Este jueves se ha celebrado el seminario de la Fundación para la Formación de la OMC (FFOMC), ‘La inteligencia artificial al servicio de la salud’ enmarcado en las acciones de la Alianza Médica contra el Cambio Climático del Consejo General de Médicos (CGCOM), que se pudo seguir de forma online o presencial en la sede de Ernst&Young
La sesión contó con la presentación por parte de la Dra. María Isabel Moya García, vicepresidenta primera del Consejo General de Médicos, y el Dr. Jaime del Barrio Seoane. Asimismo, participaron en las mesas de debate moderadas por el Dr. Jaime Orfila, la Dra. Paloma Navas Gutiérrez, la Dra. Marisa Merino Hernández, la Dra. Rosa Caballero Gabas, Imma Brugués Descamps, Rita Gasalla Regojo y el Dr. Francisco Ferre Navarrete. Alberto Pardo Ortiz ofreció una ponencia sobre “Casos de uso de Inteligencia Artificial como apoyo a la toma de decisiones médicas” y, finalmente, la Dra. Manuela García Romero, vicepresidenta segunda del CGCOM, expuso las conclusiones de la jornada.
La Dra. Mª Isabel Moya, encargada de presentar esta jornada, afirmó que “la IA y el big data van íntimamente unidos y son las herramientas principales que a corto-medio plazo permitirán transformar el mundo en el que vivimos y, por supuesto, el sector de la salud”. Para la doctora, “su potencial es inmenso y ya existe mucha evidencia sobre el impacto positivo en la salud global y en el funcionamiento del sistema sanitario”, expuso. A través del despliegue de la medicina de las 5P (preventiva, predictiva, de precisión, participativa y personalizada) “se puede mejorar la experiencia de los pacientes, la satisfacción de los profesionales y garantizar la sostenibilidad del sistema económica y financieramente”, explicó Moya.
Además, explicó que hay que pasar a la práctica, pues sería contraproducente esperar 10 años: “estoy convencida de que los médicos no somos un freno para el despliegue de la transformación digital, hay otros factores limitantes como el fracaso en conseguir la interoperabilidad real y plena sin la cual no podremos transformar nada, o la falta de inversión o la lentitud de las regulaciones y la estandarización”, afirmó.
Para que se puedan adoptar estas herramientas de forma exitosa, la doctora expone que hay dos aspectos esenciales: formación y motivación. La primera se refiere “al conocimiento, a las competencias digitales para entender qué es, a cómo funcionan los algoritmos de razonamiento que simulan la inteligencia humana y los modelos complejos de aprendizaje inspirados en las redes neuronales, el machine learning y el deep learning para dejar de ver la IA como una amenaza”. Como decía Mari Curi “no hay que temer nada en la vida sólo hay que entender; es el momento de entender más para temer menos”, afirmó la vicepresidenta primera del CGCOM.
En cuanto a la segunda clave, la motivación se refiere a la fe en que estas herramientas “van a ayudarnos a practicar mejor la medicina, a aportar valor, a desprendernos de lo repetitivo, de lo que no hay que hacer, e intentar implementar estas herramientas en un modelo de abajo-arriba contando con los profesionales expertos en las materias, que trabajen codo con codo con los ingenieros, para crear las soluciones que de verdad nos sean útiles”, destacó la doctora.
Asimismo, para la Dra. Moya, como cualquier innovación disruptiva “la IA acarrea muchísimas oportunidades, pero también riesgos importantes que hay que controlar”. “Se habla mucho de la ética en la IA y no es para menos, pues la tecnología puede amenazar las decisiones individuales y la autonomía de los individuos, su seguridad y privacidad y plantea nuevas incógnitas que hoy no están bien resueltas”, destacó. La ética “no puede suponer un freno a la innovación, pero para la profesión médica supone un gran desafío”, afirmó.
En lo que se refiere al cambio climático y a la salud global, la IA tiene numerosas aplicaciones, “incluso se dice que el uso de IA en casos relacionados con el medio ambiente podría contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 4% para 2030”, lo que equivale a las emisiones anuales de Japón, Canadá y Australia, explicó Moya.
Desgraciadamente, el despliegue masivo de sistemas de IA contribuye también de manera significativa a las emisiones de gases de efecto invernadero dadas las altas necesidades energéticas de los métodos actuales basados en datos: “el primer problema está en el gran consumo de energía que necesitan los centros de datos”.
Finalmente, la doctora Mª Isabel Moya expuso que hay mucho que aprender, mucho que contrastar y mucho que evaluar y “los profesionales tenemos el compromiso social de abrirnos al conocimiento y aplicarlo en beneficio de nuestros pacientes y de la sociedad”. “Las máquinas no sustituirán a los médicos pero los médicos que no usen IA serán sustituidos por los que la usen”, finalizó.
Jaime del Barrio
El Dr. Jaime del Barrio, presidente de la Asociación Salud Digital y senior advisor de Healhcare & Life Sciences de Ernst&Young, expuso que “la inteligencia artificial viene a ayudarnos en la búsqueda de soluciones”.
En la historia de la Medicina “hemos ido siempre a un ritmo, hace unas décadas se produjo un cambio importante, y en este momento, estamos en condiciones de poder ofertar una atención inteligente personalizada: cada ciudadano va a tener aquello que necesite en lo que a su salud se refiere”, expuso el doctor.
Asimismo, destacó sobre el miedo de los profesionales sanitarios a ser sustituidos por las máquinas que “los países que tienen una mayor tasa de robotización en el sector salud, son también los que tienen una menos tasa de desempleo en dicho sector”.
