Hace ya más de un año y medio, y tras su cargo como consejero de Salud y Bienestar Social de Castilla-La Mancha, el doctor Roberto Sabrido se convirtió en el tercer presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). A lo largo de esta entrevista concedida a ?Medicos y Pacientes?, ha repasado las acciones más importantes llevadas a cabo en este período y algunos de los proyectos futuros. Valora de extraordinariamente positiva la reunión mantenida, recientemente, con la Comisión Permanente de la OMC con el fin de involucrar más a la profesión médica en cuestiones relativas a la seguridad alimentaria de la población. También avanza los últimos pasos dados sobre la futura Ley de Seguridad Alimentaria, que podría estar en vigor a mediados de 2011
Madrid, 25 de mayo 2010 (medicosypacientes.com)
El presidente de la AESAN, el doctor
Roberto Sabrido.
-Durante la actual presidencia española de la Unión Europea, la seguridad alimentaria ha ocupado un puesto destacado en lo que a materia de salud se refiere ¿qué resultados se han obtenido, hasta ahora, de las reuniones celebradas?
-Hemos aprovechado la presidencia española de la Unión Europea para dar a conocer todo lo que se está haciendo en España en materia de seguridad alimentaria y buscar nuevas vías de colaboración tanto con el resto de Estados miembros como con la autoridad sanitaria, en este caso la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), entre cuyas misiones está evaluar los riesgos en el ámbito de la alimentación, a través sus paneles científicos. Con el Foro Consultivo de la EFSA hemos mantenido algunas reuniones para estrechar lazos de colaboración. A España le preocupa la falta de regulación de algunos complementos alimenticios con supuestos ?efectos milagro? para la salud, porque confunden al consumidor, y pensamos que deben tener su correspondiente legislación como sucede con las vitaminas y los minerales. En este sentido, hemos logrado convencer al resto de países de la UE para trabajar conjuntamente en esta materia, fruto de la reunión internacional que celebramos el pasado mes de marzo en Madrid sobre complementos alimenticios.
-¿Qué nivel de seguridad alimentaria ofrece España, en estos momentos con respecto al resto de países de la UE? ¿Hay notables diferencias?
-Considero que la seguridad alimentaria a nivel europeo es de las mejores del mundo, y no puede olvidarse que España está dentro de la UE, por tanto, la seguridad es equiparable, es decir, nos encontramos a un alto nivel, podemos asegurar que estamos en la parte del mundo donde la seguridad alimentaria es mayor. Una de las claves está en el doble mecanismo de seguridad que poseemos, puesto que aparte del propio, existe otro que garantiza el libre comercio en la UE, de tal manera que todos los países trabajamos con los mismos reglamentos, lo que garantiza que no sólo lo que exportamos sea seguro sino también lo que importamos.
-Significa esto, entonces, ¿que gozamos de una protección casi del cien por cien en materia alimentaria?
-Hay que ser conscientes de una cosa, y es que tanto en seguridad alimentaria como en la mayoría de aspectos de salud pública el riesgo cero no existe y, aunque recalco, que, sin duda, estamos en el sitio más seguro, hay que tener en cuenta que en este escenario existe un continuo dinamismo en cuanto a riesgos. Así, los derivados de amenazas procedentes de la zoonosis, la salmonelosis, el campilobacter, la listeria? han dejado de ser los más importantes para dar paso a otros derivados de la química, los metales pesados, etc., es decir, que este tipo de riesgos evolucionan al mismo ritmo que la propia sociedad. Eso significa que debemos estar siempre atentos a nuevos riesgos emergentes, a nuevos productos que puedan aparecer.
-Además de la seguridad alimentaria, la otra ?pata? de la AESAN es la nutrición ¿qué aportaciones se están llevando a cabo en este terreno?
-Es obvio que la nutrición es una de las principales fuentes de salud, y cada vez se está asociando más el ámbito de la alimentación saludable con lo sanitario. Bajo este escenario han ido proliferando los alimentos funcionales, con su correspondiente publicidad, buenos para esto, para lo aquello, para prevenir tal patología, o tal otra,?Es decir, abunda la publicidad de muchos productos nuevos que buscan diferenciarse del competidor por tener más atribuciones saludables. En este sentido, existe un reglamento de la UE sobre ?alegaciones nutricionales y de salud?, que establece que ?nadie podrá decir si un alimento es bueno o malo para esto o lo otro, si antes no lo demuestra?, algo parecido a lo que sucede con los medicamentos. Por tanto, el valor nutricional y de salud de estos alimentos ha de demostrarse con ensayos. Es importante que no se pierda el control sobre ello, hay que dar un asesoramiento claro al paciente y disponer de muy buena información al respecto, y en ello el papel de la profesión médica es crucial.
-Y en este aspecto, ¿cómo trabaja esta Agencia, con la profesión médica? ¿Hay proyectos en común?
-Precisamente, uno de nuestros objetivos ha sido acercar la Agencia a la profesión médica, ya que, en cierto modo, era una asignatura pendiente, de ahí el objeto de una reunión que mantuvimos recientemente con la Organización Médica Colegial, con la que pienso que hay que trabajar en temas comunes.
-De esa reunión, ¿han surgido proyectos de colaboración relevantes?
-Sí, de hecho, surgió la elaboración de un protocolo de colaboración. Vamos a establecer una línea de comunicación, de formación y de información, para que la profesión médica, que es a la que el paciente acude y consulta sobre estas cuestiones tanto de nutrición como de seguridad alimentaria, disponga de la información adecuada. Nosotros disponemos de información que nos llega directamente de la Unión Europea, y se la queremos hacer llegar a la profesión médica a través de la Organización Médica Colegial. Asimismo, nos planteamos llevar a cabo un programa formativo sobre aspectos clave en el desarrollo de la biotecnología en alimentos que está produciendo tanto en España como en Europa.
-Uno de los trabajos que, probablemente, más le ocupa en estos momentos es el anteproyecto de Ley sobre Seguridad Alimentaria, ¿hay algún tipo de colaboración con la profesión médica sobre esta materia?
-En la reunión que mantuve con la Comisión Permanente de la OMC se habló del anteproyecto de ley de Seguridad Alimentaria y de algunos de sus puntos como, por ejemplo, que en su articulado impide o prohíbe que Fundaciones con profesionales médicos avalen productos de los denominados ?funcionales?, ya que entendemos que, en realidad, tienen similares características a otros que carecen de este tipo de anagramas. Por parte de la OMC, se nos transmitió estar totalmente de acuerdo en este apartado del anteproyecto, por tanto, es un motivo de satisfacción más saber que podemos contar con su apoyo.
-Es de suponer que también se hablaría sobre la marcha del anteproyecto hasta que quede definitivamente convertido en Ley,?
-Una vez agotado el período de información pública durante el que cerca de 90 entidades públicas y privadas han hecho sus alegaciones y de ellas su análisis, el siguiente paso es remitirlo a la Unión Europea para comprobarse que no invada ninguna competencia ni pudiera obstaculizar la libertad de mercado interior dentro de la UE. Una vez obtenido ese dictamen se le enviará al Consejo de Estado y después tendrá que ser aprobado por el Gobierno como proyecto de Ley para remitírselo a las Cortes. Estimamos que todo este trabajo nos ocupará todo lo que queda de año, para poder remitírselo a las Cortes en el primer período de sesiones de 2011, y si todo se desarrolla bajo los plazos previstos, a mediados de ese año podría estar publicada en el BOE. El proceso es lento y a mí me gustaría que todo discurriera con mayor rapidez, pero los plazos son los plazos.
-¿Cuáles son, a su juicio, los principales méritos de esta futura Ley?
-Fundamentalmente, vamos a conseguir ser más eficaces con las políticas de seguridad alimentaria, junto con las CC.AA., que son las que tienen el control oficial. A ello ayudará, entre otras cosas, el hecho de que vamos a disponer de una red de laboratorios más grande que se traducirá en mayor eficacia a la hora de tomar decisiones. Con respecto al ámbito de la nutrición, la futura Ley va a permitir realizar muchos más esfuerzos en la lucha contra la obesidad infanto-juvenil. Una acción, en este sentido, pasa por limitar la publicidad dirigida a este sector de la población con el objeto de que el niño no sea el propio prescriptor de su alimentación.
-Ya que ha hecho alusión a la problemática de la obesidad infanto-juvenil, ¿podría explicar qué se ha logrado con la Estrategia NAOS contra la obesidad?
-Tenemos en mente poner en marcha un Plan (2010-2015) para relanzar dicha estrategia frente a la lucha de la obesidad y el sedentarismo, tras cinco años en funcionamiento. Una de las líneas de actuación en este sentido va a ser reforzarla con nueva normativa y, por tanto, figurará en un articulado con rango de Ley, con el objetivo de actuar sobre la publicidad, limitando los contenidos publicitarios sobre los alimentos, sobre todo, los que van dirigidos a los niños. También conviene hacer referencia al Plan Perseo, que ha demostrado ser un buen plan de actuación a nivel de centros de enseñanza, y en relación a la alimentación escolar, con el fin de velar por los hábitos de nuestra población infanto-juvenil. Asimismo, vamos a procurar que las máquinas expendedoras de alimentos no proporcionen productos con alto contenido en grasas saturadas, sal o azúcares. De lo que se trata, en definitiva, es que esta población tenga a su alcance un tipo de alimentación variada, equilibrada y que no favorezca la obesidad, y también que haga más ejercicio físico.
-Una de las acciones más recientes de su Departamento ha sido la puesta en marcha del Plan de reducción del consumo de sal, ¿qué ventajas aportará a los ciudadanos?
-A partir de mi presidencia hemos llevado a cabo unos estudios científicos pioneros en España para averiguar cuánta sal consumimos los españoles y para saber qué alimentos son los que aportan más sal a nuestra dieta. Una de los principales datos que hemos obtenido es que la media de consumo de sal en España está en 9,8 mg/día, mientras que las recomendaciones de la OMS son de 5mg/día, es decir, prácticamente la mitad de la cantidad que ingerimos en nuestro país. Otro dato relevante es que el 75 por ciento de la sal que va a parar a nuestro organismo procede de alimentos procesados o consumidos fuera del hogar y sobre los cuales el consumidor tiene poca capacidad de actuación. Es por ello que con el Plan que presentamos, recientemente, a la opinión pública, pretendemos conseguir una reducción del 20 por ciento del contenido de sal en los productos alimentarios en un período de cuatro años (2010-2014), con ello podríamos contribuir a evitar cada año del orden de 20.000 accidentes cardiovasculares y 30.000 eventos cardíacos, dada la relación existente, en base a estudios científicos, entre el consumo de sal y la hipertensión. Asimismo, la Presidencia española ha propuesto a los demás Estados miembros de la UE distintas acciones para reducir el consumo de sal en la población europea que se espera sean aprobadas en el Consejo de Ministros de Sanidad europea previsto para el próximo mes de junio.