Este especial “Médicos y Pacientes” entrevista al expresidente de la Fundación para la Cooperación Internacional de la Organización Médica Colegial (FCOMCI), el Dr. Serafín Romero, con motivo esta semana de la celebración de una jornada especial de la Fundación en la que ha reunido a los responsables de cooperación de los diferentes Colegios de Médicos de España y se ha presentado el anuario de la corporación “10 años de Colegiación y Cooperación”
Usted formó parte de la Junta Directiva de la OMC cuando se puso en marcha la Fundación. ¿Con que objetivos nació?
La Fundación nació con el objetivo principal de consolidarse como una plataforma de información y prestación de servicios a los médicos cooperantes, así como para aquellos interesados en formar parte de algún proyecto de cooperación sanitaria en el exterior. Este objetivo a su vez quería contribuir a evitar conflictos derivados de la ausencia de documentos de acreditación del hecho de ser médico e igualmente proporcionar la máxima seguridad en misiones a través de los seguros correspondientes y necesarios
Dos funciones también a destacar serian el visibilizar la responsabilidad social corporativa de toda la organización a través de ser referente en la puesta en marcha de un registro de médicos cooperantes y el impulsar la puesta en marcha de oficinas cooperación en los Colegios de Médicos con la intención de tejer una red de cooperación y solidaridad de la organización.
¿Qué ha supuesto para usted estar al frente de la Fundación durante cuatro años?
Representar a la profesión médica es un motivo de satisfacción personal y profesional. Representar los principios de altruismo, compromiso, responsabilidad y vocación de la acción cooperante y solidaria es una tarea de responsabilidad a la que he intentado no defraudar.
En lo personal puedo afirmar que me ha dejado una huella especial el conocer de primera mano el torrente solidario de esta profesión milenaria.
¿Hacia dónde debe caminar la Fundación los próximos años para ser lo más útil posible?
La Fundación se ha convertido en una excelente plataforma para impulsar y renovar ese contrato social que la profesión médica española viene desarrollando de hace mucho tiempo. Convertirse en el referente formativo e informativo de los profesionales sanitarios, herramienta de soporte en recursos humanos a los proyectos de cooperación a nivel nacional y autonómico, impulsor de proyectos a nivel europeo e internacional, y referente necesario de las ONGs del sector son líneas que ya se vienen desarrollando y que considero esenciales.
Especialmente quisiera destacar las actividades en el ámbito del Grado de Medicina y en la formación, capacitación y sentido profesional de los futuros médicos.
Uno de los grandes retos es profesionalizar la cooperación y el voluntariado ¿Cómo pueden colaborar en esto los Colegios de Médicos?
Si entendemos como profesionalizar el proceso social (en este caso corporativo) por el cual se mejoran las habilidades de una persona para hacerla competitiva en términos de su profesión u oficio, está claro que el llevar al grado de medicina y al periodo de especialización la formación en cooperación es tarea que desarrollan y pueden (deben) desarrollar los Colegios de Médicos.
Yo añadiría que la gran tarea es impregnar de profesionalismo medico el ámbito de la cooperación (excelencia y búsqueda de las mejores prácticas, acción colaborativa con las otras profesiones sanitarias, eficiencia en los recursos y esencialmente compasión)
Como médico ¿forma parte del ADN de la profesión la cooperación y el voluntariado?
La profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad, nos refiere nuestro Código de Deontología.
Ser médico es asumir ser uno de los pocos y últimos bastiones que tiene el enfermo grave, sin recursos, excluido y desamparado, para aspirar a un mínimo de salud, calidad de vida y dignidad humana. Esto es algo que hemos podido ver en la pandemia a la que aún nos vemos sometidos.
Nos hemos acercado a una realidad que considerábamos que no nos iba afectar. Esto y mucho más es lo que cientos de compañeros y compañeras ven a diario en sus misiones de cooperación. Su trabajo y dedicación forman parte del reconocimiento social y son un modelo para impulsar los valores (ADN) del ejercicio de la medicina.
