Aser García Rada, un pediatra español infiltrado en ‘Juego de Tronos’

Recientemente como figurante en el rodaje de la séptima temporada de ‘Juego de Tronos’ que ha tenido como localizaciones el recinto amurallado de Cáceres y Los Barruecos, en Malpartida, a catorce kilómetros de la ciudad extremeña.

 

El periodismo llegó después para quedarse colaborando desde entonces como corresponsal en British Medical Journal. Según afirma, para él “escribir es seguir vinculado con la Medicina”. Además las habilidades que ha aprendido de la comunicación, el periodismo y la interpretación las ha podido aplicar como médico a la hora de transmitir las cosas. Para él las tres disciplinas tienen un vínculo y son humanistas.

 

Y de esa humanidad nace su labor humanitaria, ha sido médico voluntario en campos de refugiados de Tanzania y Grecia. Algo que supuso un punto de inflexión y cambió su manera de ver la vida. “O estás allí o no eres consciente de lo que pasa en lugares como campos de refugiados o Siria, pese a que te lleguen imágenes todos los días en medios. Una vez eres consciente de ello te das cuenta que hay cosas aquí de las que no merece la pena quejarse”.

 

 

Fue de forma simultánea. Empecé con la interpretación cuando estaba estudiando cuarto de Medicina en Santander. Entré a formar parte del coro de la temporada lírica del Palacio de Festivales. El coro estaba ensayando para una zarzuela que iban a representar en unas semanas y fui a ver el ensayo general porque por el momento no podía entrar. Un amigo, que era actor y tenía un papel en la zarzuela, me dijo: “Mañana hacen un casting para la siguiente zarzuela”; y los dos nos presentamos y nos cogieron. Entonces, mi primer papel de actor fue para ‘La Tabernera del Puerto’ que la dirigía Gustavo Tambascio, un director de escena maravilloso. Fue una experiencia alucinante.

 

Aunque estaba estudiando Medicina, al año siguiente entré en la Escuela de Arte Dramático que había en el Palacio de Festivales. Me dijeron que para ser actor me tenía que venir a Madrid a vivir y puse todas mis energías para poder hacer la especialidad allí al tiempo que estudiaba interpretación. Repetí el MIR para poder hacer Pediatría en Madrid.

 

 

Lo compagino porque siempre he trabajado a tiempo parcial como pediatra. Después de hacer la Residencia trabajé 5 años en el Hospital Universitario del Niño Jesús de Madrid haciendo guardias. 

 

Hacía seis guardias al mes y el resto de los días iba a clases de danza, interpretación, dramaturgia, dirección de escena, esgrima.

Cuando no tengo trabajo de actor hago una reducción de jornada de Pediatría en Atención Primaria.

 

 

Me gustaría ganarme la vida como actor, pero la Medicina va a estar ahí siempre porque la forma en la que yo entiendo la vida está muy permeada por mi carrera y profesión como médico. Me han aportado muchas cosas como conocer mi propio cuerpo, herramienta fundamental como actor, hasta conocer como nos relacionamos los seres humanos.

 

Para mí la Medicina, la Interpretación y el Periodismo son disciplinas que tienen que ver con la comunicación. Es su vínculo entre las tres. La Medicina nos pone en contacto con las personas en el momento en el que son más vulnerables y eso ayuda a entender y a ver cómo se comporta el ser humano. La Medicina, al igual que las otras es una carrera humanista.

 

 

Me gustaría tener ese vínculo con la Medicina y con el periodismo -escribo y me gusta hacerlo-, porque ambas cosas me han aportado mucho. 

 

Empecé a escribir cuando creamos ‘Amircam’, la Asociación de Médicos Residentes de Madrid, fundada con motivo de la privatización de la Sanidad en Madrid. Fui portavoz de ella. Empecé a relacionarme con periodistas. 

 

Desde entonces trabajo como corresponsal del British Medical Journal y he escrito en varios medios.

 

Para mi escribir es seguir vinculado con la Medicina. Además las habilidades que he aprendido de la comunicación, el periodismo y la interpretación las he podido aplicar como médico a la hora de transmitir las cosas.

 

 

Encuentro a mucha gente quemada. Los responsables de los servicios médicos y las personas que están en las administraciones sanitarias que no se dan cuenta que las personas solo necesitamos ser felices. Muchas veces por cómo están organizadas las cosas, la distribución del trabajo o el exceso de horas en un momento en el que priman los recortes o la precariedad hace que los médicos no sean felices. Se hacen contratos a médicos por guardias pero en realidad trabajan a tiempos completos.

 

En el mundo de la interpretación y en el periodismo pasa lo mismo. Es una vergüenza.

 

Los gerentes y las administraciones no son conscientes de que tienen que cuidar a su personal. Muchas veces por estar metidos en ese mundo los médicos no somos conscientes que estamos tratando a personas, y que cada una es nueva. Muchas veces nos falta empatía.

 

 

Curiosamente mi mejor experiencia como actor es no siendo actor sino en ‘The promise’, la superproducción americana en la que fui el doble de luces de Christian Bale. Me dio la medida de lo que yo quiero ser y donde quiero trabajar. 

 

 

La serie está muy bien hecha, hay un nivel increíble. Lo chulo es que eran tantas horas de rodaje que era como estar en una historia medieval de verdad. Una experiencia que vale la pena ser vivida. No solo eran tres días y te vas a casa. Estuvimos dos semanas recibiendo formación militar para aprender cómo marchar en el ejército, cómo usar un escudo una lanza o una espada. Después un mes de rodaje en el que hemos grabado una batalla épica del nivel de la ‘Batalla de los Bastardos’ de la anterior temporada. Con caballos de verdad y fuego a nuestro lado. Fue algo espectacular.

 

Y, además, me he vuelto a encontrar con mucha de la gente con el equipo técnico con la que trabajé en ‘The Promise’, que fue la primera experiencia que tuve en una superproducción. Ahí conocí a un equipo de profesionales que habían trabajado en ‘Doctor Zhivago’, ‘Alien’, ‘Indiana Jones’, ‘X-Men’ o ‘Crepúsculo’. Esa gente ha escrito la historia del cine. ‘Juego de Tronos’ tiene ese mismo nivel.

 

Me siento parte ahora de ese mundo.

 

 

Hace dos años trabajé en mi primer proyecto humanitario como médico en Tanzania con Cruz Roja. Concretamente en el campo de refugiados de Nyarugusu. Fue una experiencia muy dura y difícil de afrontar porque se morían niños prácticamente todos los días. Ver los estragos que hace la Malaria y no poder hacer lo suficiente en algunas ocasiones, fue muy duro. Esa fue mi primera experiencia en ayuda humanitaria y me dio una perspectiva diferente de la vida, fue un punto de inflexión y cambió mi forma de ver todo. El pasado año fui también con Cruz Roja a los campos de refugiados de Grecia, donde estuve cinco meses.

 

Hice la formación de la Unidad de Emergencias con Cruz Roja.

 

Y a raíz del tema del ébola, había una organización que buscaba médicos occidentales para trabajar en Guinea Conakry y Sierra Leona, concretamente en los hospitales de los que salieron los dos misioneros de la orden de San Juan de Dios, que fallecieron después aquí en España. San Juan de Dios buscaba médicos para ir a esos hospitales e hice una formación con Cruz Roja para trabajar en esos centros, pero ese proyecto no siguió adelante y, al final, no fui con ellos.

 

Con estas experiencias te das cuenta las prioridades que hay en el mundo, en cuanto a investigación o esfuerzos. Me dio una visión amplia del mundo en el que vivimos. O estás allí o no eres consciente de lo que pasa en lugares como en campos de refugiados o Siria, pese a que te lleguen imágenes todos los días en medios. Una vez eres consciente de ello te das cuenta que hay cosas aquí de las que no merece la pena quejarse.

 

Fue una experiencia muy enriquecedora.

 

 

Tengo pendiente un nuevo episodio en «Centro Médico» y un personaje de reparto en una coproducción internacional llamada «Pecado Original». Sueño con ser actor y vivir de ellos. Tengo muy claro qué es lo que quiero hacer y, de alguna forma, creo que siempre he tratado de diseñar mi camino, y las cosas han ido surgiendo.