Ayer se celebró la XXIX webinar, organizada por el Colegio Oficial de Médicos de la Provincia de A Coruña, tras la proclamación de la alerta sanitaria con motivo de la pandemia por SARS-CoV-2. En esta ocasión, se sometió a debate y reflexión la visión actual y de futuro del programa MIR. El ponente fue el Dr. Tomás Cobo, vicepresidente primero del CGCOM, y en el coloquio participaron el representante nacional de Médicos Tutores y Docentes y el presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina
La sesión fue presentada por el presidente del Colegio, Luciano Vidán, y la introducción corrió a cargo del vicepresidente, Javier de Toro. Como ponente intervino Tomás Cobo, vicepresidente primero del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España, y en el coloquio -moderado por Patricia Conde, vocal del colegio coruñés, y Rosa Arroyo, vicesecretaria general del CGCOM-, participaron Francesc Feliú, representante nacional de Médicos Tutores y Docentes y Antonio Pujol, presidente del Consejo General de Estudiantes de Medicina.
El doctor Vidán destacó que “desde nuestro Colegio y desde el Consello Galego de Colexios Médicos siempre hemos tenido una gran inquietud por todo lo que tiene que ver con el programa MIR, tanto con respecto a los tutores como al programa de formación”. Por esa razón, “impulsamos jornadas con las que abordar estas cuestiones para que, desde la propia profesión, podamos trasladar a las autoridades las mejoras y necesidades que deben implementarse en la formación de los médicos internos residentes”.
A continuación, Javier de Toro repasó la historia del programa MIR y destacó la importancia de que “los servicios cuenten con referentes sólidos para la formación” y la necesidad “de promover la excelencia clínica, formativa e investigadora y contar con una cartera de servicios completa”. También hizo hincapié en la figura de los tutores, “que son una pieza fundamental y hacen que el sistema siga funcionando, aunque no tengan el reconocimiento que merecen”.
El vicepresidente del Colegio Médico coruñés también se refirió a las “estrategias de prevención, porque es necesario promover modelos de promoción de la salud y enseñar a los residentes a no quemarse y a encontrar satisfacción en el trabajo que realizan”.
Por su parte, Tomás Cobo comenzó su ponencia haciendo referencia a la nueva metodología de adjudicación de plazas, que se realizará por vía telemática a causa del covid-19. “Esto no es algo nuevo”, aseguró, “sino que ya se hacía en el caso de compañeros extracomunitarios y de otras profesiones sanitarias”. El sistema genera algunos miedos, “como qué hacer si se pierde la conexión”. Sin embargo, este problema “se mitiga con el período de entre 8 y 10 horas que se ha dispuesto para hacer la elección. Además, el Colegio Médico de A Coruña ha propuesto una idea muy interesante, que consiste en que las instituciones colegiales ofrezcan su red inalámbrica y soporte tecnológico” para ayudar a los candidatos. Otro de los problemas, afirmó, es que el sistema “tampoco permite esperar para conseguir que dos personas hagan la residencia juntas, porque supondría complicar mucho la seguridad del procedimiento”.
Con respecto a la formación especializada, el doctor Cobo se refirió al Real Decreto 639/2014, “que regulaba la troncalidad y las áreas de especialidad específicas, pero que fue tumbado por el Tribunal Supremo en 2016”. Después de eso, “se quedó en punto muerto”. En septiembre del año pasado, “se presentó un procedimiento de borrador de Real Decreto a varias instituciones, que terminó filtrándose y que se encontró con una oposición casi frontal porque contemplaba incluir las áreas de capacitación específica dentro de la formación MIR, algo que no tiene ninguna base desde el punto de vista docente”. En el documento tampoco se incluía a la “Medicina de Urgencias y Emergencias dentro de los nuevos títulos de especialista”, por lo que “se queda desencajada con respecto a la realidad europea e internacional”.
En cuanto a la internacionalización, Tomás Cobo recalcó la importancia de que los residentes se formen en el extranjero, para lo que abogó por “establecer una especie de programa Erasmus para MIR y fomentar el intercambio entre diferentes regiones de España”. También se refirió la posibilidad de obtener diplomas europeos de especialidad, y animó a los futuros residentes a participar en programas de cooperación y desarrollo, que “ayudan a entender la forma de trabajar en otros lugares y a entrar en contacto con la parte humana de la profesión”.
Por último, durante el coloquio, Francesc Feliú se mostró “totalmente en contra de que las áreas de competencia específica se encuadren dentro del período MIR. Si ya se hace corta una residencia de cinco años para un cirujano general, por ejemplo, me parece imposible que, además, se pueda hacer una superespecialización en un área concreta” en ese mismo tiempo.
Por otro lado, Antonio Pujol de Castro planteó sus dudas sobre que el proceso de elección sea totalmente electrónico. “Nosotros abogábamos por un sistema que combinara lo telemático con lo presencial para tener más seguridad, sobre todo teniendo en cuenta que el proceso tendrá lugar en julio, cuando ya habrá acabado el estado de alarma”. El Ministerio “nos respondió que ya habían tomado una decisión, pero creo que deberían haber tenido más en cuenta la opinión de la profesión”.
