La investigaicón elaborado por el Centro Nórdico Cochrane de Copenhague (Dinamarca), publicado en el ‘British Medical Journal’ señala que la reducción de las muertes por cáncer de mama en las regiones donde se realizaban pruebas de diagnóstico por imagen son iguales o incluso menores que en las áreas donde las mujeres no son examinadas
Madrid, 26 de marzo 2010 (medicosypacientes.com)
No existe evidencia de que las pruebas de detección de cáncer de mama, o mamografías, tengan algún efecto reductor en las tasas de mortalidad por esta enfermedad, según afirma un estudio elaborado por el Centro Nórdico Cochrane de Copenhague (Dinamarca), publicado en el ‘British Medical Journal’.
En este sentido, los investigadores comprobaron que la reducción de las muertes por cáncer de mama en las regiones donde se realizaban pruebas de diagnóstico por imagen son iguales o incluso menores que en las áreas donde las mujeres no son examinadas.
De hecho, los resultados del estudio aseguran que, por cada 2.000 mujeres que se someten a mamografías durante diez años, sólo una habrá salvado su vida por el programa, mientras que el riesgo de tener un diagnóstico “innecesario” de cáncer de mama es diez veces superior.
Para basar sus afirmaciones, los científicos daneses subrayan en su investigación que entre las mujeres con edades comprendidas entre los 55 y los 74 años, la mortalidad por cáncer de mama cayó un uno por ciento en las áreas con programas de cribado, y un dos por ciento anual en zonas sin ellos.
Por su parte, en mujeres jóvenes que no entraban en los programas oficiales de ‘screening’ (entre 35 y 54 años), la mortalidad por cáncer de mama cayó un cinco por ciento anual en zonas en las que se llevaban a cabo pruebas de detección y un seis por ciento al año donde no se hacían durante el mismo período.
“Nuestros resultados son similares a los que se observaron en otros países con programas nacionales organizados”, aseguró el director del estudio, Karsten Jorgensen. Por este motivo, “es el momento de preguntarse si las pruebas de detección precoz tienen el efecto prometido contra la mortalidad por cáncer de mama”, apuntó.
Los críticos de los programas generalizados dicen que estas pruebas “pueden ser más dañinas que beneficiosas” por el tiempo y el coste que requieren, unidos al estrés y la preocupación que generan las “falsas alarmas”.
A este respecto, Jorgensen comentó que Dinamarca es “un buen punto de referencia” y los hallazgos de su equipo deberían poder servir de ejemplo, a pesar de que los programas de detección de cáncer de mama son diferentes en cada país.
En Dinamarca, las mujeres se hacen una mamografía cada dos años a partir de los 50 años, similar a lo que sucede en Estados Unidos, donde ahora están recomendadas cada uno o dos años para mujeres de más de 50 años. En Reino Unido, la política es que las mujeres de más de 50 años sean examinadas cada tres años.
Retraso de la maternidad, más cánceres
Por otro lado, En el Congreso Europeo de Cáncer de Mama, que se celebra estos días en Barcelona se ha puesto de relieve que el retraso de la maternidad ha disparado los cánceres de mama durante el embarazo, aunque los oncólogos han demostrado la seguridad de tratamientos en la gestación, explicó el oncólgo Josep Baselga.
“Estamos viendo un aumento de diagnósticos de cáncer de mama en embarazadas” por el retraso de la maternidad y se están estudiando factores hormonales, indicó el especialista que recientemente ha sido fichado como director oncólogico del Hospital de Massachussetts de Boston.
El diagnóstico de tumores de mama en el embarazo “plantea dificultades de tratamiento importantes”, pero se ha demostrado que “se puede administrar quimioterapia con absoluta seguridad para el feto”, constató el oncólogo.
Cuando sea seguro para la vida del feto, se puede provocar el parto, y posteriormente la madre puede someterse a una operación quirúrgica para la extracción del tumor y después a un tratamiento de radioterapia.
Este es uno de los temas que se presentarán en el European Breast Cancer Conference (EBCC), de caracter bianual, que en esta edición se centrará en la “calidad de vida” de las pacientes, en tratamientos menos agresivos y en la mejora de las condiciones de la paciente, señaló.
La fertilidad y la preservación de la maternidad en mujeres diagnosticadas de cáncer que quieren tener hijos después de superar la enfermedad será otra de las líneas destacadas del evento. En esta línea, Baselga confirmó que “es seguro tener hijos cinco años después de sufrir cáncer”.
En la inauguración del evento, que reúne a 5.000 especialistas, la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, destacó que España es uno de los países con menores tasas de mortalidad por cáncer de mama en Europa, por la dieta y los hábitos de vida saludables, apostilló Baselga.