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Dr. José Antonio Otero: «¿Hasta dónde debe ser reformado el Sistema Nacional de Salud para que nos deje de doler?»

Financiación suficiente y reformas oportunas son requisitos fundamentales para mantener el Sistema Nacional de Salud, según expone el presidente del Colegio de Médicos de Valladolid, Dr. José Antonio Otero, en este artículo publicado, recientemente, en "El Norte de Castilla" en el que destaca, además, la importancia de cuidar a los profesionales que trabajan en dicho sistema

Sin financiación suficiente y reformas oportunas no veo que sea posible el mantenimiento del Sistema Nacional de Salud tal como lo tenemos ahora. Es evidente que la financiación es insuficiente, no admite discusión, lo era antes de las trasferencias, empeoró con ‘estas y se agravo con la crisis económica. Pero un aumento en la financiación, siendo necesario, no resuelve nada si no va acompañado de numerosas reformas.

 
Por tanto, posiciones que crean que tan solo con aumento del dinero que se dedica a sanidad, manteniendo todo lo demás como está es suficiente, creo que demuestran un gran desconocimiento del entorno sanitario. Que de ninguna manera conseguirá lo que muchas personas queremos, un Sistema de Salud financiado con los impuestos de todos con amplia cartera de servicios y elevados índices de calidad.
 
Para ello, una, no la única, cuestión importante, es cuidar a los profesionales atendiendo al aforismo de que cuidando a los profesionales estos cuidarán mejor a los pacientes y estos como ciudadanos cuidarán al Sistema de Salud y contribuirán, por tanto, a su sostenimiento.
 
Cuidar a los profesionales significa tres cosas: darles autonomía e independencia para tomar decisiones, poner a su disposición los mejores recursos y retribuirlos adecuadamente.
 
En cuanto a la primera, los médicos son los responsables de la mayor parte de decisiones clínicas que se toman todos los días y que generan unos costes económicos, pero no son responsables del entorno en el que toman esas decisiones, saben dónde están las ineficiencias pero no tienen capacidad para cambiar nada, salvo en la mejor de las situaciones poder comunicarlo y que le hagan caso.
 
Estrategias similares a las unidades de gestión clínica considero que son absolutamente necesarias para involucrar a los profesionales en la gestión de la organización. Y no me hablen de privatización, no admito esa relación entre gestión clínica y privatización. (Tema para otra ocasión si Uds. quieren).
 
La segunda cuestión, poner a disposición de los profesionales los mejores recursos, no significa solo los mejores ‘aparatos’, que también, sino, fundamentalmente, el recurso tiempo y el recurso organización.
 
El tiempo, fundamental en Atención Primaria, que permita adecuar su carga de trabajo para mantener el correcto trato a los pacientes de forma individual y además hacer las otras actividades dirigidas a proteger la salud y prevenir la enfermedad en el ámbito de la comunidad, actividades estas que han sido relegadas precisamente por la falta de tiempo, ya que los propios directivos demuestran con sus actos que no creen en los que se hace y se debe hacer en el Centro de Salud. Da la impresión, como decía aquel, que es el entrenador el que no quiere que su equipo gane.
 
Al recurso Organización es necesario darle una vuelta en todo el Sistema, cambios que permitan la participación activa y real de los ciudadanos a través de sus órganos en la dirección efectiva de hospitales y centros de salud.
 
Elevar el nivel de la cultura de evaluación que ya existe entre los profesionales, dotándolos de herramientas informáticas que faciliten ese trabajo con el necesario apoyo técnico para permitir y favorecer la mejora continua de sus actuaciones.
 
Estrategias serias, rigurosas, basadas en buenos sistemas de información que permitan una dirección participativa por objetivos, cuestiones que en sanidad se olvidaron desde finales del anterior siglo, justo cuando en otros mundos empresariales conseguían mayor relevancia haciendo que se obtuvieran mejores resultados.
 
Por último, retribuciones adecuadas. Si pagas igual a todos estás premiando al que trabaja peor y desincentivando al que lo hace mejor. Esto es fácil de entender en cualquier ámbito.
 
Es necesario, con las debidas garantías de justicia y trasparencia, buscar un modelo retributivo que permita a través del salario reconocer a los que mayor compromiso, dedicación, calidad y resultados consiguen.
 
No abordar estas reformas y otras muchas que ya habrá ocasión de plantear, abocan al Sistema Nacional de Salud a su desaparición por insostenibilidad financiera. En este momento ya no vale decir que si pero poner excusas.
 
Los que están deseando su desaparición ya han conseguido otro paso de su hoja de ruta, primero se disminuye la financiación con lo cual empieza a funcionar peor, no hago ninguna reforma y hago que los ciudadanos salgan a la calle a protestar como pasó hace unos días. Lo siguiente será promover reformas, no para hacerlo viable sino para buscar otros modelos.
 
Sinceramente, espero que los ciudadanos sean conscientes y apoyen en su momento este tipo de reformas apenas esbozadas, que no persiguen otro interés que hacer que nuestro Sistema de Salud sea el que nos permita estar tranquilos desde el punto de vista de atención y económico cuando nos enfrentemos nosotros o nuestros familiares a una enfermedad.
 
Se adjunta Artículo en PDF publicado en el «Norte de Castilla».
 
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