En su última comparecencia ante los medios de comunicación, el presidente de la Organización Médica Colegial ha incidido sobre algunas de las cuestiones que más preocupan en estos momentos de crisis a la profesión médica. A la espera de una nueva entrevista con Trinidad Jiménez, solicitada el mismo día que se celebró una concentración a las puertas del Ministerio de Sanidad, el doctor Juan José Rodríguez Sendín pone el acento sobre una preocupación máxima para la Organización que preside como es que se configuren líneas de respuesta diferente en el SNS en función de la clase económica a la que pertenezca cada paciente. Asimismo, le causa estupor que las CC.AA. todavía no se hayan pronunciado claramente sobre los recortes salariales que piensan aplicar a los profesionales sanitarios, lo que le conduce a sospechar que éstos podrían ser fijados en función del momento electoral en que se encuentre cada una de ellas
«Lo que realmente preocupa ahora a la OMC es que se configuren líneas de respuesta diferente en el SNS en función de la clase económica a la que pertenezca el paciente»
«No parece serio que una comunidad autónoma, en función del momento electoral o político en el que se encuentre, decida que el recorte salarial se aplique de una manera u otra, o no se aplique»
«Es complicado pedir más esfuerzo a los profesionales cuando, simultáneamente, los políticos de los partidos mayoritarios no son capaces de ponerse de acuerdo para sacarnos de esta situación»
El presidente de la OMC,
el doctor Juan José
Rodríguez Sendín.
Madrid, 6 de julio 2010 (medicosypacientes.com)-En un momento de crisis como el actual, en la que la Sanidad española también está inmersa ¿cuál cree que es el riesgo real que corre el Sistema Nacional de Salud?
-El riesgo real es que se estén tomando algunas decisiones que puedan afectar a la equidad, es decir, a la igualdad de trato ante necesidades sanitarias reales para todos los ciudadanos españoles. En estos momentos, España está inmersa en una crisis económica que padecen, sobremanera, los aproximadamente cuatro millones y medio de parados. También aumenta la población de enfermos crónicos, mayores y especialmente frágiles que precisan cuidados específicos en especial cuando se aproximan al final de su vida. Si, además de todo ello, se elevan los riesgos para que sus necesidades asistenciales no sean atendidas adecuadamente o con iguales garantías para todos en función de necesidad, el resultado es fácil de imaginar. Nos preocupa que en línea con lo anterior y con ciertas tendencias a colocar límites económicos en el acceso a las prestaciones sanitarias se configuren líneas de respuesta diferente en el SNS en función de la clase económica a la que pertenezca el paciente. Esto es lo que realmente preocupa ahora a la Organización Médica Colegial.
-¿A qué clase de decisiones se refiere que podrían afectar a la equidad, que es uno de los pilares en los que se sustenta el SNS?
-Me refiero, por ejemplo, a los recortes que se están produciendo, aparentemente, sólo en los salarios y retribuciones complementarias de los profesionales del sistema. Pensamos que van a tener repercusión en los servicios porque se limiten también las sustituciones en las plantillas o que éstas no se hagan de la manera adecuada, O que los contratos no se renueven o se paralicen. O porque se sustraigan horas a los profesionales que sacan las listas de espera. O porque se recorte la compra o incorporación de nuevas tecnologías. Con todo ello, además, porque se paralice el crecimiento que consideramos necesario para el buen desarrollo del sistema. Todo puede condicionar las prestaciones, la mejor asistencia. Eso es lo que nos preocupa.
-Sin embargo, todavía no se han concretado los recortes de los salarios, siendo una de las reivindicaciones lanzadas en la concentración que protagonizaron los médicos el pasado 26 de junio en las inmediaciones del Ministerio de Sanidad,?
-Efectivamente, existe incertidumbre por desconocer el recorte que establezca cada CC.AA., que son responsables de una buena parte del mismo. Sabemos, además, que ni siquiera hay acuerdo generalizado para que este recorte se aplique de manera homogénea y uniforme, sino que, una vez más cada autonomía hará de ?su capa un sayo? y una interpretación según convenga. Resulta difícil entender por qué, si el recorte es necesario, cada Comunidad lo vaya a aplicar en función de diferentes criterios como, por ejemplo, del momento electoral en el que se encuentre. No parece serio que una comunidad autónoma en función del momento electoral o político en el que se encuentre, decida que el recorte se aplique de una manera u otra o no se aplique. Ni que decir tiene que seguirán aumentando las diferencias entre CC.AA. para retribuir la mismas funciones.
-Lo que sí parece cierto es que van a afectar especialmente a los complementos de atención continuada y de carrera profesional,…
-Según cómo se aplique puede penalizar al trabajo de aquellos profesionales de los que el SNS precisa dedicación especial, no por voluntad propia sino por necesidades del servicio. Es decir, se va a penalizar al médico que más guardias hace o más trabajo extraordinario realiza, y, sobre todo, se va a penalizar la carrera profesional, que es un reconocimiento explícito del tiempo dedicado al sistema durante muchos años, especialmente, cuando hace un par de décadas, vivimos épocas de vacas flacas para la profesión médica. Se penaliza porque no hay uniformidad, porque no es igual la rebaja salarial, porque se aplicara con criterios distintos en función de cada comunidad autónoma, y, sobre todo, porque se aplica al trabajo extraordinario que, como he comentado, la mayor parte de las veces es obligatorio. Entendemos, por tanto, que éste que no es el mejor caldo de cultivo para que las cosas sigan de la mejor manera en el SNS.
-¿Considera justo que se le pida cada vez más esfuerzo a los profesionales cuando no hay visos de que los políticos se hayan puesto de acuerdo para cerrar definitivamente el Pacto por la Sanidad?
-Ante el panorama actual es complicado pedir más esfuerzo a los profesionales cuando, simultáneamente, los políticos de los partidos mayoritarios no son capaces de ponerse de acuerdo para sacarnos de esta situación. Nos preocupa no conocer ninguna propuesta nueva. Nos llama la atención que el susodicho Pacto por la Sanidad que nos presentaron hace unos meses, y que pese a su escaso contenido lo aplaudimos por lo que suponía de avance, parece ser que en las últimas semanas esta en vía muerta. Con ello, los políticos nos demuestran, una vez más, que son incapaces de asumir sus responsabilidades y ponerse de acuerdo para sacarnos de este follón. Y dado que la gestión sanitaria esta repartida entre CC.AA. de diferente signo, yo me pregunto si se puede pedir y esperar de la ciudadanía y de los profesionales esfuerzos que la propia clase política no es capaz de materializar. Lo único que pedimos es que se refuerce ese Pacto Sanitario porque lo necesitamos y que con el mismo los intereses para la mejor atención sanitaria dejen de ser motivo de confrontación politica. En definitiva, exigiremos, apoyaremos y buscaremos cualquier fórmula que esté en nuestras manos para insistir a los poderes políticos sobre la necesidad de mejorar, aumentar y reforzar el Pacto de Estado por la Sanidad, llámese pacto o ?acuerdos políticos estables para respetar los intereses del SNS?.
-Cuando se reunieron con el director general de Ordenación Profesional tras la concentración, se le solicitó que transmitiera a la ministra Trinidad Jiménez la petición del Foro de la Profesión de una nueva entrevista, ¿con qué objeto?
-A la ministra queremos dejarle claro las preocupaciones e incertidumbres profesionales mencionadas, entre las que destacamos sobremanera, que los recortes detraigan dinero del sector salud para colocarlo en otros ámbitos. Desde nuestro punto de vista, esto es inaceptable. Si por una parte estamos diciendo que el Sistema Nacional de Salud invierte bastante menos recursos que sus homónimos europeos, no tiene ningún sentido que se detraiga dinero. Entendemos que se regule, que se racionalice y que se controle el incremento de los gastos, pero lo que no entendemos es que se retire el dinero que se pretende ahorrar con estos recortes del sector salud. Pensamos que todo lo que se nos retire o se nos pueda retirar como una necesidad inevitable, no puede ser cuestionada por el comportamiento de las CC.AA. en función del momento político en el que se encuentre. Si es inevitable no puede ser opcional, y sostengo que debe revertir en el sector salud, en el SNS, y no desviarlo a otras parcelas ajenas al mismo. Todo esto hay que explicárselo a la ministra, entre otras cuestiones derivadas de nuestras preocupaciones, como por ejemplo, que no se está haciendo realmente nada distinto que no sea recortar o limitar. Absolutamente nada más.
-El copago vuelve otra vez a situarse en el punto de mira, sobre todo por parte de algunas Comunidades Autónomas ¿Piensa que su implantación está más cerca de lo que parece?
-Además del recorte, de lo único de que se habla como añadido es de un ?copago impreciso? que no conocemos, ni sabemos a qué se refiere, es decir, más recorte al que menos puede. Por lo que estamos viendo, aquí sólo se habla de sistemas de recaudación, de encontrar y de reconducir dinero a otras parcelas. Y esto si es preocupante. Si realmente hay déficit de gestión deberíamos hablar y proponer nuevas formas para la mejor gestión y gobierno de los recursos sanitarios materiales y humanos. No hay nada, no se oye hablar, por ejemplo, de medidas para reducir la burocracia, o mejorar la gestión de las bajas laborales, o de la eficiencia social de las intervenciones de salud pública, o los gastos extraordinarios de los servicios Regionales de Salud en sistemas de información que no son interoperables, que, por cierto, además de sus dudosas garantías, no sabemos muy bien cuáles son sus cometidos y resultados para la salud de los ciudadanos. Porque para garantizar la disponibilidad continua de la información clínica del paciente en todo el territorio nacional, mejorar la información entre servicios y profesionales, niveles asistenciales o entre la asistencia concertada tanto pública como privada no sirven. No conocemos propuestas para evitar el gasto exagerado en estrategias de prevención con poca base científica. Entiendo que para reconducir la situación, no son suficientes solo las medidas económicas y las recaudatorias. Sin pacto político por falta de voluntad para hacerlo simplemente es imposible.
-Otra medida de contención del gasto que parecen querer introducir algunas CC.AA. es la de promocionar y fomentar la prescripción y consumo de medicamentos genéricos ¿Le parece acertado este tipo de gestión?
-El médico debe ajustarse a lo que el Código Deontológico de la Organización Médica Colegial y a lo que dicen al respecto las declaraciones de los organismos internacionales bien europeos o mundiales como es el caso de la Asociación Médica Mundial, tanto a nivel de tratamientos farmacológicos como a la hora de realizar diagnósticos y pruebas. Una vez decidido lo más adecuado para el paciente bien prueba diagnóstica o terapia farmacológica o no, el médico tiene también la obligación de decidir sobre la de menor coste económico. Todo lo cual en ocasiones es una decisión compleja que en todo caso toma libremente aunque debe de estar dispuesto a rendir cuentas y explicar sus decisiones en caso de necesidad. Sin embargo y dicho lo cual nada tiene que ver con que una decisión política permita a sus responsables administrativos entrar en las historias clínicas de los pacientes y cambiar automáticamente ciertos medicamentos prescritos, como parece que ha ocurrido. En cualquier caso debe ser el propio medico responsable de sus consecuencias quien lo haga y esa obligación no es delegable ni puede ser usurpada por nadie. Estaríamos ante una nueva variante de prescripción, la prescripción política que no esta contemplada en la LOPS. Independientemente de la forma utilizada y de lo mencionado es un acontecimiento muy importante y entiendo que grave, la entrada en las historias de un grupo de pacientes absolutamente identificados para variar su contenido en este caso prescripciones realizadas por un profesional que es responsable entiendo hasta ese momento de las mismas.
– Por tanto, ¿es una prueba de fuego para medir la responsabilidad ética del médico?
-Por supuesto. En el proceso de atención el médico siempre actúa bajo el doble compromiso ya mencionado ofrecer a su paciente lo mas adecuado de lo que precise. Es la primera obligación que tiene el médico. Pero, sus obligaciones no terminan sólo con ese paciente, las tiene también con todos los posibles pacientes, incluso, con los que no conoce porque es inacabable la lista de necesidades sanitarias. Por todo ello surge una segunda lealtad con el SNS y con la mejor utilización de los recursos que el SNS pone a su disposición, es decir, elegir lo mejor pero al mejor precio. Debe proteger al SNS, porque en el fondo es el sistema que va a ofrecer garantías a todos los demás pacientes que todavía están por venir y este SNS necesita ser cuidado precisamente para poder seguir ofreciendo esas garantías. De ahí procede la doble lealtad del médico que debe compatibilizar, la de servir al paciente que tiene delante y la de servir al SNS. Servir al SNS es servir a todos los pacientes, a los que están todavía por venir a su consulta y a los que tienen que atender otros colegas. Con la coexistencia de esa doble lealtad y de las obligaciones que de ellas se desprenden, el medico alcanza el ?summum? de su responsabilidad ética y que sintetizo: indicar o prescribir lo mejor pero al mejor precio. En el ejercicio diario siempre hay razones o condicionantes que hacen complicado la búsqueda de ese equilibrio que termina en ofrecer lo mejor al mejor precio. Desde los aspectos formativos hasta la subjetividad inherente a cualquier toma de decisiones exigen una tercera obligación ética, la rendición de cuentas. El médico es libre pero se trata, en cualquier caso, de una libertad responsable, es decir sus decisiones deben estar siempre suficientemente soportadas y reflexionadas para poderlas explicar o exponer ante otros profesionales. El médico ha de ser absolutamente transparente. No valen caprichos injustificados. Ética y eficiencia adquieren una intima relación de forma que podemos afirmar que un medico es ético si es eficiente y no es ético si es ineficiente. En esa combinación, se sintetiza la doble respuesta del médico al paciente y al SNS como sumatorio de prestaciones y garantías disponibles para todos. De forma que cuando se es ineficiente se atenta contra el paciente desconocido, que también es paciente del médico.
-Y ¿qué cree que hay de cierto en la asociación que algunos pretenden establecer entre el incremento del gasto farmacéutico y el volumen de recetas y el coste de las mismas?
-Cada grupo de agentes que intervienen en el ámbito sanitario interpreta la realidad como cree mas oportuno a sus intereses. Todos pueden tener algo de razón pero el que gobierna tiene qye gobernara y decidir entre lo importante que es lo substancial para mantener las cualidades fundamentales del SNS. La verdad es que si no hubiera mas pacientes con mas expectativas no habría incremento del gasto y si no hubiera medicamentos nuevos o estos mantuvieran un incremento moderado tampoco condicionaría tanto el resultado final. Pienso que, en realidad, el incremento del gasto farmacéutico proviene de la suma de todo. Por una parte, intervienen las nuevas moléculas y por otra un volumen cada vez mayor del numero de recetas en la que a su vez intervienen numerosos y complejos factores de los que son responsables los estímulos al consumo de medicamento, la medicalización de la vida, el sistema y también los numerosos prescriptores. En todo caso los que conocen la distribución de los gastos conocerán la respuesta. Es verdad que las nuevas moléculas son cada vez más caras, y su costo debería estar siempre justificado y en función de los resultados que ofrecen. Para esto está la responsabilidad de los órganos administrativos encargados de regular que medicamentos se financian y porque y también cuáles entendiendo de sus precios.
-Por su parte, ¿el médico hiperprescriptor tendría algo que ver en todo ello?
-Empecemos por decir que un medicamento innecesario además de peligroso para la salud constituye un despilfarro. Lo que nos preocupa realmente, es que se prescriba mal, sin indicación, lo innecesario, que el tiempo de tratamiento y posología no sea los adecuados o que el paciente no cumpla bien el tratamiento porque no se le explique bien o por falta de cuidador. Hay médicos que prescriben mas de lo necesario o medicamento innecesarios o inútiles. Con frecuencia corresponden a profesionales con consultas masificadas y con poco tiempo para cada paciente, lo cual no justifica nunca una prescripción improcedente. Precisamente, en eso estamos, ello forma parte del debate sobre la libertad de ejercicio y de sobre la libertad de prescripción.
-Y ¿en qué punto del debate cree que se encuentra en estos momentos el tema de la libertad de prescripción?
– El buen médico lo es cuando prescribe medicamentos necesarios, se preocupa de otros que toma el paciente no indicados por el y, sobre todo, cuando se preocupa del momento de sus retirada. En ambas acciones es preciso estar bien preparado y ser un buen médico. Del resultado de ello, sin duda, saldría un mejor manejo y prescripción del medicamento. Si solo hay profesionales sanitarios -no solo médicos- preocupados de prescribir y no del cuidado de su correcta administración, seguimiento y retirada de aquellos innecesario, es probable que además de incrementar el gasto farmacéutico innecesario aumenten los riesgos para la salud del paciente derivados de su mal uso. La libertad de prescripción no sólo incide en el mejor medicamento, su correcta aplicación y administración, sino también en evitar el medicamento innecesario y por tanto peligroso. Entendemos la libertad de prescripción del medico, como aquella libertad para hacer lo que debo hacer, y el deber hacer incluye es tanto quitar como poner medicamentos. Por todo lo cual la libertada de prescripción del medico debe ser responsable e incluir en caso de necesidad, la mejor disposición para dar explicaciones ante otros médicos sobre las decisiones tomadas.
– Recientemente, ha salido en defensa de la Atención Primaria, subrayando que no se puede mermar más su presupuesto mientras se derrocha en otras parcelas del SNS,?
-Efectivamente, no hay más derroche que malgastar los recursos de los que disponemos, no hay más derroche que utilizar a la Primaria para responder a una burocracia que puede llegar hasta el 40 por ciento de su trabajo. No hay más derroche que la Primaria no haga el trabajo que podría realizar y que este se derive a las urgencias, centros de especialidades o, incluso, al hospital. No hay más derroche que la Primaria no esté coordinada con el hospital a la hora de atender a los enfermos crónicos. No hay más derroche que desconocer toda la información de los pacientes ni que circule con ellos a la hora de tomar decisiones. Estamos hablando de nuevas fórmulas verticales para atender mejor a ciertos grupos de enfermos crónicos que preocupan por la factura que generan, cuando la primera fórmula es que la información sanitaria de los mismos, la información clínica esté disponible para el médico que ha de manejar a estos enfermos. Todos estos son ejemplos de derroches. Si la Atención Primaria, en un sistema como el nuestro, no asume todas las competencias que puede asumir, estamos, sin duda, ante el mayor de los derroches. Si la Primaria se dedica a hacer burocracia, con un volumen de entre un 40 y un 45 por ciento del tiempo total de cada consulta, el derroche es ya exagerado. Si no se distribuyen adecuadamente todas las funciones dentro del ámbito de todos los profesionales del primer nivel asistencial, no refiriéndome sólo a los médicos, sino que cada uno cumpla con su trabajo, y, realmente, distribuyamos de nuevo las funciones, eso es derroche. En comparación con las consecuencias económicas y en salud de estos déficit el copago económicamente es una anécdota.
-Recién concluida la presidencia española de la Unión Europea ¿qué le ha parecido su actuación en materia sanitaria?
-En plena crisis económica en la que a España le ha correspondido presidir la Unión Europea, entiendo que se ha hecho lo que se ha podido, aunque en materia de salud nunca es suficiente. Desde mi punto de vista, se han hecho dos cosas muy interesantes. Por una parte, la directiva sobre trasplantes, materia en la que España es líder indiscutible a nivel mundial. Es un campo de actuación médica con excelentes resultados y en el que nuestro prototipo de organización es perfectamente extrapolable a cualquier otro sistema del mundo, sacando distancia, incluso, a países donde la sensibilidad a la donación de órganos es superior a la nuestra, y, sin embargo, a la hora de medir resultados muchos de ellos se quedan a la mitad del nuestro. Hay que felicitar, por tanto, a la ONT en este sentido por sus éxitos y por haber sido tan generosa. Considero que España se ha marcado ahí un tanto importante. Otro de los temas es el de la directiva de la Sanidad transfronteriza. Era imprescindible, y ahí hay que felicitar a la ministra de Sanidad por haber sacado adelante esa directiva que, de lo contrario, nos hubiera perjudicado bastante o, incluso, nos hubiera quitado entidad a nuestro SNS, que, he de remarcar, que la tiene, tiene marca propia, de ahí que debamos cuidarlo lo mejor posible. No es igual a otros, sino que son otros los que se parecen a nuestro sistema.
-También se han hecho públicas, recientemente, las conclusiones a las que ha llegado el Consejo de Europa respecto a la pandemia de Gripe A y a su gestión por parte de la OMS,…
-Las conclusiones a las que ha llegado el Consejo de Europa, curiosamente, son las mismas que la OMC ha enunciado en diferentes momentos, a partir de julio de 2009. Por un lado, el alarmismo exagerado y desorbitado, causando una epidemia de miedo. En segundo lugar, dudar de la nueva definición de pandemia. La razón es muy sencilla. Las palabras son lo que son y lo que representan, pueden significar técnicamente lo que los técnicos quieran, sin embargo, para los ciudadanos representa lo que representa. Por tanto, abogamos por una revisión del término pandemia. También habíamos advertido, entre otras cosas, de que creíamos que detrás de esto había intereses políticos y económicos. Lo presuponíamos porque, sencillamente, no podía ser de otra manera con lo que estaba ocurriendo. Además, sabíamos que había influencias poco recomendables, la OMS estaba pasando a un cierto nivel de descrédito tal como apuntabamos también. ?Olvidarse? en salud pública de lo que la palabra pandemia representa para los ciudadanos, al margen de la decisión de cambiar su significado, es una grave error. Además, se reconoce la falta de independencia de la OMS, en el informe, para poder hacer estudios y evaluaciones por grupos absolutamente independientes, algo que también habíamos apuntado. No entendíamos cómo podían existir unos niveles tan altos de financiación pública, según para qué problemas. Ante esta situación también apuntamos que no se podía seguir con una autoridad sanitaria mundial desacreditada, es necesario reponer la autoridad perdida condeciciones equivocadas que no pueden seguir afectando a la Organoización que debe encarnar la autoridad sanitaria mundial. Por tanto, soy de la opinión de que hay que tomar medidas inmediatamente para restablecer el crédito perdido. Deberían exigirse responsabilidades a los altos cargos de la OMS, e, incluso, hay quienes debería presentar su dimisión. Los errores cometidos en la gestión de la ultima crisis sanitaria han desprestigiado procedimientos preventivos de un extraordinario valor y que estaban en la conciencia colectiva como sucede con la vacuna. Y aquí los que no han actuado bien no han sido los profesionales sino los que han hecho un planteamiento de gestión inadecuado con respecto a una vacuna determinada que puede acarrear un desprestigio general a un elemento preventivo tan importante. Probablemente, también deberíamos ser más ágiles para evitar este tipo de comportamientos porque la situación final es que uno se siente bastante indefenso para luchar contra cierto tipo de agentes con una altísima influencia, en un marco global en el que lamentablemente los profesionales tienen poco que decir. A mi juicio, debería ser todo un poco más ágil y poder disponer de órganos autónomos superiores que fueran realmente independientes, que tuvieran garantizados los dineros públicos y no tener que depender de ningún tipo de entidad ni política ni económica.
-Asociaciones como la AMM ¿pueden contribuir con soluciones ante este tipo de situaciones?
-Me temo que a corto plazo no es posible, puesto que la Asociación Médica Mundial (AMM) se encarga de posiciones de medio y largo alcance, y su estructura de funcionamiento no le permite entrar en procesos agudos como éste. Lo que sí es cierto es que la AMM dispone de declaraciones que bien podrían ser aplicables a este tipo de situaciones, y relativas a medidas éticas que deberían salvaguardarse en un caso de estas características. No obstante, y debido a los efectos que ha tenido esta crisis no estaría de mas que hiciera pública alguna declaración al respecto, una vez que se confirman dudas muy razonables sobre el comportamiento de los responsables de gobernar la OMS.
-Finalmente, se ha sabido que la Comisión de Salud del Consejo de Europa se ha pronunciado a favor de la regulación de la objeción de conciencia en el ámbito sanitario,?
-Reitero la gran sintonía que parece existir con esta Comisión de Salud. Primero fue la gripe A y ahora la objeción de conciencia. Precisamente, se cumple un año de la confrontación con el ministro de Justicia en relación a la objeción de conciencia que se suscito por la Ley del Aborto, y dicha Comisión nos vuelve a dar la razón, lo cual es motivo de altísima satisfacción. Coincide el dictamen de esta Comisión con lo que nosotros venimos demandando: cuando los profesionales de la salud se enfrentan a decisiones sobre la vida, sobre la muerte, sobre algo que no tiene marcha atrás, y que no es reversible, es absolutamente irresponsable dudar, y que no se puedan aplicar los valores que cada uno posee, que ha heredado o que le han dado, sería una barbaridad propia de Estados totalitarios. Aunque ahora coincide con la objeción de conciencia ante el aborto, llevamos mucho tiempo reclamando que se regule la objeción de conciencia, desde distintos sitios y desde distintos foros, porque consideramos que es necesaria y porque tampoco se puede dejar al libre albedrío de que alguien pueda aprovecharse de la misma para resolver conflictos de interes. Aquí es muy importante distinguir entre conflictos de valores y conflictos de intereses. En este orden de cosas no sólo celebramos la decisión adoptada por el Consejo de Europa, y seguiremos haciendo las demandas oportunas en la misma línea. Hemos trabajado para que los médicos definan sus posiciones. Así, en el seno de nuestra propia Organización ya se están creando registros de objetores de conciencia en los colegios de médicos que así lo desean que nos van a permitir saber, por un lado, y con antelación, qué profesional está en esa disposición y por qué; y segundo, para poder identificar ciertas objeciones que no son tales sino pseudobjeciones o criptobjeciones, o bien ayudar a profesionales que confunden conflicto de valores con conflicto de intereses. En este sentido, nuestras Comisiones Deontológicas entenderán y diferenciarán cuáles son las correctas y las incorrectas, independientemente, de la libertad del profesional médico para hacerlo o no hacerlo. Es una manera no sólo de garantizar que el profesional ejerce ese derecho sino, además, de identificar cuando es correcto y cuando no. La creación de registros de objetores es una manera de regular la corecta objeción de conciencia.Pero la regulación general de la objeción de conciencia desde luego la tiene que hacer el Gobierno, y es bueno, además, que la haga. Sorprende que haya individuos en nuestra sociedad que no entienden que trabajar con la vida y con la muerte requiere una fuerza mental importante de los profesionales que dedican además de su trabajo, su vida y valores a tal causa. Los principios y valores en los que se apoyan el ejercicio de la medicina y los profesionales sanitarios debe ser tratado con un respeto exquisito porque no solo no son prescindibles y determinan el ejercicio de la medicina y en especial la relación medico enfermo sino porque son determinantes en el contrato que mantiene la profesión médica con la sociedad y en la que está exige mayor nivel, mayor categoría humana y mayores niveles de humanización en su ejercicio. No se puede prescindir de los valores de la medicina, porque son los que condicionan la calidad de su ejercicio, permiten que esta profesión sea diferente, y ofrezca los resultados que ofrece.