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El aire contaminado puede aumentar el riesgo de COVID-19

La exposición a largo plazo a la contaminación del aire ambiente puede aumentar el riesgo de infección por COVID-19, según un nuevo estudio

La investigación, publicada este martes en la revista ‘Occupational & Environmental Medicine’, indica que hay un vínculo más fuerte en las partículas en suspensión, con un aumento de un 5% en la tasa de infección con un incremento anual medio de un microgramo por metro cúbico de este contaminante. Ello equivale a 294 casos adicionales por cada 100 000 personas al año.

 
El estudio se centra en una localidad del norte de Italia, región duramente golpeada por la pandemia de coronavirus, con Lombardía como la zona más afectada en términos de casos y muertes. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la mayoría de los 3,9 millones de europeos que residen en áreas donde la contaminación del aire excede los límites comunitarios viven en el norte de Italia.
 
Investigaciones recientes han implicado la contaminación en el aire como un factor de riesgo para la infección por COVID-19, pero los defectos de diseño del estudio y la captura de datos solo hasta mediados de 2020 han limitado los hallazgos, según los investigadores.
 
Para solucionar estos problemas, analizaron la exposición a largo plazo a contaminantes en el aire y los patrones de infección por covid-19 desde el inicio de la pandemia hasta marzo de 2021 entre los residentes de Varese, la octava ciudad más grande de Lombardía.
 
Más de 80 000 habitantes
 
Entre los 81 543 residentes a 31 de diciembre de 2017, más del 97% se vincularon con éxito a los niveles de exposición promedio anual de 2018 para los principales contaminantes del aire. Se recopilaron datos regionales de infección por covid-19 e información sobre el alta hospitalaria y las recetas de medicamentos para pacientes ambulatorios de 62.848 adultos que aún no estaban infectados con SARS-CoV-2 -el virus responsable de la COVID-19- entre finales de 2019 hasta finales de marzo de 2021. Las cifras oficiales muestran que sólo un 3,5% de la población de toda la región estaba completamente vacunada a fines de marzo de 2021.
 
Las estimaciones de los niveles promedio anuales y estacionales de cinco contaminantes en el aire estaban disponibles para 2018 en un área de más de 40 kilómetros de ancho: material particulado (PM2.5 y PM10); dióxido de nitrógeno (NO2), óxido nitroso (NO) y ozono (O3).
 
Los valores medios de PM2.5 y NO2 fueron de 12,5 y 20,1 microgramos por metro cúbico, respectivamente. Las exposiciones medias anuales ponderadas por población correspondientes en Italia para el mismo año fueron de 15,5 y 20,1, respectivamente.
 
En el estudio se incluyeron unos 4408 nuevos casos de COVID-19, que se registraron entre el 25 de febrero de 2020 y el 13 de marzo de 2021. Esto equivale a una tasa de 6005 casos por cada 100 000 habitantes al año.
 
La densidad de población no se asoció con un mayor riesgo de infección, pero vivir en un hogar de cuidado residencial se asoció con un riesgo más de 10 veces mayor de la infección.
 
El tratamiento farmacológico para la diabetes, la presión arterial alta y las enfermedades obstructivas de las vías respiratorias, así como los antecedentes de accidente cerebrovascular, también se asociaron con un mayor riesgo del 17%, 12%, 17% y 29%, respectivamente.
 
Resultados
 
Tras tener en cuenta la edad, el sexo y la residencia en el hogar de cuidado, además de las condiciones concurrentes a largo plazo, los promedios de PM2.5 y PM10 se asociaron significativamente con un aumento de la tasa de infección por COVID-19.
 
Así, cada aumento de un microgramo por metro cúbico en la exposición a largo plazo a PM2.5 se vinculó con un aumento del 5% en el número de nuevos casos de infección por COVID-19, equivalente a 294 casos adicionales por cada 100 000 habitantes al año.
 
La aplicación de promedios estacionales en lugar de anuales arrojó resultados similares y estos hallazgos se confirmaron en análisis adicionales que excluyeron a los residentes de hogares de cuidado y se ajustaron aún más por los niveles locales de privación y uso del transporte público. Se observaron hallazgos similares para PM10, NO2 y NO.
 
Las asociaciones observadas fueron aún más notables entre los grupos de mayor edad, lo que indica un efecto más fuerte de los contaminantes en la tasa de infección por COVID-19 entre las personas de 55 a 64 años y de 65 a 74 años, según los investigadores.
 
«Nuestros hallazgos proporcionan la primera evidencia empírica sólida para la vía hipotética que vincula la exposición a largo plazo a la contaminación del aire con la incidencia de COVID-19 y merecen una generalización futura en diferentes contextos», concluyen los autores.
 
(Se adjunta el estudio)
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