Las enfermedades reumáticas, también denominadas musculoesqueléticas, constituyen en la actualidad uno de los principales problemas de salud en los países desarrollados. En España 1 de cada 5 adultos padece alguna de estas patologías
Madrid, 2 de septiembre 2009 (medicosypacientes.com)
Las enfermedades reumáticas (ERs) también denominadas musculoesqueléticas, constituyen en la actualidad uno de los principales problemas de salud en los países desarrollados. En España 1 de cada 5 adultos padece alguna enfermedad reumática. La lumbalgia afecta a 4,5 millones, la artrosis de rodilla y de mano a 5 millones y la osteoporosis a 3,7 millones. Estas patologías originadas por la inflamación, degeneración o envejecimiento de articulaciones, tendones, músculos o huesos tienen una evolución que genera un determinado grado de discapacidad e incluso la invalidez. Según los últimos datos procedentes del INSS y presentados recientemente, en España hay cerca de cuatro millones de personas discapacitadas, de las cuales el 40 por ciento presenta alguna afectación en huesos o articulaciones.
Las ERS son una de las principales causas de consumo de recursos sanitarios. El 30 por ciento de las personas que consultan al médico lo hacen por problemas derivados de alguna patología reumática. Estas personas generan también un importante coste económico para los sistemas sanitarios y de la seguridad social, según los datos disponibles son la primera causa de bajas laborales permanentes y están relacionadas con el 50,6 por ciento de las incapacidades laborales.
Estas cifras evidencian la dimensión del impacto de estas patologías tanto en el individuo como en la sociedad en general. El deterioro progresivo producido por las ERs dificulta, e incluso impide, la realización de tareas cotidianas, domésticas o laborales, lo que supone una disminución de los ingresos económicos del paciente y de su familia y conlleva un impacto en su estado emocional y psíquico.
“La pérdida de la calidad de vida de los afectados por ERs y la discapacidad laboral que desarrollan y que les obliga a reducir su jornada laboral, a cambiar de puesto de trabajo o incluso a perderlo, provoca en muchas ocasiones estrés y alteraciones emocionales como ansiedad, depresión o ira. Estas complicaciones asociadas y derivadas del impacto de las ERs son además un hándicap para la pronta recuperación del paciente”, tal como señala el doctor Juan Ángel Jover Jover, jefe del servicio de reumatología del Hospital Clínico.
La problemática asociada a las enfermedades reumáticas implica tanto a trabajadores como a compañías, profesionales sanitarios y Administración sanitaria. Estas patologías suponen todo un desafío para la capacidad de los trabajadores, la productividad de las empresas y la viabilidad de los sistemas sanitarios y de prestación social.
El Ministerio de Sanidad, consciente del impacto socioeconómico de las enfermedades reumáticas, anunció, recientemente, la puesta en marcha para el año 2010 de una Estrategia Nacional para las Enfermedades Músculoesqueléticas, según afirmaron Consuelo Sánchez Naranjo, Subsecretaria General de Sanidad y Política Social, y Pablo Rivero, director general de la Agencia de Calidad del SNS. Esta estrategia nacional tiene como objetivo consensuar acciones que promuevan la prevención e impulsen una mejora asistencial que mejore la productividad, la calidad de vida de los pacientes y reduzca los importantes costes económicos asociados. Administración, profesionales sanitarios, representantes de pacientes, empresariales y sociedades científicas estarán directamente involucrados en la elaboración de esta estrategia.
Programa piloto de mejoras asistenciales
Un estudio dirigido por el especialista Juan Ángel Jover ha demostrado cómo a través de un programa asistencial específico llevado a cabo por reumatólogos se pueden reducir significativamente las bajas, mejorar la calidad de vida de los afectados y disminuir los costes asociados.
Este estudio comparaba la eficacia de un programa de intervención clínica y de educación en personas con incapacidad temporal musculoesquelética de inicio reciente con la asistencia tradicional primaria-especializada y demostró una reducción de las bajas en el grupo de intervención de cerca del 40 por ciento, así como una disminución de la evolución hacia una baja permanente (IP) en un 50%. La evaluación económica realizada fue también significativamente positiva; se observó una disminución tanto de los costes directos como indirectos. En total, se consiguió un beneficio/coste a los dos años de 9 euros, con lo cual, el beneficio ha sido de un novecientos por cien.