El presidente del Colegio de Médicos de La Coruña, el doctor Luciano Vidán, repasa a lo largo de este artículo no sólo algunos de los principales logros de la Ley General de Sanidad, sino también aborda algunos de los problemas que afectan en estos momentos a la Sanidad española, haciendo hincapié, sobre todo, en el déficit acumulado
Madrid, 28 de abril 2011 (medicosypacientes.com)
Dr. Luciano Vidán.
Hace 25 años, éramos jóvenes, la medicina de familia nacía como especialidad, el modelo británico de salud era uno de nuestros referentes, y esperábamos, ilusionados, la añorada Ley de Sanidad, tantas veces anunciada, como no concretada.
En este contexto, el ministro Ernest Lluch presenta la nueva reglamentación basada en los principios de universalidad, equidad, gratuidad, descentralización y financiación a través de los Presupuestos Generales del Estado. Y que, como gran novedad, contemplaba el desarrollo de la atención primaria como eje del Sistema.
Un cuarto de siglo después, sin negar los imnumerables aspectos positivos de la Ley, se detectan evidentes problemas: la existencia de 17 sistemas de salud, consecuencia de la transferencia a las Comunidades Autónoma de la gestión de la asistencia sanitaria. Esto supuso distintas ofertas de servicios, que provocan, por ejemplo, diferentes calendarios vacunales; y distintos sistemas de registro, como la historia clínica, incompatibles entre sí Y, en medio de todo ello, el pobre papel al que se ha relegado al Consejo Interterritorial del SNS, un organismo clave en un sistema tan descentralizado como el nuestro.
El modelo se ha burocratizado y funcionarizado en exceso, lo que impide el desarrollo de la gestión y el gobierno clínico por los médicos, que haría el sistema mucho más racional y eficiente.
El desarrollo de la atención primaria, propuesto por la ley, se quedó, en gran medida, en el papel. El sistema continúa siendo hospitalocentrista. Repensar este nivel asistencial, orientado fundamentalmente a los enfermos crónicos, no sólo es una necesidad sino una urgencia. Además, es imprescindible ilusionar a estos profesionales para que surjan vocaciones en las nuevas generaciones de médicos. Hoy resulta desolador que la especialidad de medicina familiar y comunitaria sea la que registra más vacantes. En este frente, no debemos olvidar el importante papel que deben jugar los enfermeros.
Y nada de todo esto será posible sin una financiación adecuada. Sin duda, el punto débil de la Ley. 25 años después, se estima que el déficit alcanza los 15.000 millones de euros. Un grave motivo de preocupación y una llamada a la responsabilidad de todos.
Luciano Vidán Martínez
Presidente del Colegio Médico de A Coruña
