El director de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, nos habla del modelo español de trasplantes, un ejemplo a seguir en Europa
Madrid, 17 junio 2010 (medicosypacientes.com)
Tras la intervención del director de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, en la reunión del Consejo Europeo de Organizaciones Médicas (CEOM) al que fue invitado por el Consejo General de Colegios Médicos, ofrecemos el presente artículo
Donantes de órganos Europa – Usa
LA DIRECTIVA EUROPEA DE TRASPLANTES DE ÓRGANOS
Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes
Una de las noticias relevantes que nos ha traído el período de presidencia española de la Unión Europea en el campo de la salud, ha sido el impulso negociación y final aprobación en primera lectura de la ?Directiva Europea de Calidad y Seguridad de Órganos para Trasplante?. ¿Qué significa esto para los ciudadanos? ¿Y para los profesionales o las administraciones sanitarias?
Antes que nada decir que una directiva es el máximo rango de normativa europea: es una ley que obliga a los 27 países. Su aprobación no es nada sencilla ya que supone poner de acuerdo a todos los estados y al parlamento europeo: una tarea que basta mirar el día a día de Bruselas para darse cuenta de la dificultad que implica. Sólo un dato: se trata de la primera directiva aprobada el grupo de Salud Pública desde el ya lejano 2004. Si además tenemos en cuenta que la aprobación se ha logrado ?en primera lectura?, lo que supone lograr un acuerdo total entre Parlamento, Consejo y Comisión Europea durante las primeras negociaciones, para cualquier experto lo conseguido por la presidencia española necesariamente tiene que bordear lo insólito.
Queda claro que es una ley, que su gestación ha sido difícil y que su implantación debería beneficiar a 500 millones de personas. Cuando la directiva se haya traspuesto a los 27 países de la Unión (que entonces serán probablemente más), se habrá creado el mayor espacio organizativo de donación y trasplantes de todo el mundo, muy superior al que representan los Estados Unidos. Muchos son los puntos a destacar pero el esquema básico supone el establecimiento de
? Una red de países con autoridades competentes en materia de donación y trasplante
? Unos estándares EU de calidad y seguridad
o Sistemas de trazabilidad de los órganos
o Comunicación de efectos o reacciones adversas
? El establecimiento de un marco general de calidad con la descripción de procesos, estructuras, personal y procesos
? Unos datos mínimos en cada donación para facilitar los intercambios de órganos.
Todos estos pasos lo que van a suponer es la eliminación de todo tipo de improvisación en el proceso de donación y trasplantes de toda Europa. Van a asegurar que los órganos trasplantados en Suecia, Alemania, Bulgaria o España cumplen unos mínimos comunes que supongan una garantía para los pacientes cualquiera que sea su nacionalidad, que todo el proceso se realiza bajos unos estándares profesionales y estructurales adecuados.
El funcionamiento de estas autoridades competentes en todos los países, similares en su concepción y funciones a la ONT española permitirá conocer el origen y el destino de cada órgano y su distribución adecuada y equitativa. Ello va a constituir la mejor vacuna contra la comercialización y el tráfico de órganos, verdadera lacra de la humanidad en el siglo XXI.
Pero además, las enmiendas del Parlamento Europeo han hecho un especial hincapié en la protección del donante vivo, en los valores del altruismo como centro de la donación tanto de vivo como de personas fallecidas y en la eliminación de todo tipo de comercialización: toda una serie de valores propios de la Unión Europea, que están en la línea de los adoptados por la OMS, y que se oponen claramente a algunas corrientes procedentes sobre todo del otro lado del Atlántico, que empiezan a ver cada vez más con peligrosa simpatía la potencial creación de un mercado de órganos que supondría la quiebra de todo nuestro sistema.
Y no sólo es importante la calidad en el trasplante: la cantidad importa y mucho. Por ello a la directiva va unida un Plan de Acción que pilotará la Comisión Europea hasta el año 2015 y que tiene como objetivo elevar progresivamente los índices de donación hasta cifras españolas. Ello significaría duplicar las donaciones en Europa y trasplantar cada año más de 20.000 enfermos adicionales a los que ahora se efectúan.
En suma, para cualquier conocedor del sistema español de trasplantes, lo aquí expuesto le resultará muy familiar. No es en absoluto casual. Creo que hemos conseguido una directiva muy flexible, en la que todos los países van a sentirse muy cómodos, pero que junto con el Plan de Acción va a representar la extensión de los principios organizativos que tan buenos resultados llevan dando en nuestro país durante lOS últimos 20 años.