Un equipo multidisciplinar de oftalmólogos y ópticos-optometristas se instalaron en dependencias del Hospital de Traumatología de Winneba en el sur de Ghana, África, un lugar donde la salud visual es un recurso de difícil acceso, para revisar la vista de 785 personas en este país africano en una semana y entregar 420 gafas para corregir sus defectos refractivos
La ciudad, Winneba, pese a contar con tres hospitales, ninguno dispone de asistencia oftalmológica ni óptica-óptométrica. En el hospital de traumatología, una vez al mes, pasa consulta una oftalmóloga.
Los voluntarios/as, instalados igualmente en dependencias del Hospital de Traumatología atendieron a los pacientes según su orden de llegada. Mayoritariamente, revisaron la vista de mujeres adultas con pocos recursos económicos, y de una población más joven, pero también présbita, con situaciones económicas y profesionales variopintas.
El proyecto busca lugares donde el acceso en este campo de la salud es escaso o inexistente. Sin acceso a este servicio, los beneficiarios/as no dudaban en pernoctar en las inmediaciones del hospital para no perder su turno de revisión.
Como el segmento de población más numeroso ha sido el de personas mayores, la mayoría de los defectos refractivos encontrados tenía que ver con la presbicia. Por este motivo, se han podido entregar in-situ muchas gafas pre-montadas con graduaciones estándar. En cuanto a las enfermedades o patologías encontradas, las más frecuentes fueron, por este orden, pterigium, cataratas, y retinopatías de diferente etiología.
Esta expedición llamada ‘Let your eyes enjoy’, es un proyecto que abre el camino de la salud visual en países de Africa Occidental, siendo Ghana la tercera intervención que realiza. El proyecto, basado en la fórmula ‘Golden triangle’ en la que tres entidades, Fundación Barraquer, Fundación Cione Ruta de la Luz y Equatorial Bottling Coca-Cola Company se aúnan con el fin común de llevar la salud visual donde este recurso es de difícil acceso.
Para la Fundación Cione Ruta de la Luz, este ha sido su segundo proyecto en Ghana. Hasta allí viajaron Claudia Caballero y Pedro Duc.
“La ayuda recibida del personal local fue extraordinaria. De tres a cinco personas colaboraban con nosotros cada día. De otra manera, hubiera sido imposible revisar a tantas personas”, destaca Duc. Entendiéndose con ellos gracias a un sistema de códigos, este personal hizo la anamnesis y dio las explicaciones finales a los beneficiarios en sus respectivos idiomas locales.
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