y la OMS) para 2030, porque tenemos una población cada vez más longeva, lo que implicará a medio plazo una carga mayor de atención a las enfermedades crónicas, …
Por todo ello, “es necesario cambiar y adaptarnos, y la propuesta más viable que se postula es la llamada salud digital, que la OMS definió como el uso de las tecnologías de información y comunicación para mejorar la salud, el bienestar y la gestión sanitaria”. Entre todas estas tecnologías, la que más impacto tiene en Medicina y en la salud es la inteligencia artificial, expuso la vicepresidenta primera de la OMC.
Los datos, esenciales para afrontar este cambio
La innovación con inteligencia artificial en salud requiere, para la Dra. Moya, de un enfoque integral “que abarque desde la gestión de datos y la infraestructura tecnológica hasta la regulación ética y la formación continua de profesionales”.
Además de datos, para garantizar esta innovación se requiere de otros cinco grandes aspectos:
- La tecnología
- El marco jurídico
- La formación de los profesionales
- La participación de los pacientes
- La inversión y desarrollo continuo
“No hay inteligencia artificial sin datos”, afirmó la doctora. Si estos datos no son accesibles, representativos, diversos y procedentes de múltiples fuentes, interoperables, de calidad y estructurados, poca rentabilidad vamos a sacar de la IA, destacó.
“Los profesionales estamos obligados a utilizar los mejores medios disponibles y a nuestro alcance para tratar a nuestros pacientes”, destacó durante su intervención. En este sentido, negar a los beneficios de la IA podría llegar a ser una negligencia médica, explicó la doctora, pero “hay que introducir su uso de forma crítica y con un amplio margen de decisiones humanas. Y, desde luego, no puede producir daños a los pacientes”, sentenció.
Por otra parte, con la incorporación de la IA, se debe respetar la autonomía del paciente y los derechos que esta conlleva. Referente a los derechos respecto a los resultados ofrecidos por la IA, “los pacientes tendrán derecho a la no discriminación o estigmatización; a no ser objeto de decisiones automatizadas; a la información (no querer saber que patologías pueden desarrollar), y a la explicación de la decisión automatizada”, explicó la vicepresidenta primera de la OMC. En cuanto a sus datos, “tendrán derecho a la intimidad que requiere informar previamente (consentimiento); a la trasparencia (saber qué se hace con sus datos); y a no querer que sus datos sean empleados en los algoritmos”, añadió.
En definitiva, la Dra. Moya afirmó que el principal esfuerzo debe dirigirse a generar un ecosistema de confianza entre todos: gestores, desarrolladores de IA, profesionales sanitarios y pacientes,