La base de la problemática está ocasionada por la frecuente inexperiencia en la correcta introducción de la sonda, en ocasiones de forma reiterativa, que puede provocar de forma perentoria la realización de una gastrostomía
Madrid, 1 de julio 2009 (medicosypacientes.com)
“Es habitual dentro del ámbito sanitario, más, desde mi punto de vista, la base de la problemática está ocasionada por la frecuente inexperiencia en la correcta incrustación, ya que no solo depende de forma crucial de la situación patológica del paciente.
Me explico, la utilización de la alimentación enteral en concretos enfermos puede ser tremendamente vital para conseguir una aceptable recuperación con posterioridad ya que los rutinarios goteros de suero, generalmente glucosados, utilizados de forma retórica, sin previa valoración analítica precisa y situación de cada paciente, pueden crear más complicaciones que efectos positivos de mantenimiento. La base de esta polémica, favorable o contraria, ha sido generada, puedo aportar una concreta base de datos muy personales, por los frecuentes errores de incrustación por parte del personal sanitario implicado.
Para que me comprendáis, una nefasta introducción de la sonda, en ocasiones de forma reiterativa, puede provocar de forma perentoria la realización de una gastrostomía,… ¡es evidente que la culpable no es la sonda!”
Dr. Juan Carlos Moreno
