El presidente de la OMC es partidario de un modelo de historia clínica y bases de datos sanitarios respetuosos con la intimidad y libertad de los ciudadanos, según puso de manifiesto en una Jornada sobre protección de datos y salud pública organizada en la sede de la OMC por la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). Su presidente, el Dr. Esteve Fernández, ahondó sobre la problemática para esta especialidad del nuevo reglamento que se está gestando en la UE en materia de protección de datos
Madrid, 16 de marzo 2015 (medicosypacientes.com/S.P.)
“Ni la historia clínica informatizada ni los estructuras informáticas que almacenan la prescripción electrónica y la dispensación de medicamento pueden ser una amenaza para la intimidad de los pacientes ni para sus libertades y derechos”, a juicio del presidente de la Organización Médica Colegial (OMC) quien se declaró defensor de la “historia clínica compartida” incorporada a bases de datos descentralizadas. Así lo puso de manifiesto durante su intervención en una jornada sobre “Protección de datos en Salud Pública”, organizada el pasado viernes en la sede de la OMC por la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), con el objetivo de dar a conocer y discutir las características específicas del uso de datos y su protección en la salud pública.
El Dr. Rodríguez Sendín, que participó en la inauguración del acto junto al presidente de la SEE, Esteve Fernández, mostró su preocupación al asegurar que en la actualidad “no se dispone de evidencia sobre los beneficios para la gestión del modelo actual “la historia clínica única y centralizada”, ni tampoco sobre “los repositorios de prescripción ni de las bases de datos de “prescripciones dispensadas”, pero, en cambio, “si sabemos ?dijo- que pueden quebrar principios básicos de la bioética, como la beneficencia y no maleficencia del enfermo o el del concepto de autonomía del paciente”.
Desde su punto de vista, “las bases de datos centralizadas con identificación de los titulares de la información son fruto del pensamiento tecnocrático y utilitarista, unido a los actuales criterios de globalización y al afán de grandeza y dominio de los políticos en la Sanidad pública”.
Otro problema añadido a dicha concentración de datos, a su juicio, es que “que expone al paciente a la desprotección de su intimidad” al “estimular y facilitar las intromisiones interesadas y multiplica el alcance de los errores y accidentes inevitables, ante el riesgo de que otras personas ajenas a los pacientes podrían desde cualquier terminal acceder o asaltar los datos clínicos confidenciales”. “Antes ?como recordó- los datos de los pacientes y sus historias clínicas eran custodiados en los centros sanitarios y bajo la tutela profesional y moral de los médicos. Esos servicios han acabado externalizándose y ya no están en manos públicas sino privadas”. Lo mismo sucede, según indicó, con las recetas, “han sido y son mecanizadas y almacenadas en bases de datos específicos externalizados hacia servicios privados”.
El Dr. Rodríguez Sendín lamentó que se haya elegido el método “más peligroso y más caro tanto para la implantación como para el mantenimiento de estas bases de datos” de ahí que abogara por el uso de “procedimientos más sencillos, respetuosos con la independencia de los ciudadanos y con los derechos del enfermo, a un coste más reducido, como es el caso de la mencionada historia clínica compartida en bases descentralizadas.
Con respecto a la regulación que se trabaja a nivel europeo sobre el uso de datos clínicos y su protección ante fines como son la salud pública y la investigación que está generando controversias en el ámbito sanitario, el presidente de la OMC abogó por que “se busquen alternativas entre las propuestas que se están barajando que respondan solo al interés general”.
Sobre esa cuestión y los retos que plantea el nuevo Reglamento europeo sobre protección de datos así como sus consecuencias para la vigilancia epidemiológica y la investigación sanitaria, habló el presidente de la SEE, el Dr. Esteve Fernández, quien considera excesivas las condiciones que se van a imponer a la hora de utilizar las bases de datos para los estudios epidemiológicos, de ahí que desde su Sociedad se reclamen “una legislación capaz de conciliar bien el derecho a la intimidad y a la confidencialidad con el acceso a la información para la Salud Pública y la investigación”.
Como indicó el Dr. Fernández, “llevamos muchos años utilizando bases de datos administrativas y sanitarias para nuestro trabajo diario en epidemiología y ahora saltan las luces de alarma ante una iniciativa reguladora de la Unión en Europa que los epidemiólogos españoles no acabamos de entender”.
Desde su punto de vista, estamos en el momento oportuno de plantear nuestras preocupaciones y dudas ante la referida normativa así como llevar a cabo acciones y movimientos para poder progresar en este terreno, a través de nuestro Grupo de Trabajo de Protección de Datos”.