El incremento cada vez mayor de las mujeres que estudian y ejercen la Medicina hace necesario replantearse el ejercicio de la Medicina adaptado a esta realidad. Por ello, la OMC ha creado un Grupo de Género y Profesión que coordina el Dr. Tomás Cobo, vicepresidente primero de la corporación, quien tiene claro que para conseguir la igualdad “hay que pasar a la acción ejecutiva y dejarse de intenciones”
Una inquietud que se expuso en la Asamblea General de la OMC celebrada en Bilbao en 2016, en la que se planteó establecer políticas en defensa de la igualdad de género y consensuar una serie de acciones que permitan avanzar en este sentido. El presidente de la OMC, Dr. Serafin Romero, marcó como una de las líneas estratégicas de la corporación para este año, la creación de un Grupo de Trabajo sobre “Género y Profesión” para analizar la demografía actual en España, con datos de la distribución total y por provincias de médicos y médicas, por género y especialidad y, a partir de datos, establecer las medidas adecuadas.
El Grupo ya se ha puesto en marcha, coordinado por el Dr. Tomás Cobo, y en el que están integrados 11 miembros de la Asamblea General de la corporación: 6 mujeres y 5 hombres. Las 5 mujeres que actualmente presiden Colegios de Médicos de un total de 52: las doctoras Inmaculada Martínez (La Rioja) Isabel Montoya (Murcia), Natividad Laín (Toledo), Mercedes Hurtado (Valencia), Concha Ferrer (Zaragoza) y Mónica Terán, Representante Nacional de Médicos en Formación.
Los otros cinco miembros, además del Dr. Cobo, son los doctores Kepa Urigoitia, Antoni Bennasar, Enrique Roviralta y Ramón Mur, presidentes de los colegios de Araba, Baleares, Ceuta y Lleida, respectivamente, y el Dr. Francesc Feliu, Representante de la Vocalía Nacional de Médicos Tutores.
Este grupo tiene el objetivo de analizar la presencia de la mujer en cargos de responsabilidad en las Jefaturas de Servicio y Secciones en hospitales universitarios y comarcales, en las cátedras y profesorado universitarios, en las Juntas Directivas de los colegios, en el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) y en la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM).
“Somos plenamente conscientes -asegura el Dr. Cobo- de la brecha en la igualdad de género en el colectivo médico y por ello estamos decididos a adoptar las medidas en defensa de la representación adecuada de género teniendo en cuenta la representación de la profesión y la realidad social”. De un total de más de 250.000 profesionales colegiados, las mujeres superan el 50%; en algunas comunidades como Andalucía, el 70%, o el 60% en el País Vasco.
Para el Dr. Cobo, afrontar esta realidad es “una responsabilidad de la OMC” que debe de hacer un “análisis riguroso, con datos, que nos permitan establecer un plan ejecutivo para llevar a cabo las medidas necesarias”. “Se acabaron las intenciones; hay que pasar a la acción”, afirma.
Esta decisión de la OMC de plantear medidas sobre género y profesión, no trata solo de representación y acceso de las mujeres a los puestos de responsabilidad, siguiendo las pautas del Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades del Gobierno para mejorar la participación de las mujeres en todos los ámbitos, en este caso el social e institucional, algo que en la mayoría de los casos representa un problema evidente.
La corporación tiene claro que la igualdad es un derecho constitucional que establece claramente la igualdad de hombres y mujeres como valor, como principio de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y como derecho a la igualdad de trato y a la no discriminación. “Los colegios debemos comprometernos firmemente con este principio”, asegura el Dr. Cobo.
Por ello, hay otros aspectos que también es preciso afrontar, como la brecha salarial, la precariedad y la temporalidad, una realidad que afecta en mayor medida a las mujeres médicos que a los hombres y así se ha puesto de manifiesto en las diferentes oleadas de la Encuesta de la Situación Laboral de los Médicos en España.
El acoso laboral y la conciliación son otros dos problemas que sufren las profesionales en el desempeño de su trabajo por su condición de género, algo que requiere medidas y soluciones, así como formación a los profesionales en políticas de igualdad, especialmente a los estudiantes.
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