La tuberculosis es un problema de salud pública, especialmente en Instituciones Penitenciarias. No solo por su prevalencia, sino porque es una enfermedad para la que el hecho de estar en prisión supone en sí mismo un factor de riesgo
Las prisiones y la tuberculosis han estado relacionadas históricamente al confluir un elevado número de personas pertenecientes a los grupos de riesgo más comunes en esta enfermedad y por tratarse de instituciones cerradas donde se plantean escenarios que facilitan la transmisión de la infección. Además, el riesgo de otros factores como la infección por VIH y los movimientos migratorios desde países con elevadas tasas de tuberculosis debido a las condiciones socioeconómicas han aumentado la preocupación por el control de la enfermedad.
El Dr. Enrique Acín, jefe de Área de Salud Pública de la Subdirección de Sanidad Penitenciaria del Ministerio del Interior, destacó en el marco de la IV Jornada Actualización Red TBS la tuberculosis “es una de los principales problemas de salud púbica que se da en las cárceles, ya que la tasa de afectados es 11 veces superior a la de la población general”.
En los últimos tiempos, el número de casos de tuberculosis en las prisiones españolas ha descendido, a excepción de algún año concreto en el que hubo algún repunte. En 2000 hubo 224 infecciones, por las 81 de 2014.
El seguimiento estricto de medidas de prevención y control es la única manera de minimizar la transmisión de la tuberculosis y es por ello que, desde 1991, Instituciones Penitenciarias impulsó un programa de prevención enfocado a este contexto. La experiencia demostró que podría ser más eficaz un programa basado en el diagnóstico precoz a través de la sospecha clínica junto a un tratamiento directamente observado en los objetivos.
La priorización del diagnóstico precoz, junto con tratamientos cada vez más eficaces de la infección por VIH, el seguimiento estricto y la aplicación de medidas de prevención de transmisión de la enfermedad en los centros penitenciarios han propiciado que la situación se haya paliado. El Dr. Acín incidió en que debido a que se están importando casos de otros países, derivados de presos extranjeros o extraditados “se ha habilitado un periodo de vigilancia porque vienen con problemas de multirresistencia” y el objetivo final es tratar de minimizar los contagios.
Tercera posición dentro de las enfermedades de declaración obligatoria en incidencia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2014, a nivel mundial, se registraron 9,6 millones de enfermos y se produjeron 1,5 millones de muertes por tuberculosis. En España, según datos publicados recientemente por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, en 2014, se notificaron un total de 4.809 casos de tuberculosis. De esta cifra total, 3.781 corresponden a tuberculosis respiratorias, 56 a meningitis tuberculosa y 972 a otros tipos de tuberculosis. Estas cifras sitúan la tuberculosis en la tercera posición dentro de las enfermedades de declaración obligatoria en incidencia, precedida por la gripe y la varicela.
El descenso anual de casos declarados se ha producido en todas las regiones del país, y en relación a la meningitis tuberculosa, este es el segundo año consecutivo de disminución tras un período de estabilización. A nivel nacional, Melilla es la comunidad autónoma con mayor concentración de casos por cada 100.000 habitantes con una tasa de 30,71%, a diferencia de Extremadura que es la comunidad con menor incidencia (5,39%).
