La supervivencia podría mejorarse en pacientes con niveles socioeconómicos más bajos mejorando el acceso a la prevención primaria, identificando los factores de riesgo más pronto, administrando una prevención secundaria y aumentando el acceso a intervenciones a largo plazo
Madrid, 7 de abril 2010 (medicosypacientes.com/Europa Press)
Las personas con niveles socioeconómicos más bajos tienen mayores tasas de mortalidad en los cinco a diez años siguientes a una operación de corazón en comparación con quienes pertenecen a estratos socioeconómicos superiores, según un estudio de la Clínica Cleveland en Ohio (Estados Unidos) que se publica en la revista ‘Circulation: Cardiovascular Quality and Outcomes’.
Los investigadores siguieron la supervivencia de 23.330 personas que pasaron por una operación de bypass o de válvula cardiaca entre 1995 y 2005. Descubrieron que cada caída en la posición socioeconómica tenía su correspondiente disminución en la tasa de supervivencia a largo plazo.
En concreto, después de ajustar los factores de riesgo como hipertensión y diabetes, los pacientes en la posición socioeconómica más baja tenían entre un 19 y un 26 por ciento más de posibilidades de morir en los cinco años siguientes a su operación en comparación con quienes se encontraban en la situación socioeconómica más alta.
Según explica Colleen G. Koch, autor del estudio, “nos sorprendimos de que fuera cual fuera la forma en la que examinábamos los datos, no dependiera del color de la piel o el género, dependía de ser pobre”.
Los pacientes con niveles socioeconómicos más bajos tenían más aterosclerosis, enfermedad cardiovascular grave, anteriores ataques cardiacos, alteración ventricular izquierda y fallo cardiaco. Además también tenían más hipertensión, ictus precedentes, enfermedad arterial periférica y diabetes tratada, eran más a menudo fumadores y tenían más enfermedad pulmonar obstructiva crónica. El estudio mostró números significativamente superiores de negros y mujeres en las posiciones socioeconómicas más bajas en comparación con blancos y hombres.
Para determinar el nivel socioeconómico los investigadores utilizaron seis categorías del censo estadounidense vinculadas a los vecindarios de los pacientes, incluyendo los ingresos medios por hogar, el nivel educativo y el valor medio de su casa. Evaluaron los factores socioeconómicos de los pacientes y la evolución de su salud según el riesgo comenzando seis meses después de la cirugía cardiaca y durante una media de 5,8 años.
Koch señala que las tasas de mortalidad de los pacientes con una posición socieconómica más baja no fueron más altas mientras permanecieron en el hospital tras la cirugía. “Existe algo en particular sobre el periodo de seguimiento en los 10 años siguientes que los hace más propensos a morir”.
La autora señala que la ausencia de participación en los programas de rehabilitación cardiaca tras la cirugía, las barreras educativas y los obstáculos financieros podrían contribuir a la pobre evolución de la salud de estas personas en los siguientes años.
Koch concluye que la supervivencia podría mejorarse en los pacientes con estos niveles socioeconómicos más bajos mejorando el acceso a la prevención primaria, identificando los factores de riesgo más pronto, administrando una prevención secundaria y aumentando el acceso a intervenciones a largo plazo.